Actitud de Agradecimiento
En nuestro día a día experimentamos diferentes situaciones y resulta difícil mantener una actitud de agradecimiento, a menudo escuchamos mencionar que la delincuencia y la inseguridad aumentan, así como la falta de consideración y las buenas costumbres. En el transporte público escuchamos groserías de los pasajeros hacia el conductor y viceversa. Un gran porcentaje de personas hemos sido hostigadas por delincuentes y hasta han sustraído nuestras pertenencias. Matthew Henry, el reconocido comentarista también experimentó un episodio como este y reflexionó.
“¡Déjame agradecer, primero, porque nunca me habían robado; segundo, porque todo lo que se llevaron fue mi billetera, y no me quitaron la vida; tercero porque, aunque se llevaron todo lo que tenía, no era mucho; y cuarto, porque yo fui el robado y no el que robó!”.
En estas pocas líneas, el importante comentarista del siglo 19, nos muestra que siempre hay razones para agradecer, mantener una actitud de gratitud se puede ejercitar y desarrollar, como toda disciplina comienza con una determinación, seguida por la constancia pero sobre todo de la mano de Dios.
A continuación una lista con puntos a considerar si quieres desarrollarla.
- Medita en quietud, acerca de tu día.
- Haz una lista, anota razones por las cuales estar agadecid@, empieza con las razones principales o básicas que siempre o casi siempre damos por sentado, a ella agrégale situaciones específicas que te ocurrieron durante el día.
- Memoriza versículos que te ayuden a recordar quien es Dios y los favores inmerecidos que nos provee (gracia). (Nahúm 1:7; Salmos 147:7; Salmos 25;6-7; Tito 2:14)
- Al presentarse momentos difíciles y dolorosos, agradece incluso por ellos y recuerda que Dios nunca te ha desamparado.
Recuerda que una persona agradecida es una persona gozosa y como hijos de Dios debemos ser agradecidos, pues tenemos el más alto honor al serlo sin ser merecedores y gracias a la obra de Cristo. Si eso no nos llena de agradecimiento, nada más lo hará.
Somos llamados a ser personas agradecidas, que reconocen y expresan aprecio por los beneficios que hemos recibido de parte de Dios y de los demás.
Nancy DeMoss Wolgemuth