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23 08, 2018

Carta a Jesús… Soy yo de nuevo.

2019-09-09T00:12:31-05:0023 agosto, 18|

 

En mi vida existieron días en los que lo tenía todo y sentía el vacío de no tener nada, luego llegaron aquellos en los que no había nada y tan solo con tu presencia lo tenía todo.

Hubo días en los que todo era fiesta y alegría, en los que siempre sonreía; pero sabía que las cosas vanas engañaban a mi tristeza, dibujando falsamente una sonrisa.  Llegaron días en los que el dolor y la tristeza se apoderaban de mi vida, pero tan solo saberte cerca me llenaba de alegría.

Hubo tiempos en los que la gente me admiraba y aplaudía, era la atracción. Aun así, yo sabía que, a ti, a ti, no te agradaba. Pronto llegaron otros en los que nadie confiaba en mí, en los cuales todos me criticaban; pero, aun así, podía sentir, que yo causaba un brillo en tu mirada.

Hubo días de triunfos repetidos de batallas bien libradas, en los cuales a lo que le apostaba, yo ganaba; pero el fondo mi alma de derrota eterna se llenaba. Luego llegaron días en los que todo lo perdí, batallas, negocios, amigos y familia; pero a tu lado mi alma festejaba la victoria eterna de la vida.

Que loco has sido Jesús, que loca ha sido mi vida…

Que loca ha sido la ruta, que loca ha sido la vía…

Que loco he sido yo, creyéndome dueño de mi destino, que loco me creen ahora cuando les confieso que eres tú el Señor de mis caminos.

La verdad Jesús, es que ahora cuando para todos estoy perdido, es cuando más claro estoy del lugar en el cual me encuentro.

Estoy agradecido por la fortuna de reencontrarte y de disfrutar la vida a tu lado.

Vivo asombrado por el poder de tu perdón, tu gracia y tu misericordia.

Gracias Jesús, por todo lo aprendido, por el valor que me has dado…

Yo, que he probado de tu amor infinito puedo decir al fin hoy: Me he saciado.

Contigo todo lo puedo, y al fin….

¡Al fin soy yo… de nuevo!

 

ESCRITO POR: FEBRO ISRAEL S. S

ADAPTADO POR: KAROL DENYSSE

17 04, 2018

AMADO DIOS.

2019-09-09T00:12:41-05:0017 abril, 18|

Conozco que mis palabras pueden construir o destruir, lo he palpado, y sé también que me creaste para bendecir a otros, para llevar esperanza.

Ayúdame por favor:

*A ser sincera delante de la gente.

*A que cuando quiera lastimar porque algo me parezca injusto, o me hayan lastimado a mi primero; mi silencio sea más bello que las palabras duras que pueda pronunciar.

  • A tocar el corazón de los que amo con cada gesto y actitud.

  • A tener mis ojos abiertos a la bondad y mis manos extendidas a la misericordia.

*A no juzgar, a mirar a través de tus ojos.

  • A consolar con amor y sinceridad.

  • A perdonar y no buscar vengarme.

  • A mirar lo mejor de la gente, a encontrar su tesoro.

  • A provocar sonrisas y no lágrimas.

Por sobre todo Señor, ayúdame a entender que soy responsable de todo lo que diga y haga; a reconocer que la sabiduría viene de ti y que sin tu guía nada soy.

Ayúdame, a reflejar tu luz, tu paz y tu libertad; que cuando alguien me vea y me escuche, te vea y te escuche a ti.

Todo esto tú lo has compartido conmigo, ahora es tiempo de que yo lo haga con otros.

De corazón, ayúdame.

6 06, 2017

Pensemos…

2019-09-09T00:15:58-05:006 junio, 17|

Pensemos que la misericordia es la sabiduría con rostro de compasión y bondad.

Pensemos que la misericordia es la paciencia en acción.

Pensemos que la misericordia no niega un favor que quien te lo pide, si en tu mano está el otorgarlo.

Pensemos que la misericordia no solo consiste en hacer una buena obra, sino en hacerlo con alegría.

Pensemos que la misericordia es otorgar una segunda oportunidad al culpable.

Pensemos que la misericordia es conceder perdón por amor propio.

Pensemos que la misericordia es hacer el bien al que te hace mal.

Pensemos que la misericordia es darle a la gente lo que necesita, no lo que merece.

Pensemos que la misericordia es ser amable con los que te ofenden.

Pensemos que la misericordia no te coloca en una posición de privilegio, sino de sacrificio.

Pensemos que la misericordia pone a las relaciones antes que las reglas, a la gente antes que las políticas.

Pensemos que la misericordia elige el amor sobre la ley, elige a Jesús y al prójimo sobre nuestro propio ego.

Pensemos…

27 10, 2016

Caos, queja y agradecimiento

2019-11-11T09:33:27-05:0027 octubre, 16|

Esta mañana tomé el autobus para ir a mi trabajo, como es usual a esa hora de la mañana estaba abarrotado, no había lugar para que una persona más cupiera pero aun así se acomodaban y entraban más y más, impresionante. Como es de imaginar habían gritos, algunos se quejaban, insultaban y claro, el conductor se llevaba la peor parte.

Seguro esta imagen te resulta familiar, si vives en una cuidad grande donde hay problemas de congestión vehicular sabes de lo que hablo. Vivo en Quito, la capital de los ecuatorianos donde la superficie es de 324 km² en la cual habitamos 2.239.191 (quizás esta cifra no esté actualizada). ¿Puedes imaginarte el caos?. Pese a que la ciudad es pequeña, gente de todo Ecuador o de fuera  imigra y emigra hacia acá todo el tiempo. Yo soy una de esas personas pues nací en una provincia y me mudé a la capital a estudiar y luego hice mi vida aquí.

Son muchos los factores que me disgustan uno de ellos la congestión vehicular antes mencionada pero nada de eso impide que ame este lugar como propio, pues pese a todo tiene un clima loco pero maravilloso podemos tener invierno y verano en un mismo día, tenemos paisajes hermosos, montañas y podemos encontrar todo lo que necesitamos, desde alta cocina hasta los motes y las salchis de la esquina (por nombrar algunos). Pero todo ello se te puede olvidar en un segundo y dar paso a la queja.

Es fácil olvidarse de lo bueno y enfocarse sólo en lo malo dejando así de disfrutar y agradecer por lo que se tiene. A mí me pasa y creo que es uno de esos pecados desapercibidos que están ahí, creciendo y por lo cual el salmista David escribió lo siguiente:

¿Quién está consciente de sus propios errores?
    ¡Perdóname aquellos de los que no estoy consciente!

(Salmos 19:12) (NVI)

Seamos agradecidos, Dios ha sido misericordioso con nosotros, no dejemos que las pequeñas cosas nos quiten el gozo y la paz que nos han sido entregadas. Aun en el momento más caótico, ese donde la gente grita e incluso te insulta demostremos que Cristo vive en nosotros, que en nuestras oraciones haya humildad para pedir a Dios que nos enseñe la verdad de nuestro corazón y que su Espíritu nos ayude a ser mejores cada día.

No dejemos que el ruído y el mal humor nos impidan apreciar el paisaje que está frente a nosotros.

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