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17 07, 2022

El Poder de la Palabra

2022-07-17T09:15:51-05:0017 julio, 22|

En la escuela fui el niño más pequeño de mi grado. Solía ser el último elegido para ser parte de los equipos deportivos, y no pocas veces era el blanco del acoso de niños más grandes. No había mucho que pudiera hacer físicamente; yo era pequeño. Pero pronto descubrí cómo podía defenderme: una lengua viperina. Los niños que me hacían pedir misericordia en una pelea, se retirarían más tarde, luchando por no llorar porque una de mis palabras había lastimado profundamente su corazón. Me sentía tan bien al poder defenderme.

Cuando era niño no tenía idea de la profundidad del dolor que estaba causando. Ahora, como adulto, lamento esos ataques verbales. Esas heridas pueden tomar una vida para sanar. Afortunadamente, la gracia de Dios me ha ayudado a evitar emitir esos ataques verbales.

Las palabras son importantes. Mis habilidades verbales pueden ofrecer esperanza y sanidad, pero también causar destrucción. Aprender a hablar bien, pensar en lo que decimos y cómo lo decimos, nos ayuda a decir palabras que alientan, dan esperanza y reflejan el amor de Dios.

Pablo animó a la iglesia a que sus conversaciones sean “agradables y cordiales” (Col.4: 6). Al igual que un chef elige cuidadosamente sus ingredientes, también debemos preparar y emitir palabras atractivas y sabrosas y evitar las palabras chatarras. Contextualmente, Pablo se está refiriendo a nuestras conversaciones especialmente con incrédulos. Lo que decimos puede atraerlos o alejarlos del Evangelio.

Y, al igual que un chef comprometido con su arte culinario, hablar bien requiere aprendizaje, esfuerzo y práctica. Un momento de pausa antes de hablar, incluso la opción de permanecer en silencio puede marcar la diferencia entre una flecha que perfora o una palabra que deleita.

26 06, 2021

Las palabras que albergan tu corazón

2021-06-26T21:53:01-05:0026 junio, 21|

Salmos 45: 1-17

Una maniobra repentina y brusca al conducir; otro vehículo va muy cerca del primero que realiza dicha maniobra. Éste último se detiene abruptamente y de sus labios escapan improperios dirigidos hacia el conductor del primer vehículo, insultándolo y desafiándolo a una pelea. El primer conductor le responde también con insultos y se origina una pelea verbal que concluye en los puños.

¿Te resulta familiar esta historia? Este relato puede suscitarse en cualquiera de las calles y avenidas de alguna de nuestras ciudades en toda América Latina…y en cualquier parte del mundo Y, generalmente, cuando se presentan este tipo de situaciones, salen a relucir aquello que hay en nuestro corazón expresado en palabras.

Es ahí, en la cotidianidad de nuestras vidas y acciones, donde salen a relucir mediante nuestras palabras, lo que cada cual alberga en su corazón. Tal como el propio Señor Jesús llegó a decirlo: “ …porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45). Será, en esos momentos no planeados de la vida, cuando más saldrá a relucir lo que realmente albergas en tu corazón.

Por otra parte, el Salmo 45: 1 nos establece :

“ Rebosa mi corazón palabra buena…”

En este contexto, la causa del gozo del salmista (y razón por la cual alberga y expresa buenas palabras) está directamente ligada al hecho de ver el esplendor del rey como ungido de Dios y todo el deleite que causaba la convivencia en el palacio real (Vs 7-17). Si bien esta era la causa por la cual el salmista exterioriza los sentimientos de gozo que había en su corazón, nos evidencian lo normal y espontáneo en cuanto a sacar a relucir mediante palabras aquello que albergamos en nuestro mundo interior.

¿Y tú? ¿Qué emociones y sentimientos alberga tu corazón? ¿Cómo los exteriorizas? ¿Qué tipo de palabras emiten tus labios? ¿Son palabras que evidencian gozo, paz bondad, amor? O por el contrario, ¿Son palabras que reflejan amargura, ira, enojo, envidia, frustración? La pregunta clave será: ¿Qué cambios debes realizar para albergar palabras de bendición en tu corazón?. Piénsalo. Oremos

10 06, 2019

Reconocer a papá

2019-07-09T14:54:11-05:0010 junio, 19|

¿Cómo te has sentido tratando de encontrar algo que sea de agrado a tu papá, a tu esposo? A veces es difícil complacer sus gustos porque no podemos entender lo que piensan o sienten. Pero qué te parece si esta semana que vamos a celebrar a papá, hacemos algo que llegue a su corazón y se trata de “reconocerlo”

Esto es lo que dice John Eldredge en su libro Salvaje de corazón “Todo hombre anhela que lo elogien y que encima de eso, le paguen bien”, esto tiene que ver con el reconocimiento y también con uno de los lenguajes del amor y son las palabras de afirmación que son indispensables para reforzar la imagen de papá en casa. Pero hay un punto de vista interesante y que no lo había tomado en cuenta, hice una encuesta pequeña con niños de entre 6 y 10 años para saber qué hacen ellos junto a sus mamitas para reconocer a papá, lo que me compartieron fue genial y divertido:

  • Le paso sus zapatos – Escucho cuando me habla
  • Le hago cosquillas en la espalda – Compro su comida favorita
  • Le cuento las canas que tiene – Veo el fútbol con mi papi
  • Le doy un besito en la nariz – Le dejo dormir un poco más
  • Le defiendo de mi mami – Le pregunto cómo le fue en su trabajo
  • Preparo un desayuno en su cumpleaños – Oro por él cuando está enfermo
  • Le ayudo con las herramientas – Saco buenas notas

Las respuestas de los niños, no tienen nada que ver con palabras de afirmación, en lugar de esto, son actos de servicio que permiten demostrarle a papá lo importante que es en casa y aunque nosotras no siempre sepamos lo que le sacará un suspiro a papá, confío en que, si hacemos cosas diferentes para llegar a su corazón buscando reconocerlo, vamos a estar muy cerca de sus pensamientos todo el tiempo:

  • Interesarse por su deporte, película o actividad favorita, de esa manera les demostramos que nos interesan sus gustos.
  • Cocinar lo que le gusta, el paladar es parte de la naturaleza del hombre
  • Escribir una carta con todas las cualidades que tiene papá y los aspectos que admiramos, se va a sorprender en saber todo lo que significa para sus hijos.
  • Entregarle una medalla con el # 1, saber que es el campeón, héroe de los hijos va a darle un impulso necesario para enfrentar muchos desafíos.
  • Dejarle descansar: porque es necesario un tiempo de soledad y quietud para retomar fuerzas, aún para dirigir la familia.

Disfruta junto a tu familia el poder contar con papá en casa, atesora este privilegio, mima y crea un ambiente saludable donde todos quieran permanecer.

No podemos olvidarnos de reconocer al mejor Padre, nuestro Papá Dios, Él es quien nos conoce como somos, nos cobija con su gracia y es quien nos ayuda a ser mejores cada día. ¡No pases por alto un pequeño acto de gratitud por este inmenso regalo!

 

Manuela Dávila

Radio HCJB

29 11, 2018

Una carta de esperanza

2019-07-07T23:43:31-05:0029 noviembre, 18|

Hola, sé que lo que atraviesas ahora es difícil y duele, pero a veces necesitamos una perspectiva diferente, ¿Y si estuviéramos en un rascacielos y pudiésemos ver todo esto con otros ojos?

Mirar las cosas desde arriba, definitivamente nos da una mejor perspectiva.
Será por eso que los miradores de cada ciudad se encuentran en las cimas.
Que desde la punta alta de un monte, se divisan los mejores paisajes.
Y que desde la altura de la cruz, el mismo Jesucristo fue cuando más nos amó…
Desde arriba, así es como Dios puede mirar nuestra vida.. sin las tantas limitaciones que nosotros vemos en nuestras circunstancias cuando las miramos de frente.
Qué bueno saber que existe alguien «desde arriba», que mira más allá de nuestros ojos, que nos ve con más amor del que nosotros pudiésemos imaginar, y que tiene en su mano todo el control que tú y yo, desde hace rato perdimos…

No importa la circunstancia, Dios sigue siendo Dios, sigue amándote y teniendo sueños para tu vida.
Que el Dios de las alturas, te muestre lo que él vio en ti, y que eso te impulse a perseguir, lo que tienes por delante; yo seguiré aquí, tomándote de la mano.

Te quiero.

20 11, 2018

CONTRA LOS HECHOS NO HAY ARGUMENTOS

2019-09-09T00:15:08-05:0020 noviembre, 18|

Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba?(Juan 9:8) (RVR1960)

No existe mayor argumento en favor del Evangelio que una vida transformada por Jesús. El hombre de nuestros días está cansado de oír teorías y filosofías huecas. Todo el mundo habla, todo el mundo promete, pero las “buenas nuevas” van más allá de la simple teoría. El Evangelio se hace vida, carne, experiencia, sale del romanticismo barato y entra en la vida práctica.

La vida transformada del ciego perturbó a la sociedad de sus días. Había en él algo diferente. Todos lo podían ver. No era tanto lo que él decía, era el hecho incontestable de haber recuperado la visión. Cualquiera puede contradecir tus palabras, pero nadie puede refutar tu vida. Contra los hechos no hay argumentos.

Las vidas transformadas por el mensaje de Cristo continúan en esta época.  El cambio puede suceder cuando un hombre quiere mejorar su relación conyugal, laboral o ser un mejor padre… y se deja tocar por el poder inexplicable de Cristo que lo puede todo.

Solo necesitamos abrir nuestro corazón, agudizar nuestros oídos y recibir su propuesta transformadora. Tal vez ya ha golpeado a tu puerta a través de un consejo oportuno que escuchaste en HCJB, por medio de un tema musical o una simple palabra de ánimo cargada de su esencia. Ese cambio que buscas con la ayuda de Dios lo puedes lograr.

Recuerda que cualquiera puede contra decir tus palabras, pero nadie puede refutar tu vida. Contra los hechos no hay argumentos.

 

AUTOR: John Varela

27 09, 2018

¡Las palabras también sazonan!

2019-09-09T00:12:27-05:0027 septiembre, 18|

Para bien o para mal, tus palabras te hacen grande o te debilitan, te hacen ver interesante o tedioso. “Cada vez que abres la boca dejas a los demás mirar dentro de su mente”, dijo Bruce Barton.

Las palabras también despiden aroma, así que lo agradable o desagradable aroma del corazón, dependerá de lo que se diga con la boca.

En fin, las palabras embellecen o demacran, alegran o entristecen

Las palabras edifican o destruyen, sanan o hieren

Las palabras liberan, o encarcelan

Las palabras son muerte, o son vida.

¡Las palabras son tu fuerza, o tu debilidad!

Hay palabras que se las lleva el viento, pero también hay palabras que traen esperanza. Jesús por ejemplo dijo: ¡El que oye mi Palabra y cree al que me envió tiene vida eterna! 

Con la boca se expresa la salvación de Dios… también expresó San Pablo. Esa salvación que trae “vida abundante” la puedo hacer real en mis relaciones más importantes, es decir con mi cónyuge y con mis hijos, con mis padres y con mi familia ampliada, con mis los amigos y en mi ambiente laboral, etc. En fin, las palabras que expreso pueden darme gratos omentos, o tristes, eso depende de mí y de ti. En realidad, nosotros somos colaboradores de Dios en la propagación de la vida abundante por medio del uso de nuestras palabras.

¿A quién le dirás algo especial hoy? Te aseguro que le alegrarás su corazón.

17 04, 2018

AMADO DIOS.

2019-09-09T00:12:41-05:0017 abril, 18|

Conozco que mis palabras pueden construir o destruir, lo he palpado, y sé también que me creaste para bendecir a otros, para llevar esperanza.

Ayúdame por favor:

*A ser sincera delante de la gente.

*A que cuando quiera lastimar porque algo me parezca injusto, o me hayan lastimado a mi primero; mi silencio sea más bello que las palabras duras que pueda pronunciar.

  • A tocar el corazón de los que amo con cada gesto y actitud.

  • A tener mis ojos abiertos a la bondad y mis manos extendidas a la misericordia.

*A no juzgar, a mirar a través de tus ojos.

  • A consolar con amor y sinceridad.

  • A perdonar y no buscar vengarme.

  • A mirar lo mejor de la gente, a encontrar su tesoro.

  • A provocar sonrisas y no lágrimas.

Por sobre todo Señor, ayúdame a entender que soy responsable de todo lo que diga y haga; a reconocer que la sabiduría viene de ti y que sin tu guía nada soy.

Ayúdame, a reflejar tu luz, tu paz y tu libertad; que cuando alguien me vea y me escuche, te vea y te escuche a ti.

Todo esto tú lo has compartido conmigo, ahora es tiempo de que yo lo haga con otros.

De corazón, ayúdame.

17 04, 2018

PALABRAS VAN, PALABRA VIENEN… ¿CUÁNTAS DE ELLAS CASUSAN HERIDAS?

2019-09-09T00:12:41-05:0017 abril, 18|

Palabras van, palabras vienen. Podemos decir los versos más hermosos cuando sentimos que el amor invade nuestro pecho y hay otros momentos donde estallamos con epítetos dañinos solo por furia. Hay situaciones que nos llevan a exaltar a una persona y otros por dolor a compartir solo los momentos negativos. ¿Cuánto de lo que decimos realmente conviene? ¿Cuánto de lo que hablamos realmente edifica? ¿Cuánto de lo que expresamos nos ancla a cosas que nos aparta de lo correcto?

Las palabras equivocadas causan grandes lesiones en el alma, que quedan como marcas grabadas para el resto de la vida. Es como aquella historia de la almohada, que al abrirla y regar sus plumas por toda la ciudad jamás se podrá recuperar por completo su contenido; abra alguna siempre por ahí suelta.

Antes de emitir palabra alguna, debemos hacer el esfuerzo de procesar el contenido por un análisis rápido: ¿Es de beneficio lo que voy a decir?; ¿va a edificar a la persona que lo escuchará? ¿Será de bendición para la persona a la que involucra? ¿Cuál es el fin de lo que voy a decir?  Y si estamos en un momento de cólera, mejor es callar, pedir disculpas y salir a caminar, antes de causar heridas profundas.

Tengamos presente lo que el libro de Santiago nos dice sobre la lengua: “Lo mismo pasa con la lengua; es una parte muy pequeña del cuerpo, pero es capaz de grandes cosas. ¡Qué bosque tan grande puede quemarse por causa de un pequeño fuego!  Y la lengua es un fuego. Es un mundo de maldad puesto en nuestro cuerpo, que contamina a toda la persona. Está encendida por el infierno mismo, y a su vez hace arder todo el curso de la vida”.

Desde luego, no dejamos de usar el fuego tan solo porque podría quemarnos. De igual manera, no vamos a dejar de hablar tan solo porque podríamos herir a alguien con nuestras palabras. Lo importante es mantener el control. Si controlamos el fuego, nos sirve para cocinar, calentarnos o ver en la oscuridad. Si controlamos la lengua, nos servirá para alabar a Dios, servir al prójimo y ser de bendición.

30 05, 2017

PALABRAS QUE CONSTRUYEN

2019-09-09T00:13:42-05:0030 mayo, 17|

Hablar bien de los demás se basa en la verdad, y la verdad los hará libres, dijo Jesús. Hablar bien de los demás es, por lo tanto, una decisión valiente que produce paz en todo ambiente. “No amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad”, dijo Jesús.

Un par buenos de amigos, Pedro y Pepe, se encontraron luego de un buen tiempo de no haberse visto.  Entonces Pedro le preguntó a Pepe: «Hombre, ¿y cómo te  ha ido en todo este largo tiempo que no te he visto?»  Pepe contestó: «Pues muy bien, me casé hace poco y te cuento que tengo una esposa que es un sol radiante en la cocina».  Entonces  Pedro comentó: «¡Tu esposa debe cocinar espléndido!» «¿Espléndido?  Mi esposa lo quema todo», dijo Pepe.

Nuestra cultura nos empuja siempre a hablar negativamente de otra persona, aun de los que más amamos. Y aunque lo digamos con un sentido de humor, las palabras negativas siempre causan dolor en quienes recaen.  Sin embargo, la persona de éxito siempre estimula con sus palabras a quienes la rodean, porque las palabras… construyen o destruyen.

MDC/ag

28 05, 2017

Hablar Bien

2019-09-09T00:13:43-05:0028 mayo, 17|

Todo el día, todos los días, los mensajes nos bombardean. A algunos de estos mensajes los esperamos con ansias; es el caso de palabras de afirmación, ánimo, un rápido «te amo». Otros mensajes apenas los notamos: el último jingle de la radio, vallas publicitarias a un lado de la carretera, correos electrónicos no deseados o textos que envían a nuestros teléfonos y tabletas.

Sin embargo, entre los mensajes más importantes en nuestra vida cotidiana están los que enviamos a los demás. No es que nuestros mensajes sean más importantes, pero estos son los únicos en los que podemos controlar el contenido. ¿Qué tipo de mensajes estamos enviando?

Una palabra equivocada e hiriente puede causar dolor y arrepentimiento que, en ocasiones, perduran para toda la vida. En un momento u otro, todos hemos deseado poder retractarnos de algo que hemos dicho.   Lamentablemente, eso es imposible.

No obstante, lo que sí podemos hacer es aprender el arte de hablar con gracia.

Salomón compara a las palabras bien escogidas con joyas preciosas.  (Proverbios 25: 11-12).  No solamente son preciosas y valiosas, sino que también son difíciles de encontrar.

Seamos claros: ¡no me refiero a que seamos aduladores! Hablar bien significa usar palabras honestas, consideradas y amables, que nacen de la gracia y son motivadas por el amor. En ocasiones, eso significa que nuestros mensajes pueden ser difíciles de ser escuchados, tal vez incluso rechazados, al menos en un inicio. Pablo muestra las características de un mensaje bien expresado en Efesios: Evitar ser ásperos o groseros, hablar lo que edifica y no lo que destruye, ser sensibles y ser ejemplos de integridad (Efesios 5: 3-4, 4:25, 29). La forma en la que hablamos entre nosotros es tan importante como lo que realmente decimos. La gracia que hemos recibido para nuestra salvación se extiende también a nuestro hablar. ¡Al ser dependientes de la gracia de Dios, podemos comprometernos a amar y animarnos mutuamente!

Proverbios: 25:11-12.  El consejo oportuno es precioso, como manzanas de oro en canasta de plata.  La crítica constructiva es, para quien la escucha, como un pendiente u otras joyas de oro.

Autor: Pastor Graham Bulmer

MDC/ag

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