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10 03, 2024

Nuestra Esencia nos llama a Compartir

2024-03-10T12:33:51-05:0010 marzo, 24|

Mateo 6:19-21 «No guarden tesoros para ustedes aquí en la tierra, donde la polilla y el óxido los dañarán, y donde los ladrones entran a robárselos. Más bien, guarden tesoros para ustedes en el cielo donde ni la polilla ni el óxido los dañarán y donde los ladrones no pueden entrar a robárselos. Pues donde esté tu tesoro, allí estará tu corazón.»

Thomas Hobbes, filósofo inglés cuya obra Leviatán influyó de manera importante en el desarrollo de la filosofía política occidental, concibió al ser humano como egoísta, mezquino y malvado por naturaleza; y esta expresión es muy utilizada por ciertas personas, con el objeto de excusar aquellos comportamientos orientados solamente a actos enfocados en el beneficio propio.

Por otro lado, la sociedad actual se empeña en orientarnos a satisfacer nuestras propias necesidades primero… y después también. Muchos hemos caído en esta trampa, ya que creemos ciegamente que lo único importante es de qué manera me beneficia esto, qué gano con eso, qué recibiré a cambio o cuánto voy a ganar si hago tal o cual cosa.

Pero el ser humano no fue creado para ser egoísta, todo lo contrario.  El ser humano fue creado para amar, para compartir, para dar buenas nuevas, para vivir en sociedad. Esto lo podemos ver y experimentar claramente dentro de la familia; donde sus miembros se preocupan unos por otros, comparten tiempo, recursos, fe, sentimientos, alimentos y tantas cosas más. Esa misma convivencia estamos llamados a replicar con todas las personas que nos rodean.  De hecho nuestra esencia nos llama a vivir cotidianamente compartiendo.

No importa lo que señale un filósofo o las tendencias del statu quo; nosotros podemos elegir reflejar la esencia del amor que reside en nuestro interior a través del compartir. Y esta acción de compartir lo que somos, lo que tenemos, lo que se nos ha otorgado, nos llenará de satisfacción, de gozo y de armonía.

La esencia de la existencia del ser humano desde que nace… es compartir. El disfrutar con otros lo que se nos ha dado, nos engrandece como personas y nos acerca más al corazón de nuestro Creador; el cual lo creó todo para compartirlo con nosotros, y para que nosotros sepamos compartirlo con nuestro prójimo.

27 11, 2018

Un buen día para ser rico

2019-07-07T04:53:22-05:0027 noviembre, 18|

«Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazón de alguien.» (Calcuta)

«Coman no más, queremos darles lo mejor» dijo la Shuar mientras cargaba a su bebé a cuestas y nos servía un delicioso maito, fue uno de los momentos que marcaron mi vida, pues la sociedad ha marcado clases y dentro de ese cuadro cualquiera pensaría que quién viene de una zona urbana es quien debe dar, mientras quien vive en la zona rural es quien recibe.

Tal vez llevamos dentro de nuestras estructuras mentales la necesidad de separar: lo bonito de lo feo, lo rico de lo pobre y lo blanco de lo negro. Entonces ¿cómo rompemos esas ideas sociales? Patch Adams dijo una vez: La muerte no es un enemigo, señores. Si vamos a luchar contra alguna enfermedad hagámoslo contra la peor de todas: La indiferencia.

Esta es la clave para saber dar efectivamente. Hay personas que solo dan por diferentes razones personales: dinero, prestigio, honor, etc. A veces somos dadores por costumbre y no de corazón. Cuando tenemos empatía con el más necesitado entonces damos con razón de causa, tal vez no solo tengas que dar dinero, pues el mendigo de la esquina necesitaba un abrazo y por culpa de una sociedad que aprendió a lanzar monedas sin hablar no lograste verlo, o puede ser que el niño de la calle quiere un pan, pero si le obsequias un juguete le otorgues autoestima y felicidad. Bien lo dijo el sabio Carpintero allá por el año 33: más bien aventurado es dar que recibir.

¿Quién sospecharía que desde el día en que aquel mendigo derramó sus lágrimas de agradecimiento en mi hombro y desde que la sonrisa de aquel niño iluminó el centro histórico me harían inmensamente rico?

28 05, 2018

Vamos a jugar con nuestros hijos

2018-05-28T09:36:35-05:0028 mayo, 18|

Vamos a jugar con nuestros hijos

 

“Los niños y niñas no juegan para aprender, pero aprenden porque juegan” Jean Piaget.

“Los niños necesitan tiempo y espacio para jugar. Jugar no es un lujo… es una necesidad” Kay Redfield Jamison.

“Los juegos son la forma más elevada de la investigación” Albert Einstein.

 

Y por último una frase es muy típica y que la escuchamos todo el tiempo “los tiempos de antes eran diferentes”, pero somos nosotros los que hacemos que esta frase permanezca vigente porque somos que permiten que ocurra esta metamorfosis en las costumbres y tradiciones con las que crecimos. Además, el jugar con tus hijos trae muchísimas ventajas:

 

  • Unidad: Se crean lazos que permiten un ambiente de confianza donde tus hijos pueden contar sus logros y también sus limitaciones.

 

  • Formación: Cuando ganamos la celebración, cuando perdemos el sentirnos frustrados. El no hacer trampa, a pesar del resultado.

 

  • Compartir: Debemos ser intencionales en esto porque los niños no comparten por naturaleza.

 

  • Trabajo en equipo y trabajo bajo presión: Es muy gratificante lograr una meta de meta de manera personal, pero cuando lo hacemos en equipo, sentimos el doble de emoción. Es interesante ver a nuestros hijos cómo trabajan en esta área.

 

  • Imaginación: Es tan divertido escuchar sus adivinanzas creadas a partir de lo que escuchan, les estamos llevando dar un paso más porque pueden inventar cosas nuevas y esto es excelente en el desarrollo de los niños.

 

  • Deporte: Este es un punto a favor tanto para los padres como para los hijos para quemar un poco de calorías, hacer una pausa activa tan necesaria y estar con un mejor estado físico.

 

Disfrutemos de nuestros hijos, su infancia y su crecimiento de una manera en la que ellos puedan ver que tuvimos una niñez muy parecida, quizá sin tantas cosas que hay ahora, pero felices y completos porque fuimos unos niños que jugamos hasta el cansancio. Te aseguro que será una ganancia para toda la familia.

 

Manuela Dávila

Radio HCJB

[email protected]

11 12, 2017

¡Demos gracias! ¡Celebremos! ¡Dios es bueno!

2019-09-09T00:13:02-05:0011 diciembre, 17|

¡Compartir juntos es una experiencia edificante y alentadora! Casi siempre lo que logramos juntos es mucho más significativo que lo que podemos hacer de manera independiente.

Celebrar juntos es tan importante como trabajar juntos. Dios, como autor y fuente de todas las cosas buenas, nos anima a expresar nuestro agradecimiento unos a otros. ¡Esto no es solo una forma de adoración, es una manera de hacer evangelismo!

Así lo expresó el salmista: “Dios tenga piedad de nosotros y nosotros bendiga, y haga resplandecer su rostro sobre nosotros; para que sea conocido en la tierra tu camino, entre todas las naciones tu salvación”. (Sal 67: 1-2 LBA)

A menudo nos sorprende cómo Dios nos responde; a veces cumple nuestras expectativas, a veces brinda más oportunidades para seguir confiando en El. Pero el enfoque del salmista enfatiza la relación con Dios, la alegría de conocerlo, no en el cumplimiento de nuestras expectativas. Dios siempre está trabajando: solo necesitamos sensibilizarnos para ver Su mano y regocijarnos en Su bondad.

En un mundo lleno de desesperanza, duda y temor, nuestro agradecimiento por todas las cosas, nuestra confianza en el Dios Creador, es la muestra más poderosa del Evangelio. Como dijo Pedro: «Estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.” (1Pe 3:15 LBA).

Dios siempre está haciendo cosas increíbles y grandiosas entre nosotros. ¡Asegurémonos de regocijarnos juntos y de compartir su bondad con los demás!

¡Demos gracias! ¡Celebremos! ¡Dios es bueno!

27 11, 2017

LA ESENCIA DE LA GENEROSIDAD

2019-09-09T00:15:41-05:0027 noviembre, 17|

Desde muy pequeña pude experimentar la generosidad en mis padres; creo que eso me ha permitido ser una persona desprendida de lo material.  Mi madre cada temporada tomaba aquellas cosas que no usábamos, fueran juguetes, ropa, lo que fuera que estuviera en buen estado, para regalárselo a aquellos menos afortunados.  Mi padre, con un corazón aún más generoso jamás dijo no a quien le pidiera algo y si estaba en sus manos ir más allá, no lo pensaba dos veces, aportaba con su granito de arena. Lo fabuloso era ver que jamás esperaban reconocimiento ni recompensa de nadie, era y es su forma de vivir hasta ahora.

Llevo en la mente un episodio en la cual se inventaron la necesidad de unos muebles de madera solo por apoyar a un anciano de unos 75 años, que estaba solo y necesitaba trabajar para mantenerse. Iba todos los días a la casa a fabricar los artículos encomendados y mis padres lo atendían como a cualquier otro miembro de la familia. No solo le extendieron un medio de sustento, le brindaron su tiempo, sus palabras, su compañía, su amor.

Tal vez estos capítulos repetitivos durante toda mi vida, me han permitido ver a Dios con mayor facilidad como un Padre por naturaleza generoso. Al recorrer por su Palabra puedo verlo lleno de amor proveyendo de alimento al profeta Elías a través de los cuervos que lo visitaban; o cuando provee de agua y maná a su pueblo en el desierto; cuando sacia el hambre de las más de cinco mil personas que acompañaban a Jesucristo por sus enseñanzas, e incluso nos envió a su propio Hijo para que pudiéramos pasar de muerte a vida. ¿Acaso nuestro Creador no tiene un mega corazón generoso? ¡Claro que sí!

Y al regresar a ver mi vida, puedo ver su generosidad expresada a la máxima potencia. Me ha suplido en momentos de necesidad, me ha sorprendido con cosas mejores a las que he necesitado, me ha regalado una familia amorosa, me ha permitido cumplir mis sueños siendo herramienta en sus manos para compartir de su amor. Su generosidad ha sobrepasado a lo que soy.  La única forma en la que puedo manifestar mi agradecimiento a tanta generosidad, es abriendo mi corazón y mis manos para bendecir a otros con lo mucho o con lo poco que él me da.  Y al compartir de lo que tengo y lo que soy; con los dones y talentos que residen en mí… soy feliz.

Eso es para mí la generosidad, así es como la veo, la palpo y la vivo. Es esa entrega de lo que somos, de lo que tenemos; es ese compartir a otros de lo que Dios nos ha dado. Es preocuparme por mi hermano y suplir sus necesidades físicas, espirituales y emocionales; así mismo como hace Dios con cada uno de nosotros.

19 09, 2017

¿Compartes la Palabra de Dios con tus hijos?

2017-09-19T09:05:49-05:0019 septiembre, 17|

Uno de los sueños que se repite en el corazón de todo padre que teme y ama a Dios, es que sus hijos crezcan enamorados de aquel que les dio aliento de vida. La convivencia diaria con adultos que demuestren con sus acciones, pensamientos y sentimientos que Jesucristo es su amor eterno, llevará al infante a verter su corazón hacia el mismo sentido de vida.

Es cierto que los niños y los adolescente son los primeros espectadores de la presencia de Dios en la vida de sus progenitores y que reciben también las bendiciones que el Creador derrame sobre estos; pero el arma estratégica que es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos; que penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón… es la Palabra de Dios

(Hebreos 4:12).

La lectura y el estudio de la Biblia para nuestros hijos son la base del fundamento de su fe y de su caminar en este mundo de aflicción. Tener niños que trasciendan en la vida, que se caractericen por vivir en valores, armonía, paz, justicia y verdad; que más tarde, como adultos se mantengan con estas escasas herramientas en la sociedad, solo lo lograremos inculcando en sus corazones, con perseverancia y dedicación, la Palabra de Dios.  “¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra?  Viviendo conforme a tu palabra”. Salmos 119:9

Cuando, como padres, leemos la Biblia a nuestros hijos les estamos enseñando acerca de quién es su Creador; de su perfecto e inmenso amor, de quién los cuida, los bendice y les provee. Además, los niños y adolescentes pueden aprender que Dios escucha sus oraciones y guía sus pasos hacia las mejores decisiones. Los menores también descubrirán que Dios tiene grandes planes con ellos que marcarán historia aquí en la tierra y que Él está atento de sus alegrías, tristezas, triunfos y derrotas…, de cada paso que den en la batalla de la vida.

El Todopoderoso se nos revela por medio de su Palabra y nos manifiesta que con ella, como padres, podemos enseñar, redargüir, corregir y preparar a nuestros hijos para lo que enfrentarán en la vida (2 Timoteo 3.16, 17). Ningún otro libro tiene tanto valor en la vida, como este.

Entonces, como padres estamos comprometidos a vivir y compartir de las grandezas que guardan las páginas de la Palabra de Dios, con nuestros niños y adolescentes.

Autora : Tammy Torres

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