14 04, 2024

El proceso del perdón

2024-04-16T10:27:34-05:0014 abril, 24|

Mateo 6:12, Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.  

Cuando era adolescente y escuché por primera vez que perdonar es necesario para vivir libres de amargura y que para Dios no es negociable dejar de perdonar, decidí perdonar a todos los que venían a mi mente y corazón.  Sentí que un gran peso caía de mis hombros, pero a pesar de esa experiencia hubo una persona que, cuando la veía, no me sentía libre.  Descubrí que aún no le había perdonado.  No entendía por qué, si ya lo había decidido y aún lo había orado.  Al estudiar la Escritura, Dios me dio la respuesta: cuando la herida es muy profunda y lleva mucho tiempo en nuestro corazón, necesitamos un proceso que está en la Escritura y que Jesús nos enseñó.  El primer punto es decidirlo, pero hay algo más:

Mateo 5:43-44 (NVI)  »Ustedes han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo”. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen.

La Palabra me enseña que debemos amar a nuestros enemigos o aquellos que nos han lastimado, aunque no sean enemigos, pero en nuestro corazón hay dolor y tratamos de evitarlos.  Para amarlos, después de decidir, hay que orar por ellos, bendecirlos, anhelar que Dios prospere sus caminos, buscar la oportunidad de hacerles bien y aun Dios pondrá la forma en que actuemos lo que hemos orado. Orar por otra persona acorta las distancias de nuestros corazones.

Lo puse en práctica, pero aún no lograba sentir amor por esa persona, hasta que entendí que Dios lo amaba tanto como a mí y que para Él era tan valioso que Jesús derramó su sangre por él.  ¿Qué derecho tenía yo de rechazar a alguien que mi Cristo amaba tan profundamente? Decidí amar y confiar que Dios me diera de su corazón para lograrlo, y Él me concedió llevar a esta persona a Sus pies.  Mi esposo le enseñó cómo estudiar y predicar la Palabra.  Dios nunca nos pediría algo que no pudiéramos hacer.

            «Es tiempo de perdonar, el final del proceso del perdón es amar».

13 06, 2018

Papá

2019-07-07T23:47:36-05:0013 junio, 18|

Me es extraño llamarte así. No sabes lo mucho he preguntado por ti, sobre todo ahora que estoy en pleno desarrollo y que veo que mis compañeros tienen mamá y papá, mientras que yo solo tengo a mamá. Me pregunto noche a noche la razón de tu abandono, de tu falta de coraje y de valentía al no  hacerte responsable de mí… ¿Por qué huíste y me dejaste cargando con aquella frase que debo repetir a cada rato: “no tengo papá”?

Ni te imaginas cómo se siente, o cuántas veces te he necesitado y al mismo tiempo he sentido rencor, pero he aprendido que con eso no gano nada, por eso te escribo esta carta.

Papá, realmente sé muy poco de ti. No he querido preguntarle mucho a mamá, esa mujer que ha sido increíble. Te sorprendería lo grandiosa que es, aunque quizá lo sabes muy bien.

Quizá pienses que quiero hacerte algún reclamo, o decirte que te odio y que eres el peor padre, pero no es así. Por el contrario. Quiero hacerte saber que te perdono, de corazón.

Perdono tu ausencia que me hizo una persona más fuerte, independiente, perseverante y por supuesto, valiente. Te perdono porque, honestamente aquí estoy, viva.

Además de mamá, alguien supo llenar tu lugar: el abuelo. Él estuvo presente en cada celebración y siempre con orgullo dije que él era mi segunda mejor opción, la mejor que Dios me dio. Y como él ya era padre, no le fue difícil educarme, y lo ha hecho bien.

¡Sabes! Es un gran hombre, de gran corazón, y tan grande así que jamás me habló mal de ti.

Él me enseñó a ser agradecida, noble, a compartir lo que tengo con los demás. Me enseñó a luchar por mis ideales, a no rendirme, a levantarme después de cada caída y a sonreír siempre. Me enseñó a ser fuerte, a no sufrir por insignificancias y a valorarme, a no sentirme ni menos ni más. Me enseñó simplemente a ser yo.

Te perdono por todo, porque gracias a ello yo soy quien soy: una persona grandiosa que se esfuerza por ser mejor. Gracias a ti, de cualquier manera, comprendo cuál es el tipo de hombre que quiero, no solamente para mí sino como padre de mis hijos. Te perdono papá, porque aquel dolor en algún momento terminó haciendo de mí alguien invencible, porque gracias a ti es que he aprendido a perdonar, ¡he aprendido a perdonarte!

No arruinaste mi vida con tu partida. Mi vida continuó, aparecieron personas maravillosas que me enseñaron lo hermoso de vivir. No puedo decir que mi vida haya sido mala solo por no estar tú en ella. Por el contrario, he sido feliz. Puedes estar tranquilo. Continúa con tu vida en paz y no te atormentes por mí, porque yo te he perdonado. Dios me enseñó que Él es el mejor padre y me ha extendido su amor sanador.

Realmente espero que tu vida haya dado un vuelco y que seas tan feliz, pleno y dichoso como lo soy yo. Te perdono por ser el hombre que me engendró, te perdono porque quiero ser libre, y por si algún día nos vemos, pueda saludarte con el alma limpia.

Hasta siempre. Tu Hija.

Tomado y adaptado de: Econsejos/ Gabriela Ribeiro.

30 05, 2018

Carta a mis niños.

2019-07-07T23:43:32-05:0030 mayo, 18|

No sé por dónde empezar. Me cuestiono mis decisiones pasadas, me cuestiono los momentos más bonitos de mi vida y el regalo más hermoso que sin duda he recibido: ustedes.

Son unos aventureros exploradores, fuertes, intrépidos, juguetones, luchadores, divertidos, inteligentes, inconformistas, peleones y sensibles. Son totalmente diferentes el uno del otro, pero tienen esto en común: luchan por lo que quieren.

Me encanta que sean así. Si siguen luchando con toda esta fuerza, cuando sean mayores lograrán cada uno de sus sueños.

¿Saben? A veces siento no ser capaz de ser lo mejor para ustedes, los veo ¡tan pequeños y tan grandes a la vez! Necesitan tanto de mí y yo quisiera darles el mundo entero.

Luego miro al cielo y recuerdo que Dios me trajo aquí para ustedes, o más bien a ustedes los trajo para mí; para amarme a través de sus vidas y enseñarme a ser fuerte, valiente y buena.

Son mi mayor enseñanza de amor.

Me enseñan tantas cosas, a amar, a perdonar. Son mi motor al despertar, me enseñan a ser mejor  para poder darles lo mejor. No soy perfecta, y les pido perdón por las veces en que me equivoco; pero de algo pueden estar seguros, los amo, y cuidare de ustedes, aun cuando sus manos ya sean más grandes  y un día ya no vivan en esta casa.

Mientras tanto, rían, corran y disfruten, sean responsables y esforzados, pero sobre todo, sean felices.

Dios y yo, siempre estaremos aquí para acompañarlos, animarlos, abrazarlos y consolarlos.

Los amo.

29 05, 2018

AMAR Y PERDONAR… COSA FACIL PARA LOS NIÑOS, TAREA ARDUA PARA NOSOTROS

2018-05-29T08:45:27-05:0029 mayo, 18|

 

Una muñeca rota, un avión no compartido, una mueca de desagrado o una palabra de rechazo, no bastaba para dejar de amar, para guardar rencor en el corazón y no perdonar jamás. La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir.

Por más memoria que entretejí no recuerdo haber albergado odio alguno en mi niñez; tal vez temor, pero odio nunca. Las riñas, las palabras hirientes, las malas caras entre hermanas, primos, amigos o compañeros contemporáneos, pasaban en cuestión de minutos y seguíamos con la magia de conquistar la vida entre juegos y aventuras. La lealtad fluctuaba por la conveniencia de la querella pero a la final todos disfrutábamos de la cercanía del otro, sin hacernos verdadero daño.

¡Qué tiempos aquellos donde la infancia era la bandera para amar y perdonar! Ahora que hemos dejado de ser niños el desafío de ser como ellos nos queda grande. Jesús en libro de Mateo menciona que el reino de los cielos es de quienes son como los niños. Y es que los niños en su temprana edad y en su inocencia natural, no conocen los vicios y pecados que nosotros los adultos ya albergamos dentro.

Entre más crecemos, más complejo nos es amar y perdonar. El mundo nos va amoldando y alejando de ese estado de bendición en el que Dios nos guardaba cuando éramos niños; y a manera de protección o por puro orgullo edificamos fortalezas erróneas que son impedimento para poder perdonar y amar a alguien, sobre todo a alguien que no lo merece, según nuestro juicio.

Perdonar y Amar a quien nos ha herido, a quién ha levantado mentiras contra nosotros, a quien nos ha causado un gran daño, o a quien nos ha jurado cuidarnos, amarnos bajo pacto… y no lo ha hecho…, es complejo; pero no imposible. Tal vez no podamos lograrlo con la facilidad que perdona y vuelve amar un niño; pero con ayuda del Espíritu Santo que mora en nosotros el dolor desaparece y nos da la certeza de que el verdadero gozo radica en el nivel de intimidad, de cercanía que experimentemos con Jesús.

9 01, 2018

Atrévete a perdonar

2019-09-09T00:15:36-05:009 enero, 18|

Muchos de nosotros no entendemos realmente lo que es el perdón. Luchamos con toda clase de conceptos equivocados sobre lo que significa perdonar a otros. Pero si más personas supieran como luce uno de bien con el perdón realmente estarían mucho más dispuestos a perdonar en vez de mantener las heridas del pasado a un nivel poco saludable.

Dios espera que perdonemos a los demás y su Palabra nos da una guía para hacerlo. Aquí está un proceso que debemos recorrer cuando estamos luchando con un dolor causado por otros.

  1. Reconoce que nadie es perfecto. Cuando odiamos a alguien, tendemos a perder nuestra perspectiva sobre esa persona. Cuando estamos llenos con resentimiento y amargura y dolor, tendemos a deshumanizar al ofensor. Lo tratamos como a un animal.

Pero todos fallamos por igual. La Biblia dice, “No hay una sola persona en la tierra que siempre sea buena y nunca peque.” (Eclesiastés 7:20 NTV) Todos somos imperfectos.

  1. Renuncia a tu derecho de desquitarte, o de castigar. Este es el corazón del perdón. La Biblia dice, “No busquen la venganza, sino dejen que Dios se encargue de castigar a los malvados. Pues en la Biblia Dios dice: «A mí me toca vengarme. Yo le daré a cada cual su merecido.»” (Romanos 12:19 TLA) Mereces tomar represalias, pero debes comprometerte a no hacerlo. No es justo, desde tu perspectiva, pero es saludable desde todas las perspectivas. No es una decisión de un solo día en la vida, sino que tomas a diario, incluso, puede ser una decisión que conlleve otras decisiones momento tras momento.
  2. Responde al mal con el bien. Así es como sabes que has disculpado totalmente a alguien del mal que se ha cometido contra ti. Humanamente hablando, es casi imposible poder responder al mal con el bien. Necesitarás la ayuda de Dios. Necesitarás el amor de Jesús para que te llene. ¿Por qué? Porque el amor de Dios no lleva un registro de las ofensas recibidas.

Entre más continúes enfocándote en la persona que te lastimó, esa persona te controla. De hecho, puedes ir más lejos. Si no liberas a tu ofensor, empezarás a parecerte a tu ofensor. La única manera de ser diferente es perdonando, así avanzarás el resto de tu vida hacia la vida para la cual fuiste creado para vivir: una vida en libertad. Tomado y adaptado de www.pastorrick.com

5 05, 2017

El perdón

2019-07-07T04:53:35-05:005 mayo, 17|

La biblia habla mucho sobre perdonar a otras personas. Perdonar a alguien es una expresión de amor, es amar a una persona que hizo algo malo. Perdonar a alguien en cosas pequeñas, así como en cosas grandes. Un ejemplo impresionante de amor por tus enemigos y perdon ocurrió en Egipto.

En Semana Santa terroristas atacaron una iglesia cristiana en Egipto. Los terroristas mataron 24 personas solo por ser cristianos. Imagina si perdieras a tu esposo, a tu hermano o a tus padres, solo porque se encontraban en una iglesia. ¡Que horrible! ¿Cuáles serían tus sentimientos? ¿Odio? ¿Rencor? ¿Venganza?

Creo que estos sentimientos son normales en esta situación. Una viuda dijo en la TV que espera que Dios los perdona y que ella también puede perdonarlos. Que no está enfadada, pero que su deseo es que ellos puedan entender que los cristianos no hicieron nada en contra de ellos. Que los cristianos no quieren pelear si no que quieren vivir en amistad.

Increíble, ¿no? Que amor ella les mostró a los asesinos de su esposo. El presentador de TV se impresionó. Es musulmán y dijo que los cristianos son diferentes, que pueden perdonar y que muestran amor. Si tenemos el amor de Jesús podemos perdonar, podemos amar como esta mujer, podemos ser diferente.

 

ESCRITO POR: Malte Fritz

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