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25 10, 2018

Una carta para ti, que eres mi orgullo.

2019-07-07T23:43:31-05:0025 octubre, 18|

Cada día me sorprende más tu tenacidad, tu empuje, tu determinación.

 

Tienes un guerrero en el corazón, un alma llena de triunfo, de entrega y fe admirable.

 

Creas, siembras y pronto verás hechos realidad en este plano terrestre, todos tus pensamientos, esas semillas que cuidas y nutres con amor y positivismo, empezarán a brotar de esa tierra fértil que preparaste en todo este tiempo.

 

Verás que las tormentas que pusieron en riesgo tu cosecha, sirvieron para que el fruto creciera más y más fuerte, para llenarlo de nutrientes especiales y así, cuando estén listos para gozarlos, tengan un sabor diferente y se disfruten por mucho tiempo.

 

Te agradezco por hacerme un lugar dentro de ti, por querer compartir tus frutos conmigo, porque desde antes de haberlo hecho, ya me estabas llenando de paz, que tanto necesitaba, gracias.

 

Es raro el amor, es hermoso querer llorar, llorar de tener tanto.

 

De desear darlo a manos llenas, tú inspiras esos sentimientos en mí y te agradezco.

 

Te amo, que tu vida transcurra llena de triunfos, siente ese amor que sale de mi fuente infinita en dirección tuya, llénate de él, que es sincero, puro y que nace gracias a la dicha que Dios me regaló, tenerte a ti.

No olvides nunca, estoy muy orgullosa de ti!

 

Tomado y adaptado por: Mundo Poesía/ Web.

 

2 04, 2018

Que no se envanezca el corazón

2019-11-11T09:33:24-05:002 abril, 18|

Hace unas semanas estaba leyendo el libro de Jueces y me topé con la historia de Jedeón, creo que muchos la conocemos. Pero para los que no, trata de cómo un hombre lleno de miedo con la ayuda de Dios pudo dirigir a su pueblo Isarel hacia la victoria frente a sus opresores, los madianitas. Debo admitir que una de mis partes favoritas de la historia es cuando Dios le dice a Jedeón «ve con esta tu fuerza», para que aquel simple hombre se sintiera respaldado.

Esta vez, mientras leía llamó mi antención un fragmento distindo, donde Jedeón junto a un ejercito conformado por 32.000 hombres salieron para enfrentarse al pueblo de Madián y Dios le dice que son muchos y que de ese modo no le iban a dar la gloria a Él porque Israel podría envanecerse diciendo que fue por su fuerza, así que Jedeón se dirije a su ejército diciendo: todo aquel que tenga miedo puede volver a su hogar. Un total de 22.000 hombres regresaron a su pueblo, quedando 10.000 siendo este número aún mucho para Dios hay una selección más con la cual el grupo finalmente se reduce a 300 hombres. Estos 300 fueron los que se enfrentaron a los madianitas y dirigidos por Dios y Jedeón obtuvieron la victoria.

Esta parte de la historia me llevó a reflexionar mucho a cerca de como el corazón humano tiende con facilidad a llenarse de orgullo y cómo Dios lo conoce. Un ejército de 32.000 tuvo que reducir a 300 un número que ni al 10% del inicial llega pero, Dios fue glorificado y nadie podía dudar de que era Él quien estaba detrás de la victoria.

Hoy en día esta situación sigue ocurriendo pues el corazón del hombre es el mismo. Si las cosas nos salen bien todo el tiempo dejamos de reconocer que es gracias a Dios, empezamos a llevarnos todo el crédito que no nos pertenece porque todo lo que tenemos incluído habilidades y talentos existen gracias a Dios.

Si te ha pasado que el orgullo y amor propio desproporcionado te han envanecido en lugar de darle gracias a Dios, aquí unos puntos que te pueden ayudar.

1) Reconocer cada día que Dios es santo y misericordioso, esto nos lleva a tener una actitud de humildad para ver aun las pequeñas cosas que Dios nos ha concedido y ser agradecidos por ello.

2) Tener personas piadosas llenas de amor y temor a Dios alrededor nuestro, quienes nos ayuden a ver cuando nuestro corazón se está enorgulleciendo y nos recuerden por quién es que estamos donde estamos.

3) Agradecer a diario por todo lo que Dios nos ha dado en ese día, sea bueno o malo y por el sacrificio de Cristo en la cruz por nosotros.

Para finalizar no olvidemos que en nuestras fuerzas no podemos cambiarnos a nosotros mismos pero con Dios de nuestro lado todo es posible.

 

23 04, 2017

El poder para perdonar no se encuentra en nosotros

2019-09-09T00:13:50-05:0023 abril, 17|

Algún día voy a hacer una lista de todos los versículos de la Escritura que me asustan. Tendemos a gravitar hacia los textos que nos traen consuelo, nos ofrecen paz y nos aseguran del amor de Dios.  Sin embargo, Dios también nos ha revelado que debemos amarnos unos a otros y quizás la expresión más grande de eso -y lo más difícil de hacer- es perdonarnos unos a otros cuando hemos sido ofendidos.  Es por eso que Mateo 6:15 estaría en esta lista: «Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones».

Esto no significa que el perdón que Dios nos ofrece es condicional al perdón que damos a otros.  Significa que, si no estamos dispuestos a perdonar a otros, no nos hemos arrepentido verdaderamente de nuestras propias transgresiones contra Dios.

Perdonar es costoso.  Le costó a Jesús su vida.  Con su muerte en la cruz hizo posible que Dios nos perdone. Y nos costará también a nosotros. Tendremos que aceptar pérdidas, ser humildes y reconocer nuestros propios errores.

Tantos conflictos en nuestra sociedad -en la familia, en el trabajo, en la iglesia- se deben a que hemos decidido nutrir agravios en lugar de humillarnos como Jesús lo hizo.  Nos resistimos voluntariamente a otorgar el perdón inmerecido, ¡excepto cuando necesitamos ser perdonados, entonces sí queremos recibirlo!

Es muy cierto que el perdón no solo libera a otros de sus ofensas contra nosotros, sino que nos evita los enredos del resentimiento, el orgullo y la venganza.  El poder para perdonar no se encuentra en nosotros mismos, sino en el asombroso perdón que Dios nos ofrece a través de Jesús.  Si Dios puede perdonar todos nuestros pecados contra Él, ¿quiénes somos nosotros para no perdonar a otros?

El perdón es siempre inmerecido, nunca ganado, y es la única manera de nutrir relaciones saludables que preservan nuestra unidad en el Espíritu Santo.

Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; Soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; Como el Cristo perdonó, así también hacedlo vosotros. (Col 3: 12-13 LBA)

Autor: Pastor Graham Bulmer

MDC/ag

11 07, 2016

Orgullosos, altivos, arrogantes.

2019-07-07T04:53:44-05:0011 julio, 16|

Todos de vez en cuando tenemos problemas de orgullo. El orgullo es como el mal aliento, todos lo sienten menos tú, así que consíguete un buen amigo a una buena esposa que te lo diga.
(Danilo Montero)

 No sean orgullosos, sino pónganse al nivel de los humildes. (Romanos 12:16b) (DHH)

¿Soy orgulloso? En muchas cosas si lo soy, soy orgulloso de mi forma de pensar, de mis capacidades, cuando hago algo medianamente bien no soy capaz de quedarme callado, tengo que contárselo a alguien, tiendo a creer que tengo la razón y las demás personas están equivocadas.

No altivos, sino asociándoos con los humildes. (Romanos 12:16b) (RVR60)

¿Soy altivo? La verdad, físicamente soy mas bajo que la mayoría, pero por alguna razón por dentro me siento superior a los demás, probablemente cuando me comporto con altivez, es decir cuando trato de parecer digno y superior probablemente estoy siendo ridículo, normalmente me sucede cuando estoy frente a alguien realmente digno, alguien que se comporta, o hace las cosas mejor que yo, entonces por un sentimiento de envidia y vergüenza tiendo a poner ridículas posturas y pensar mal de él.

No sean orgullosos, sino pónganse al nivel de los humildes. (Romanos 12:16b) (DHH)

No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes. (Romanos 12:16b) (NVI)

¿Arrogancia en mí?

El orgullo me dice que jamás soy arrogante,

El orgullo me dice que nunca trato a la gente con menosprecio,

El orgullo me dice que yo nunca juzgo a los demás,

El orgullo me dice que yo no lo hago muy seguido,

El orgullo me dice que solo de vez en cuando soy arrogante y que por eso estoy mejor que la mayoría

Y por ultimo el orgullo me dice que porque yo soy capaz de admitirlo al final no estoy tan mal como los demás.

Pero de una cosa estoy seguro, mi orgullo siempre miente.

Al parecer, el orgullo, la arrogancia, la envidia, la inseguridad y la altivez están emparentadas, trabajan juntos, y su origen tiene relación con autocompararnos con otros.

¿La cura?

No sean orgullosos, sino pónganse al nivel de los humildes. (Romanos 12:16b) (DHH)

Traten como iguales a los verdaderamente humildes, pónganse a su nivel, y cuando escribo pónganse a su nivel a mi corazón viene la idea de condescender, de rebajarme, eso demuestra que tan mal estoy, porque al ponerme a su nivel estoy en realidad superándome, saliendo de mi nivel de ridiculez y subiendo al verdadero nivel de honestidad y sencillez que necesito alcanzar.

Jesús lo expresó hermosamente diciendo: Si no os volvéis como niños no entrareis al Reino de los Cielos.

No altivos, sino asociándoos con los humildes. (Romanos 12:16b) (RVR60)

Asóciate, si tengo que escoger con quien compartir, con quien pasar el tiempo, con quien hacer algo juntos debo escoger a alguien verdaderamente humilde, alguien en quien veas humildad genuina, así se me pegará.

No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes. (Romanos 12:16b) (NVI)

Debo ser solidario con las necesidades del humilde, que sus problemas sean mis problemas y sus necesidades las mías. Los hombres mas cercanos a Dios han sido siempre los que han hecho de las necesidades del mas humilde su causa y su lucha, esos realmente han sido los más grandes hombres.

Y por último debo considerar mi propia situación respecto al más humilde de los hombres, respecto a mi propio Salvador, el único que pudo verdaderamente decir Aprendan de mí que soy humilde y sencillo de corazón…

Siendo Cristo igual a Dios no se aferro a eso, ni lo considero valioso, nos trato como iguales, y se puso a nuestro nivel, humillándose, compartió con nosotros nuestras miserias, nuestras alegrías y tristezas, nos dedico su tiempo, nos abrió su corazón y sin juzgarnos nos amo, fue solidario y viendo nuestra situación, nuestra necesidad de perdón, cargo sobre si nuestras culpas y dio su vida entera por nuestra causa en el lugar mas despreciable de todos, en una cruz.

Frente a todo esto, ¿cómo voy a permitirme ser orgulloso?

 

 

14 09, 2015

Orgullo o Humildad

2019-07-07T04:53:56-05:0014 septiembre, 15|

El otro día estaba esperando con mi novio en la cola para entrar en el autobús que nos llevaría al sur de Quito a visitar a su familia. Delante de nosotros, había tres adolescentes de 14 años de edad . Sus ropas estaban muy sucias, y era obvio que estaban viviendo en las calles. Los chicos nos miraban como si estuvieran cuestionando por qué una gringa estaba tomada de la mano de un ecuatoriano de piel oscura como ellos. Mientras miraban fijamente, sostuve la mano de mi novio con más fuerza. Mi novio les dijo unas palabras y luego el autobús vino a recogernos. Vi a los tres chicos ir a la parte trasera del autobús . Aunque el autobús estaba lleno , había asientos libres cerca de ellos. Mi novio me indicó que me sebtara en la parte delantera. Después, tomó un asiento en la parte trasera del autobús con los chicos . Yo estaba confundida al principio, y luego cuando nos bajamos en nuestra parada, me dijo que esos chicos tenían la misma edad que que él tenía cuando dejó su vida viviendo en las calles.

Se humilló y les contó una parte de su historia, que creció en las calles también. Él se relacionó con ellos. Y entonces un niño le preguntó cómo había hecho para estar con una hermosa gringa. Mi novio les dijo que vivir en las calles era la vida que quería vivir. No había libertad pero sí un sentido de orgullo porque la gente le temían . No sabía que podía tener más en la vida que lo que tenía, pero luego se encontró con Jesús. Les expresó a los chicos que no puede haber más en la vida que la vida que están viviendo. Admitió que no merece su bella novia, pero que  la gracia de Dios lo ha hecho merecedor.

Vemos al orgullo como poder, y la humildad como debilidad. Pero en realidad es el orgullo que nos impide experimentar lo mejor de las cosas. En lugar de sentarse junto a su novia, se humilló a sí mismo mediante la apertura a estos chicos . No sé lo que estos chicos pensaron de ese encuentro, pero estoy segura de que era raro que alguien quiere sentarse al lado de ellos para hablar de la vida.

“El orgullo del hombre lo humillará, pero el de espíritu humilde obtendrá honores (Proverbios 29:23).

ESCRITO POR: Ashley Arneson

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