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16 04, 2023

Lo que yo deseo de ti es fiel amor

2023-04-16T04:44:57-05:0016 abril, 23|

En nuestra casa viven dos periquitos. Uno se llama Chimborazo (en honor a la montaña más alta en Ecuador) y el otro es Furbie (no tengo idea por qué).

Los periquitos son excelentes mascotas. Son juguetones, llenos de vida y alegría, les encanta cantar y llenan una habitación de energía. Pero pueden ser ruidosos. A veces, cuando estamos viendo la televisión, tenemos que activar los subtítulos porque no podemos escuchar.

Es cierto que no poder escuchar la televisión o incluso mantener una conversación por el ruido de los pajarillos puede ser una desventaja. Esto me hace pensar en lo necesario que es saber escuchar para mantener relaciones saludables. Según James, escuchar es más importante que hablar.

¿Sabía que las palabras bíblicas como obedecer, obediencia, obediente, provienen de palabras que significan «escucha, escuchar»?

Desde nuestra perspectiva, a menudo es mucho más gratificante, hacer porque es fácil medir nuestras acciones. Nos evitamos la difícil tarea de buscar sabiduría, de aprender a vivir en fe, de escuchar atentamente a Dios a través del estudio de Su Palabra.

Por supuesto que, habiendo escuchado la verdad también debe haber una acción que la acompañe. Santiago nos advierte sobre la persona que se mira en el espejo («escucha» la Palabra de Dios) y no hace nada. Una vez que nos miramos al espejo y escuchamos la Palabra, entonces debemos responder.

Pero Dios no busca el cumplimiento, al menos no como un medio para relacionarse con nosotros. Oseas 6: 6 dice:

 “Lo que yo deseo de ti es fiel amor

y no sacrificio.

Quiero que ustedes me conozcan,

no que me hagan ofrendas.”

El deseo del corazón de Dios es que disfrutemos de una relación con él. Por eso, se nos ha dado a conocer. No solo en términos abstractos y difusos como de un «poder superior», sino de manera personal e íntima. Él se hizo hombre, vivió entre aquellos que Él creó y voluntariamente se dio a Sí mismo como sacrificio para que pudiéramos reconciliarnos con Él y gozar de una relación sana, refrescante y gozosa.

Jesús dijo: Acepten mi enseñanza y aprendan de mí que soy paciente y humilde. Conmigo encontrarán descanso.” (Mat 11:29 PDT).

¿Podemos cada uno de nosotros tomar unos momentos hoy, domingo para «escuchar» las palabras alentadoras de las Escrituras que nos enseñan el amor y el cuidado infinito del Dios Creador, que nos equipan para vivir en rectitud (no solo en cumplimiento)? ¿Podemos permitir que la Palabra nos corrija y restaure?

¡Escuche la suave voz de Jesús animándole hoy!

 

4 10, 2018

A ti, escúchame.

2019-09-09T00:15:10-05:004 octubre, 18|

Cuando te pido que me escuches, ¡Escúchame!

Cuando te pido que me escuches y al instante me sueltas tu opinión, no estás haciendo lo que te pido.

Cuando te pido que me escuches y me interrumpes para decirme que lo has comprendido todo, temo que no hayas comprendido nada.

Cuando te pido que me escuches y te declaras en desacuerdo con lo que siento, desdeñas lo que estoy viviendo.

Cuando te pido que me escuches y me dices que habiendo vivido la misma experiencia has podido superarlo, me hundes en mi obsesión de no poder salir de aquí.

Cuando te pido que me escuches para contarte lo mal que me siento, ahórrate, por favor, la más inoportuna de tus respuestas: “¡No te falta nada para ser feliz!”, porque yo siento en ese momento, que sí me falta!

Cuando te pido que me escuches, no es para que te compadezcas, y menos todavía para que me juzgues, para bien o para mal. Trata de estar ahí sencillamente, acogedor y disponible, porque ya nadie más me muestra su bondad ni me dedica su tiempo en estos días.

Cuando te pido que me escuches, ¿para qué hacerme tantas preguntas? Lo que más estimo es la posibilidad de poder decirte lo que tengo ganas de expresar y no lo que a ti te gustaría oír.

Cuando te pido que me escuches, no te dejes distraer por la preparación de una respuesta. Lo único que me hace falta es tu presencia silenciosa, intensamente atenta. Si te pido que me escuches, es porque una oreja amiga me ayuda a ponerle palabras a mi malestar. Hablándote, puedo organizar mi pensamiento, avanzar y mejorar en la comprensión de mis dificultades.

Así pues, no es necesario que hables tanto. Simplemente, con todo tu corazón y toda tu inteligencia, ¡escúchame!

Cuando te pido que me escuches, de corazón…. ¡escúchame!

24 08, 2017

Samuel (Galería de la Fe)

2019-09-09T00:13:23-05:0024 agosto, 17|

Es momento de visitar los amplios salones de la Galería de la Fe, para encontrarnos con la figura de un muchacho.  Aunque Samuel era solo un jovencito, Dios estaba muy contento con él. Una noche, Samuel estaba dormido y oyó una voz que lo llamaba. Se levantó, corrió adonde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy”. Pero Elí le contestó: “Yo no te llamé. Vuelve a dormirte”. Samuel se fue a acostar. Entonces pasó lo mismo por segunda vez.

Cuando Samuel escuchó la voz por tercera vez, Elí se dio cuenta de que Dios estaba llamando a Samuel. Elí le explicó que si volvía a oír la voz, tenía que responder: “Dime, Señor. Tu siervo te está escuchando”.

Samuel volvió a la cama y oyó la voz: “Samuel, Samuel”. Él respondió: “Dime, Señor. Tu siervo te está escuchando”. Dios  le dijo: “Dile a Elí que voy a castigarlos a él y a su familia. Él sabe que sus hijos están haciendo cosas malas en mi tabernáculo, pero no los corrige”.

A la mañana siguiente, Samuel abrió las puertas del tabernáculo, como siempre. Tenía miedo de darle el mensaje de Dios al sumo sacerdote. Pero Elí lo llamó y le preguntó: “Hijo mío, ¿qué te dijo el Señor?”. Así que Samuel le contó todo.

Samuel, un ejemplo claro de cómo debemos escuchar antes de hablar, en este caso él escuchó la voz de Dios para comunicar luego el mensaje. El pequeño Samuel creció, y Dios continuó siendo su amigo. Los israelitas de todas partes del país sabían que Jehová había escogido a Samuel para ser profeta y juez. El joven Samuel engalana hoy la Galería de la Fe.

22 08, 2017

¿Escuchas a tu Pareja?

2017-08-22T08:38:51-05:0022 agosto, 17|

La persona media pasa entre el 45 y el 70 por ciento del día escuchando a otros, pero en cada periodo de 24 horas dedica muy poco tiempo a escuchar a su cónyuge.  La mayoría de las parejas conversan realmente nueve minutos al día, en promedio, esto afirma la directora del comité de negocios de la Asociación Internacional de Técnicas de Escucha, Helen Ralston, quien realiza investigaciones sobre el tema cerca de Oxford, Inglaterra.

Sí hacemos un recorrido de nuestro día y pensamos conscientemente en cuánto tiempo estamos dedicando a escuchar con todos nuestros sentidos a nuestro cónyuge; seguramente las cifras que arrojan los estudios sobre este tema no se equivocan.

Lo peligroso es que si estamos muy distraídos con nuestras labores diarias y nos enfocamos egoístamente en nuestra necesidad de hablar y ser escuchados, y no de escuchar, podemos no percibir las señales sutiles de cómo se siente nuestra pareja, y eso a la final nos llevará a distanciarnos y ser atacados por otros enemigos del matrimonio. Tristemente, muchos de nosotros desaprovechamos esas oportunidades de conexión con quien decimos amar.

Identificar si existe la inhabilidad de escuchar con atención a nuestro cónyuge es el primer paso; accionar es la clave para que nuestra pareja se sienta más valorada, respetada y amada.

Algunas recomendaciones básicas que muchos expertos señalan para adquirir esta destreza son: Enfocarnos en escuchar; es normal que la mente divague durante una conversación, pero si nos hacemos conscientes de esto, podremos evitarlo más fácilmente.  Otro punto clave es que si sabemos que no podemos escuchar a nuestra pareja en cierto momento, seamos francos y propongamos hablar más tarde; luego, debemos cumplir esto, dejando a un lado el celular, la internet, y sentándonos a conversar.  Algo muy difícil pero esencial es no interrumpir; esto hace que nuestra pareja se desconcentre, y tal vez hagamos que pierda el interés en conversar. “Interrumpir no ayuda, y es señal de impaciencia”. Y un último pero importante punto es estar consciente de cuándo y qué decir sabiamente; es necesario pensar y luego hablar.

Cuando en una relación se escucha a la pareja hay acercamiento, hay sentido de valía, de interés, de amor, y cada vez nos volvemos más cómplice del otro.  Entonces… vale la pena hacer una pausa y escuchar.

Tammy Torres

20 08, 2017

Escuchar bien – un acto de amor

2019-09-09T00:13:24-05:0020 agosto, 17|

No escuchar bien nos puede meter en líos rápidamente. Cuando fui adolescente, me pidieron ayuda con el programa de los niños en mi iglesia. Yo era responsable de hacer el jugo para los niños más pequeños. En mi emoción no escuché atentamente las instrucciones y en lugar de cinco cucharadas de azúcar, agregué cinco tazas  de azúcar al jugo. A los niños les encantó! Pero los líderes no estaban impresionados con los ahora muy hiperactivos niños de siete y ocho años de edad.

La mayoría de mis fracasos al escuchar son el resultado de asumir que yo ya sabía lo que la persona estaba diciendo y no tenía que prestar atención, o realmente no estaba interesado en lo que la otra persona estaba diciendo. Es vergonzoso y triste tener que admitirlo, pero es cierto.

Cuán cuidadosa y voluntariamente escuchamos a Dios y a los demás? Hacerlo, es una expresión honesta de cuánto los valoramos y honramos. Es más que simplemente ser educado; es una auténtica expresión de amor. Con frecuencia, Dios «nos habla» a través de las palabras de otros. Puede que no sea Su voz, pero pueden ser Sus palabras.

Salomón dijo: “Guarda tus pasos cuando vas a la casa de Dios, y acércate a escuchar en vez de ofrecer el sacrificio de los necios, porque éstos no saben que hacen el mal.” (Ec 5:1 LBA) Este es un excelente consejo, no solo para aplicarlo en nuestra relación con Dios, sino en todas nuestras relaciones. Cuando escuchamos bien, enfocamos nuestra atención en la otra persona y de esa manera demostramos un espíritu de humildad.

10 04, 2017

¿Podemos hablar?

2019-09-09T00:16:03-05:0010 abril, 17|

Prestar atención es una condición fundamental para tener una buena conversación.  Eso significa disponer los sentidos, enfocarse con la mente y con las emociones en el tema y en el sujeto con quien se está interactuando, para expresar finalmente interés, aceptación y aprobación, o de desaprobación, molestia y rechazo.

Ahora, ¿qué impide tener un buen diálogo?  En primer lugar, una distracción y, en segunda instancia, un complejo.

Considerando el factor de distracción, probablemente te haya sucedido en alguna ocasión, como a la mayoría de la gente, que mientras hablabas con alguien de pronto te ausentaste mentalmente.  Tal vez estabas en cuerpo presente, pero tu atención voló hacia otro lugar o se enfocó en cualquier cosa, menos en la conversación que sostenías. Si recuerdas alguna experiencia así, asentirás que se debió a desinterés, preocupación, interrupción o sencillamente a una desconcentración momentánea. No obstante, te perdiste de dicha conversación.

Mientras tanto, cuando es un complejo lo que te imposibilita tener una buena conversación, generalmente tiene que ver con la culpa, el orgullo, la inseguridad o el temor. Estos factores también alteran o impiden tener una buena conversación y, por tanto, impiden que nos acerquemos a la persona o las personas que están a nuestro lado.

Sean las distracciones o los complejos, estos tienen sus causas y, para tratarlos, se debe considerar qué los ocasiona.  Caso contrario, no podremos tener una conversación saludable con las personas o incluso con Dios.  En cualquier caso, ofrecer disculpas o pedir perdón, así como celebrar el encuentro con la otra persona allanan el camino hacia una buena conversación y relación.

MDC/ag

21 09, 2016

Abrir tu boca o abrir tus oídos

2019-07-07T04:53:41-05:0021 septiembre, 16|

¿El tener una una voz poderosa te hace más eficiente que tener la capacidad de escuchar meticulosamente?

Piénsalo un poco. Te sientes más inclinado a admirar  alguien que es capaz de hablar bien o algien que es capaz de procesar la información que le das para luego responder con cuidado y empatía.

De acuerdo con el diario Los Angeles Times de Los Estados Unidos, Donald Trump por primera vez ha empezado a cerrar la brecha de manera significativa con su contrincante en las urnas Hillary Clinton. Donald Tump se encuentra en la posición más fuerte desde la convención de nominación a candidato pero CLinton se encuentra aún en la delantera.

Si has escuchado algo de Trump seguro sabrás que HABLA MUCHO, esta impresión ha dado a los norteamericanos y a muchas personas en el mundo pues parece que todo lo que piensa lo dice, sin embargo numerosas ocasiones ha sido captado sin una respuesta que dar tanto a entrevistadores como al público.

Muchos estadounidenses pensaron en un principio que la carrera a la presidencia del empresario carismático era una broma, pero ahora nadie se ríe. todos los chistes quedan  atrás a medida que las votaciones se acercan y la gravedad del asunto se vuelve cada vez más presente.

Por otro lado, Hillary Clinton ha sido criticada por su buena disposición para escuchar al público. La primera vez que se postuló para el senado y dar inicio a su campaña presidencial se centro en permitir que el público exprese sus opiniones e inquietudes. A partir de ello formó sus iniciativas de gobierno. Los críticos no han sido impresionados, Clinton fue criticada por su elección de escuchar en vez de hablar.

En cuanto a la situación de los candidatos se valora sus habilidades de liderazgo en la sociedad. Muchas veces vemos líderes cuyas palabras inspiran. Su tono de voz y la forma de presentar sus discursos seducen. Sin embargo, es fácil quedar atrapador rn la retórica al puento de perderse de lo que la persona está diciendo realmente.

Según Forbes, el escuchar tiene garn alcance, ya que nuestra que un líder se preocupa, hace que la persona que habla se sienta comprendido y que el oyente sea empático, no crítico. Denota que el individuo es conciente de sus alrededores.

La escucha como un estilo de liderazgo no debe ser percibido como la menor de las habilidades entre los dos candidados a la presidencia de los Estados Unidos, como los crítico de Clinton  concluyeron.

EL 85% de lo que sabemos proviene de la escucha. Esto es un porcentaje enorme!. Escuchar es importante.

Al final del día todo el mundo quiere ser escuchado y comprendido. Y así como el acto de hablar es un regalo, el escuchar también lo es. Los mejores líderes tienen una mezcla de ambos.

Así que una vez más preguntaré ¿es mejor ser un buen orador o un buen oyente? Lo dejo a juicio personal.

Algunos versículos de la Biblia que hablan sobre escuchar:

El que posee entendimiento ama su alma;
El que guarda la inteligencia hallará el bien. (Proverbios 19:8) (NVI)

Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse. (Santiago 1: 19) (NVI)

Al necio no le complace el discernimiento; tan sólo hace alarde de su propia opinión. (Proverbios 18:2) (NVI)

 

ESCRITO POR: Kristin Miller

 

 

 

 

 

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