Aprender a depender de Dios
Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús.
Filipenses 4:19
Los que me conocen saben que soy una persona muy organizada, me gusta tener el control de todas las cosas que pasan a mi alrededor, y siempre que los planes no resultan como yo quiero me pongo de a malas. Entender que no puedo tener el control de todo, lo admito, ha sido muy difícil. En estos últimos años Dios me ha llevado por caminos en donde no me siento seguro, lugares que no son mi zona de confort, y que me está enseñando a depender de el.
En todo el proceso de aprender a depender me he topado con algunos obstáculos que han impedido que confié plenamente en el Padre, pero creo que estos son los más importantes y quiero compartirlos con ustedes.
- Orgullo: El orgullo es muy peligroso, podemos creer que tenemos el control sobre nuestras vidas y sobre todas nuestras decisiones, nos hace pensar que somos lo suficientemente capaces para arreglar nuestros problemas sin acudir a Dios.
- Duda: Todos dudamos a cada momento, lo importante es saber que ha pesar de todas nuestras dudas tenemos un Dios que siempre provee y que sabe lo que es mejor para nosotros.
- Pecado: Así de simple, el pecado nos aleja de Dios, es difícil creer y depender cuando todo lo que está a nuestro alrededor es pecado.
Cuando nuestra confianza en Dios se vea debilitada podemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Aceptar: A veces los planes que Dios tiene son diferentes a nuestros planes, y está bien, debemos entender que el Padre tiene el control de todas las cosas.
- Esperar: Cuando la espera es larga es difícil mantener nuestra fe intacta, pero los animo a no bajar los brazos y a creer un poquito más.
- Descansar: Salmos 37:5 dice: “Entrega al Señor todo lo que haces;
confía en él, y él te ayudará”.
Todos estamos rotos, lo que debemos hacer es aceptar nuestra fragilidad y entender que no podemos cambiar nada sin la ayuda de Dios, el es un Padre bueno que cuida de nosotros, aprender a depender de el es un proceso largo, podemos fallar en el camino pero Dios nos levantará y no nos abandonará.