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19 02, 2019

Amor… es decir no.

2019-09-09T00:12:14-05:0019 febrero, 19|

Seguramente has oído el dicho: “esa persona tiene el sí dañado y el no flojo”.
Este era el caso de un matrimonio que tenía el “no” flojo con su único hijo. Seguramente aquel niño era muy pequeño y sus padres no querían dañar su autoestima, podríamos pensar; pero no, él era todo un joven. De hecho, según la Biblia, éste contaba con cualidades especiales, por ejemplo, era un gobernante, tenía una fuerza impresionante y sobre todo contaba con la presencia del Espíritu Santo en su vida.

Nos referimos a Sansón. Un joven que vino a este mundo con un propósito claro y definido por Dios. Antes de su nacimiento el padre de Sansón preguntó a Dios: ¿qué reglas deben gobernar la vida y el trabajo del muchacho? Ante las preguntas que hizo el futuro padre, Dios le respondió dándole instrucciones claras.
Sin embargo, la historia nos lleva a descubrir en el capítulo 14 del libro de jueces, a Sansón queriéndose casar.

Sin duda no hay nada de malo en casarse. Es joven, tiene sentimientos, es un hombre de Dios que puede hacer feliz a cualquier mujer. Pero ese no era el problema. Dice un proverbio árabe que el hombre caprichoso no es un hombre, es una cosa. Los caprichos convirtieron a Sansón, hombre superdotado, en una cosa en manos de sus enemigos. Sansón buscaba unir su vida con una mujer que no compartía su misma fe y menos aún al mismo Dios verdadero. Sansón dijo a sus padres, consígueme esa, porque esa es la que me gusta”.

Que duro lidiar con un hijo caprichoso. Más aun cuando los padres olvidamos decir “no” y terminamos cediendo a los gustos y peticiones de nuestros hijos. Ver una sonrisa en la cara de un hijo/a es algo que todos los padres queremos ver, pero es mejor educarles correctamente para conseguir que se conviertan en personas con buenos valores y de éxito.
Pero ¿qué más sucede con Sansón? Casi todos los episodios de la vida de Sansón están relacionados de una u otra forma con mujeres. Primero su esposa filistea a quien más tarde abandona por una riña con los aldeanos del pueblo de ella. Más adelante lo encontramos en la casa de una prostituta y finalmente relacionándose con Dalila una mujer que lo traicionó.
Sansón siempre jugando con la fuerza que Jehová le había dado para que la pusiera al servicio de su pueblo.

Sansón, fue una persona que tuvo un propósito y una tarea específica por parte de Dios; lo cumplió parcialmente. Un hombre cuyas decisiones lo llevaron a la ruina por tener el “sí dañado y el no flojo”.

Como madre, tengo el diario desafío de amar a mis hijas incluso cuando deba decirles no.

JOHN VARELA

22 11, 2018

Carta a mi hijo mayor

2019-07-07T23:43:31-05:0022 noviembre, 18|

Tú fuiste el primero.
Fuiste el primero en escuchar mi corazón desde adentro, seguro sentías cuando se aceleraba de la emoción de escuchar el tuyo en una ecografía, sentías mis emociones como tuyas propias y fuiste la razón para calmarme durante esos nueve meses.
Fuiste el primer recién nacido que tuve en mis brazos. A pesar de ser el primero no tuve miedo de cargarte, eras mío y mi cuerpo se sentía ya preparado para protegerte.
Fuiste el primer ser humano a quien bañé, el primer pañal que cambié fue el tuyo.
Fuiste ese instrumento que Dios me dio para entender a mis propios padres.
Fuiste el primer ser que amé sin conocerlo y ese amor no ha hecho sino crecer durante estos años.
Fuiste quien me puso mi nuevo nombre, “mamá”, y me hace sentir orgullosa de llevarlo.
Fuiste la razón por la que mi vida cambió y no te puedo estar más agradecida.

Gracias.
Gracias por enseñarme el amor.
Gracias por hacerme una mejor persona.
Gracias por ayudarme a entender el amor de Dios.
Gracias por mirarme y por hacerme olvidar de cualquier tristeza o rabia que esté sintiendo.
Gracias por confiar en mí y haberme escogido como tu mamá.
Gracias por entregarme tu vida y darle un nuevo significado a la mía.
Gracias por ser un eterno enamorado de mí, sin importar que esté en el baño, tus abrazos nunca serán inoportunos.

Gracias por amar a tus hermanos.
Gracias por agarrarme la mano cuando vamos en el carro.
Gracias por esos “Te amo, mamá” que sé que te salen del alma.
Gracias por comprender que ahora no soy exclusivamente tuya.

Perdóname.
Por las veces que pierdo la paciencia y me enojo contigo.
Porque no puedo dedicarte ni la mitad del tiempo que te dedicaba antes.
Por no pasar contigo esas horas interminables de juegos y desorden.
Por no poder cargarte todas las veces que me has pedido que lo haga.

Siempre vas a ser el primero, siempre serás mi primer gran amor, y quiero que sepas que gracias a ti me estrené una parte de mi corazón que no había conocido jamás, y esa parte SIEMPRE será tuya.

Te amo.

Tomado y adaptado de: Sos mamá por primera vez /web

6 09, 2018

Superación de los secretos familiares

2018-09-06T10:50:39-05:006 septiembre, 18|

Un colibrí al que se le cayeron los colores de las alas

No sé cómo empezó…  Era el secreto mejor  guardado. El silencio. Sus pasos.  El crujir de las tablas como anuncio fatal que él se acercaba. En un lugar vacío, este, mi pequeño corazón  latiendo como un colibrí asustado.  Cuando él me tocaba, cuando mi padrastro abusaba de mí, me decía que si yo avisaba a alguien,  que si yo decía que él me tocaba así, él nos iba a echar de su casa… que nos iba a dejar.  Y que si mis hermanos sufrían, iba a ser por culpa mía. Ya teníamos demasiados problemas y por eso callé.

En mi confusión, intenté decirle a mi mamá lo que estaba pasando, pero ella me gritó y me dijo que NO invente, que  yo era una mentirosa…  En el fondo ella también tenía miedo y no hizo nada. ¿Y si me marchaba? …  ¿si escapaba?  Entonces, mis hermanas, las más pequeñas serían las siguientes en ser asfixiadas por ese aliento  de moscas muertas que su boca dejaba en mi cuerpo.  Me sentía atrapada. Un colibrí al que se le cayeron los colores de las alas.

Soy una sobreviviente.  A los 16 abandoné la casa y busqué protección en los brazos de varias parejas. Todos se marcharon. He trabajado como un animal desamparado para lograr un techo sobre mi cabeza.  Hasta que un día. Como una mujer triste. Mi alma desnuda y con frío al filo de un camino sin rumbo, llegó a mi vida alguien especial.  Salió a mi encuentro y me invitó a una cena con Él.  El Nazareno de la cruz, me halló. Dios y solo él, puede saber en Su cuerpo molido, cómo se siente ser herido.  Pero, no puedo negarlo. Las cicatrices quedan y es una batalla armarse con un escudo, llevar esos recuerdos hacia Su cruz: vez tras vez. Levantarme cada día y dejar que el bálsamo de su presencia me muestre esos colores luminosos que ha guardado para mí. Que mis alas desteñidas tomen color.

Mi hijo es el regalo que Dios me dio para sonreír y descubrir una nueva esperanza.  Apenas tenía 11 años cuando fui abusada en mi propia casa. Fueron seis años horrorosos. Por eso,  NO permitiría que nadie tocara a mi hijo.  O lo que es peor, ver cómo estas historias de silencio y miedo se repiten y se repiten en las casas… mientras las mujeres… callan… callan por miedo. Miedo a perder al hombre que tienen al lado    ¡Señoras yo he estado sola desde los 16 y aquí estoy… Sí. Ha sido bien duro!  Pero aquí estoy.

Contado por: L.Y.E.

Colaboración para HCJB

9 07, 2018

Mami, tengo miedo

2018-07-09T09:24:42-05:009 julio, 18|

 

“Mami, tengo miedo” Esa voz es una interrupción molesta de mi sueño. “Mami,” la voz persiste. Y sé que necesito despertarme para ayudar a mi hijo.

Mis amigas, el primer obstáculo en ayudar a nuestros hijos enfrentar sus miedos es nosotras mismas. ¿Estamos dispuestas a tomar el tiempo para entrenarles a superar sus temores? ¿Estamos dispuestas a sentirnos incomodas, viéndolos a nuestros queridos niños luchar un poco, sabiendo que es una parte normal del proceso de crecimiento? Si la respuesta es sí, sigue leyendo porque voy a compartir contigo ideas de como apoyar nuestros hijos en sus miedos.

Primero, reconocemos que el miedo es una emoción normal que nos defiende de experiencias desconocidas y potencialmente peligrosas. Queremos que nuestros hijos compartan sus miedos con nosotros para que podamos ayudarles a discernir la mejor manera de responder. Por lo tanto, no digamos “No tengas miedo”. Mejor es preguntar qué le está provocando el miedo y analizar juntos por qué tiene sentido (o no tiene sentido) ese sentimiento. Entonces podemos generar ideas de cómo manejarlo juntos.

Hay miedos que podemos disipar con información simple o con nuestro ejemplo. Podríamos mirar debajo de la cama con una linterna para mostrar que no hay ningún monstruo allí. Podríamos demostrar que el perrito de los abuelos es amigable al acariciarlo delante de nuestro hijo. Podríamos meternos en el agua primero para mostrar que tan rico es nadar en un lago. Y deberíamos modelar lo importante que es tener cuidado con lo que ponemos en nuestras mentes al evitar las películas y la televisión que inducen al miedo. Como dice Filipenses 4:8, “Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza.”

Sin embrago, otros temores requieren más tiempo y herramientas específicas para disipar. Si nuestro hijo tiene una fobia fuerte, es mejor enfrentarla poco a poco, segmentando su exposición a la situación aterradora. La obscuridad es un miedo muy común que podemos enfrentar de la siguiente manera: la primera semana dejamos prendida una luz en el pasillo toda la noche. La segunda semana dejamos la luz prendida hasta que nuestro hijo se duerma. Y la tercera semana apagamos la luz antes de que nuestro hijo se duerma.

Es posible que nuestros hijos entiendan que no deben tener miedo, pero todavía sienten esa ansiedad. En estos casos es muy útil enseñarles formas de calmar su propio sistema nervioso. Una manera muy agradable es cantar, que estimula el nervio vago que controla el ritmo cardíaco y nuestro reposo. Canciones de adoración que topan el tema de nuestro Dios defensor son excelentes para declarar verdad a nosotros mismos mientras activamos ese nervio. Otra manera aumentar la función de ese nervio tan calmante es bostezar de manera exagerada o menear la mandíbula.

Finalmente, aprendan juntos versículos bíblicos, que se pueden recitar mientras respiran profundamente ayuda mucho. Uno favorito de nuestra familia es Salmos 56:3, “Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza.” Sobre todo, queremos que nuestros hijos sepan que nosotros (¡y nuestro Dios!), siempre estaremos a su lado para amar, proteger, y enseñarles a superar sus temores.

Beth Saavedra

vinaquito.com

25 06, 2018

Cuando tenemos que pedir perdón a nuestros hijos

2018-06-25T10:38:00-05:0025 junio, 18|

“¡Él es un tirano!” Le susurré ferozmente a mi amiga vecina. “Él nunca admite cuando está equivocado.” Estábamos sentadas en el patio de mi casa, donde había venido a llorar después de una discusión con mi papá. Ni siquiera recuerdo sobre qué peleamos, pero me acuerdo que mi papá claramente se había equivocado y nunca lo confesaría. Tenía yo tan sólo ocho años y no entendía que mi papá – quién me mostró mucho amor en otras áreas – vino de una generación que creía que los padres siempre tenían la razón y no podían pedir disculpas porque socavaría su autoridad.

Avancé rápido hasta hoy a una discusión reciente con mi esposo. En un momento de gentil franqueza me preguntó, “¿Te das cuenta que casi siempre tienes la razón y te cuesta mucho pedir perdón?” ¡Cómo la verdad duele! Pero como dice Proverbios 27:6, “Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa.” Empecé a reflexionar sobre mi lucha con pedir perdón. Aunque reconozco que tengo completa responsabilidad por mis acciones, también lamento la falta de un modelo paternal de como pedir perdón. No culpo a mi padre por mis fallas. Él hizo el mejor que pudiera y me crio para amar a Dios y amar a la gente. Pero cuando pienso en mis propios hijos y el legado que les quiero dar, sé que modelar como pedir perdón debe ser parte de mi ejemplo.

Mi esposo es una persona humilde y siempre listo para pedir perdón cuando la ocasión lo requiere. Estoy aprendiendo mucho de su ejemplo y mi anhelo es que nuestros hijos aprendan del ejemplo de nosotros dos. Lo lindo es que cuando pedimos perdón a nuestros hijos por nuestras fallas, se abren más las vías de comunicación entre nosotros. Los corazones de nuestros hijos se ponen más tiernos hacia nosotros y se sienten más seguros porque saben que en nuestra casa, podemos cometer errores y confesarlos y seguir en relación.

Seamos honestos, en el transcurso de la vida todos vamos a equivocarnos. A pesar de nuestro deseo de que nuestros hijos nunca cometan errores, inevitablemente se equivocan. ¿Cómo se recuperarán de sus errores, si nunca nos han visto modelar cómo hacerlo? ¿Cómo aprenderán la habilidad esencial de pedir perdón si no les hacemos un modelo del proceso de reconciliación? Qué alivio les dará saber que hay manera de hacer enmiendas y seguir adelante.

Una palabra final para los padres que, como yo, a veces luchan con humillarse para pedir perdón a un niño. Somos los destinatarios del perdón más extravagante y lleno de amor que el mundo jamás ha visto: el perdón que Jesucristo nos extendió en la cruz. ¿Cómo no podemos pedir perdón a nuestros hijos por nuestros errores, cuando caminamos diariamente en la gracia inmerecida del perdón de Dios? Hoy es el día para darles a sus hijos la oportunidad de vivir Efesios 4:32, “Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.”

Beth Saavedra

vinaquito.com

12 06, 2018

PAPÁ CAMBIA MI VIDA

2018-06-12T08:52:36-05:0012 junio, 18|

Cuando miras a un niño jugando fútbol con su padre, te saca una sonrisa; cuando miras a un niño y a su padre en un dúo de guitarras, te saca suspiros; pero si observas a un niño y a su padre orando, te saca lágrimas. Saber que para un hombre no hay mejor empresa que sus hijos y su familia, te habla de su grandeza, su compromiso y amor.

Muchas estadísticas y estudios señalan que en las últimas décadas ha habido un aumento importante en el número de familias sin padre y cómo esto ha afectado negativamente a los hijos y a la sociedad en las elecciones, el comportamiento y las prioridades en su vida cotidiana.

La conexión que requiere un hijo involucra la construcción de vínculos a lo largo del tiempo. No se trata apenas del amor que le tiene el padre al hijo sino del grado en el que el niño percibe este amor, compromiso y aceptación; y esto se construye desde los primeros años de vida con actos verdaderos que nacen del corazón hasta que dejemos, como padres, este transitar pasajero.

Los niños necesitan más que nunca la presencia y la orientación de los padres en su vida familiar. Las investigaciones científicas documentan claramente el papel vital que desarrolla un padre en los años de formación de la vida de los hijos; sin quitar la importancia de mamá.  Detalles como el jugar, el hacer deporte, el tocar juntos un instrumento y compartir de los principios eternos de Dios, crea en los pequeños referentes sólidos para toda una vida.

Recordemos que para los niños sus primeros héroes a seguir son los padres y querrán seguir los pasos de papá hasta cuando sean adultos si estos mantienen su rectitud, su justicia, su integridad, sus valores, su compromiso y su amor.

De hecho, toda conducta buena o mala de papá marca la vida de los hijos. Son los padres quienes pueden proyectar una vida estable, saludable y feliz en sus pequeños; o condenarlos a mantener niños heridos en sus corazones que no podrán con su vida ni con las familias que traten de formar.

Que nuestra oración cambie lo que señalan las estadísticas; que nuestro clamor a Dios vaya dirigido por aquellos hombres que son padres y no han aprendido a serlo, para que su corazón sea transformado y dejen huellas de amor que trasciendan en sus hijos.

 

7 05, 2018

Cuando nuestros hijos se enferman

2019-09-09T00:15:17-05:007 mayo, 18|

Nosotras las mamás podemos figurar como súper-heroínas en cuanto a cuidar la salud de nuestros hijos: alimentándoles con comidas sanas, abrigándolos con ropa adecuada al clima, asegurándonos que duermen lo suficiente, animándolos a hacer ejercicio regular. Pero a pesar de nuestros mejores esfuerzos a todos nos llega el momento cuando un hijo se enferma. ¿Cómo podemos navegar bien estas circunstancias desagradables e inesperadas?

Primero, ten en mente que la enfermedad de un hijo puede trastornar la dinámica de la familia, especialmente en casos crónicos. Ver a un miembro de la familia sufrir es perturbador y provoca reacciones emocionales más fuertes de lo normal. Tomando esta realidad en cuenta, puedes estar lista para extender más gracia a tu familia y a ti misma cuando los ánimos se encienden. Una verdad de consuelo que la familia puede memorizar juntos viene de 2 de Corintios 12:9 “Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.”

También es muy buena idea considerar tu horario para ver qué actividades tú (y tu esposo) puedes suspender por un tiempo para atender a tu hijo enfermo. Visitas a los médicos, viajes a la farmacia, preparación de una dieta especial, y los importantes mimos y caricias adicionales toman tiempo. La vida no puede seguir sin cambios y necesitarás más tiempo de margen para poder lidiar con la enfermedad.

Reconociendo el estrés que una enfermedad añade a la vida, pide ayuda. No somos creados para sobrevivir solos sino para vivir en comunidad. Si necesitas descansar, pide que un familiar cuide a tus hijos mientras tomas una siesta. Pregunta una amiga si te puede ayudar pasando a la farmacia para recoger medicinas. Contacta a tu iglesia para pedir oración.

Finalmente, aparta tiempo para nutrir las otras relaciones en la familia. Nuestro pequeño enfermo requiere de mucha atención que puede dejar que los otros miembros de la familia se sienten olvidados. Tomar diez minutos para leer un cuento con tu otro hijo (sano) puede afirmar que todavía es muy importante para ti. Habla francamente con el resto de la familia de tus sentimientos de tristeza al ver tu hijo enfermo y de tu frustración al no poder cambiar inmediatamente a la situación. Esto dará permiso a los demás para poder compartir sus sentimientos también y poder recibir consuelo y atención.

Enfrentar la enfermedad de un hijo no es fácil. Requiere más energía, más tiempo, más ayuda y, sobre todo, más amor y comprensión dentro de la familia. Cuando toda la familia está comunicándose bien, haciendo los ajustes necesarios, y confiando en la gracia de Dios, la enfermedad no nos tiene que derrotar.

 

Berth Saavedra

Iglesia La Viña

www.lavinaquito.com

 

24 04, 2018

Querida futura nuera:

2019-09-09T00:15:19-05:0024 abril, 18|

Desde que nació nuestro hijo, no solo oramos por él, sino que hemos orado específicamente también por ti. Sabemos que Dios tiene planes maravillosos para ambos que se harán realidad. Mientras esperamos pacientemente el día de su boda, tu suegro y yo queremos que sepas algunas cosas:

Nosotros creemos que cuando dos personas se enamoran y se unen en matrimonio, realmente forman uno solo. Te convertirás no solo en la amada esposa de nuestro hijo, sino también en nuestra hija. No te vemos solo como una mujer que se unirá legalmente a nuestro hijo, te vemos como su hermosa princesa, que lo será de por vida.

Cuando ustedes se casen, serán una familia independiente. Tu suegro y yo queremos apoyarlos de la mejor manera que podamos, pero también queremos respetar su privacidad y marcar límites saludables. Te prometo llamar antes de visitarlos y tratar de ofrecer consejo solo cuando nos lo pidan.

Ante cualquier cosa, queremos bendecirlos a ti y a nuestro hijo tantas veces sea posible. Dios nos ha  bendecido con ustedes dos. La relación entre suegros y nuera muchas veces se representa en forma negativa, pero no queremos que sea así. Estamos con ustedes, no contra ustedes. Por eso, pueden venir a buscarnos para apoyarlos siempre.

Cuando dos familias se integran, puede ser complicado y desastroso. Todos cometeremos algún error. Alguna vez diremos palabras que pueda herir sin querer, o no haremos algo que sea necesario. En esos momentos prometo pedirte perdón y decirte con sinceridad si mis sentimientos fueron heridos alguna vez. Te pido que tú también hagas lo mismo con el fin de que preservar  la paz en nuestras familias. Quiero que sepas que siempre podrán comunicarse libremente con nosotros pase lo que pase.

Yo sé que tienes tu propia madre y no quiero tomar el lugar especial que guarda en tu corazón. Quiero ser tu amiga, una amiga mayor. Quiero que vayamos a desayunar y de compras. Quiero cuidar a nuestros nietos y darte una oportunidad para descansar un momento. Quiero estar disponible y que me llames si necesitas alguien de experiencia con quien hablar. Realmente deseo que seamos amigas. Lo espero con todo el corazón.

Seguiré orando para que Dios prepare tu corazón mientras creces, querida hija. Oro para que recibas sabiduría y conozcas al Señor. Oro para que Él inunde tu vida de bendiciones. Que proteja tu corazón y mente. Oro para que en caso de que te equivoques, y todos lo hacemos, sepas que puedes buscar su perdón y misericordia y que realmente serás perdonada. Cuando tengas roto el corazón, oro por que se lo entregues a Dios, solo Él puede colmarlo. Ni siquiera mi hijo podrá llenar ese vacío. Eres hija de Dios, vales mucho, Oro para que siempre lo recuerdes.

Mantén la esperanza porque Dios tiene un magnífico plan para tu vida. Yo oraré de la misma manera por nuestro hijo y por ti. Y estaré esperando el día en el que vestida de blanco recibas nuestra bendición.  Me será difícil esperar. Pero mientras llega ese día, querida hija, tienes que saber que desde ya eres muy amada por tu familia.

Con amor, Tu suegra.

3 04, 2018

Carta a mi Suegra

2019-09-09T00:15:25-05:003 abril, 18|

Querida Suegra:

Tenía muchísimas ganas de decirle:

Amo a su hijo, él me ha enseñado a amarlos a ustedes también, a través de él puedo ver el amor tan leal que como familia tienen.

Sé que recibí a uno de sus  más grandes tesoros, esté segura de que lo cuido con el mismo amor y cariño que usted lo hizo. Él ha sido mi gran apoyo, mi gran amigo y ahora es mi presente y futuro.

Estoy muy feliz, pero sobre todo orgullosa de estar a su lado, pues es un ser humano inigualable, y es por la gran enseñanza que ustedes le han dado.

Sé que han sido su guía, le han brindado su ejemplo; anhelo se sientan orgullos de nosotros, siempre vamos a necesitar de sus consejos y experiencias para ser mejores. En ocasiones nos vamos a equivocar, pero con el gran amor que él y yo tenemos saldremos adelante.

Le doy las gracias a través de estas líneas por darme su apoyo, por no juzgarme, por abrir su corazón y acogerme, por formar a mi amado como un hombre maravilloso.

Quiero que sepan que no pierden, al contrario la familia crece, y en mí podrán tener todo el apoyo y cariño que él les ha dado y les seguirá dando, pero aún más fuerte, porque ahora somos dos.

La quiero y necesito que sepa, que para mí ustedes son ya desde hace mucho tiempo “Mi Familia”; honro su amor, su experiencia, su sabiduría y espero un día cuando sea mamá, aquella que ame a mi hijo, pueda decirme todo lo que yo hoy le digo.

De corazón, muchas gracias.

 

Atte. Su nuera…es decir, su hija.

27 03, 2018

Carta De Dios Para Ti

2019-09-09T00:15:26-05:0027 marzo, 18|

Mi hijo.

Puede que tú no me conozcas pero yo conozco todo sobre ti, yo sé cuándo te sientas y cuando te levantas, todos tus caminos me son conocidos, aún todos los cabellos de tu cabeza están contados. Tú has sido hecho a mi imagen y semejanza, y por ello vives, te mueves y eres en mí.

Tú eres mi creación, te conocí aún antes de que fueras concebido, te escogí cuando planeé la creación, tú no fuiste un error, porque todos tus días están escritos en mi libro. Yo determiné el tiempo exacto de tu nacimiento y dónde vivirías. Tú has sido creado de forma maravillosa, yo te formé en el vientre de tu madre, te saqué de ese vientre el día en que naciste.

Yo he sido mal presentado por aquellos que no me conocen, yo no estoy enojado y distante, soy la manifestación perfecta del amor, y deseo que me conozcas. Yo soy tu ayudador, tu guía, quien te cuida y te provee. Te ofrezco mucho más de lo que tu padre terrenal pudiera darte porque yo soy el padre perfecto. Cada dádiva que recibes viene de mis manos porque yo soy quien suple tus necesidades.

El plan que tengo para tu futuro está siempre lleno de esperanza, porque te amo con amor eterno, mis pensamientos sobre ti son incontables como la arena en la orilla del mar; yo nunca pararé de hacerte bien porque tú eres mi tesoro más precioso, deseo darte todo mi amor y quiero mostrarte cosas grandes y maravillosas.

Sólo te pido que me busques de todo corazón, si lo haces me encontrarás, deléitate en mí y te concederé las peticiones de tu corazón, porque yo soy el que produce tus deseos, yo puedo hacer por ti mucho más de lo que te podrías imaginar porque yo soy tu mayor alentador y también soy el padre que te consuela durante todos tus problemas, cuando tu corazón está quebrantado yo estoy cerca de ti. Así como el pastor carga un cordero yo te cargo a ti entre mis brazos.

Yo soy tu padre y te he amado como a mi hijo Jesús, porque en Jesús mi amor hacia ti ha sido revelado, él es la representación exacta de lo que yo soy, ha venido a demostrar que yo estoy contigo y no contra ti, y también a decirte que yo no estaré contando tus pecados porque Jesús murió para que tú y yo pudiéramos ser reconciliados, su muerte ha sido la máxima expresión de mi amor hacia ti, si recibes el regalo de mi hijo Jesús tú me recibes a mí y ninguna cosa te podrá separar otra vez de mi amor.

Vuelve a casa, y participa de la mayor fiesta celestial que nunca has visto. Yo siempre he sido padre, y por siempre lo seré, la pregunta es ¿quieres tú ser mi hijo?, yo estoy esperando por ti.

Con amor, tu padre omnipotente;

Dios

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