Desde el domingo 20 de noviembre hasta el domingo 18 de diciembre del año en curso, una buena parte de la población del planeta está expectante del mundial de fútbol Qatar 2022.

¿Por qué nos llama tanto la atención a una gran parte de la población este evento deportivo? Entre las múltiples respuestas podemos encontrar las siguientes:

• Es el evento deportivo más aglutinante: cerca de 200 selecciones nacionales han competido por estar entre las 32 que llegan a esta cita mundialista
• Existe gran expectativa por ganar la copa del mundo
• Es una novedad que se realice este evento, por vez primera, en un país del contexto árabe
• Nuestra selección (Ecuador) ha vuelto a participar después de la ausencia del mundial del año 2018

Todas las selecciones nacionales participantes anhelan ganar. Independiente de cuán lejos llegue cada cual, todas desean triunfar. Este anhelo, muy natural por cierto, nos debe llevar a replantearnos ¿qué consideramos como ganar? Si la única concepción de ganar que tenemos en nuestra percepción es el triunfo entendiéndose éste como la victoria que se obtiene al vencer en una competencia, deberemos concluir que en un evento deportivo de esta naturaleza solo uno será el ganador y por lo tanto los demás perderán. Sin embargo, aunque sí habrá un campeón del torneo, todos los países participantes saldrán ganando en promoción, interculturalidad, nivel de juego, etc.

Este reduccionismo conceptual de entender el ganar de esta manera me lleva a recordar las palabras del Señor Jesús: “ He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según su obra” Apocalipsis 22: 12

¡Qué especial y gratificante es saber que Dios tiene una recompensa para cada uno! Para Él y con Él no existen perdedores o derrotados. Con Dios todos ganamos siempre. Este texto bíblico nos enfatiza que Jesús en su venida triunfal otorgará recompensas a cada cual en conformidad a su obrar aquí en la tierra. Esto debe motivarnos a esforzarnos por llevar vidas que le agraden al Señor en conducta, espíritu, fe y pureza (1 Tm 4:12). Pero también debe estimularnos a practicar las buenas obras y la solidaridad (Mt 25:40).

Misión Compartida en HCJB es una buena oportunidad de poder evidenciar la ganancia que tenemos en Dios. Con cada donación que un creyente del evangelio realiza, anhelamos ganar una vida para Cristo. De esta manera corazones serán tocados por el mensaje transformador de Jesucristo el único que puede otorgar realización plena y total al ser humano. Por eso, vale la pena sumarse a esta loable labor de HCJB. Recuerda: Con Dios ganamos.

Con un abrazo fraterno oro por ti.
Bendiciones.