23 10, 2022

¿Tienes un corazón dispuesto a servir?

2022-10-23T06:37:49-05:0023 octubre, 22|

Cuando era pequeño, nunca pensé en hacerme misionero. Siempre era algo para otras personas. No estaba en contra de la idea simplemente no pensaba que fuera algo para mí. Crecí en un hogar cristiano y de vez en cuando familias misioneras venían a la casa para almorzar. Fue interesante escuchar sus historias, pero nunca vino a mi mente la idea que algún día yo sería misionero. Sin embargo, Dios tenía otros planes.

Llevaba varios años trabajando en medios seculares en California (Estados Unidos). Estaba muy activo en mi iglesia, dirigiendo el ministerio de adolescentes y jóvenes. A finales del año 1987, asistí a una conferencia de misiones diseñada para universitarios. Un grupo de 17 estudiantes de mi iglesia asistiría a esta conferencia y los líderes me pidieron que fuera para vigilar a los chicos “por si acaso”. Sin embargo, Dios tenía otros planes.

Fue en esta conferencia con casi 25,000 personas que Dios me llamó a ser misionero. Su voz fue muy clara la noche del 30 de diciembre de 1987. Me comprometí a iniciar el camino, tomado de Su mano.

En realidad, también yo he muerto en la cruz, junto con Jesucristo. Y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí. Y ahora vivo gracias a mi confianza en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para salvarme. Gálatas 2:20 (TLA)

La doctora Helen Roseveare misionera y autora inglesa. Trabajó como médico en el Congo desde 1953 hasta 1973. Fue en su mensaje de aquella noche del 30 de diciembre que usó las palabras del Apóstol Pablo en Gálatas 2 para tocar mi corazón. Recuerdo muy bien esa noche. Fue como si el Espíritu Santo estuviera hablándome solamente a mí. Repetí las palabras, “Y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí.”

Pero ¿cómo podría estar seguro de este llamado de Dios? Al conversar con mi pastor en aquel entonces, me hizo entender que el llamado y el servicio misionero comienza en casa. Si no tengo un corazón dispuesto y listo para evangelizar donde estoy, tampoco no lo tendré al llegar al campo misionero. Si mi corazón no se quebranta por la gente sin Cristo donde vivo, no se quebrantará cuando llegue al lugar donde voy a servir. Si no estoy dispuesto de servir a mi prójimo en mi país de origen, será aún más difícil hacerlo en una cultura diferente y con un idioma diferente. Finalmente, si no estoy preparado a morir a mis propios sueños para el futuro, no podré servirle a Dios en el campo misionero.

Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto. Romanos 12:2 (TLA)

Romanos 12:2 también llegó a ser un versículo muy importante para mí, pero también muy difícil de cumplir. Fíjate en el reto de no vivir como el resto del mundo. ¡Híjole! Pero ¿cómo? Y luego Pablo dice, “Cambia tu manera de ser y pensar y así podrás saber qué es lo que Dios quiere de ti.” Son palabras muy fáciles de decir, pero qué difícil de adueñarse de ellas. En otras versiones de este versículo podemos ver la palabra transformar y es justo lo que Dios quiere de nosotros, una mente, un corazón, una vida transformada para saber lo que Él quiere de nosotros.

El pastor y misiólogo John Piper dice que a partir de esa mente renovada y una experiencia de oración, a la hora de discernir el llamado al servicio hay que tomar en serio varias cosas:

  • Tus dones espirituales, Dios no te va a llamar a hacer algo sin haberte equipado primero.
  • Las necesidades de otros. Una mente renovada se toma en serio las necesidades que ve en el mundo y las que más le conmueven.
  • Habilidades prácticas. En mi caso, Dios me mostró cómo usar todo lo que había aprendido y ejercitado como comunicador social en el campo misionero. No creo que Dios vaya a desperdiciar las habilidades que Él ha formado en ti.
  • ¿Estás preparándote para poder integrarte y aprender de tu nueva cultura? Investigué varias entidades misioneras antes de hacer la solicitud a HCJB. Cuando fui aceptado y sabía que iba a venir al Ecuador, puse un mapa del país en el techo encima de mi cama. Así pude orar por Ecuador y su gente cada noche antes de dormirme.
    • ¿Realmente tienes un corazón dispuesto a servir? ¿Estás sirviendo ahora? Si no, tal vez no estás listo para servir en el campo misionero. El servicio es una actitud, un compromiso. No es una habilidad que podemos aprender. Es algo que viene de lo más profundo de nuestro ser.
  • ¿Eres activo en tu iglesia ahora o eres simplemente un observador? Tenemos que entender las funciones de una iglesia local para poder servir a los demás en la iglesia en el campo misionero.
  • La mente renovada quiere glorificar a Dios por encima de todo. Quiere ver la gloria de Dios celebrada en el mundo. ¿Quieres lo mismo?

El pastor Piper dice, “Pregúntese: ‘En todas estas cosas, ¿busco la gloria de Dios? ¿Veo a lo que me estoy guiando como lo que más glorificaría a Dios?’ Entonces, sumérgete en la palabra y ora sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17). Toma estos siete factores en serio, y eventualmente sabrás el llamado al servicio que Dios tiene para ti.”

El 22 de agosto de 2021 cumpliré 29 años en el campo misionero. Nunca me imaginé hacerme misionero y cuando salí al campo misionero en 1992, nunca imaginé servir tanto tiempo. Pero gracias a Dios, Él tenía otros planes para mí. Él vio lo que yo no pude ver y me dirigió en momentos cuando no sabía a dónde ir.

¿El campo misionero o el servicio a tiempo completo como pastor es para todos los cristianos? Definitivamente no. Requiere discernimiento del llamado, disciplina y compromiso para cumplirlo. Pero más que nada, requiere morir a nosotros mismos para poder vivir con Cristo.

Siempre que ustedes coman o beban, o hagan cualquier otra cosa, háganlo para honrar a Dios. 1 Corintios 10:31 (TLA)

Como cristianos, tenemos que hacer todo para honrar a Dios –  ya sea como: misioneros, pastores, comunicadores sociales, contadores, etc. Aquí en HCJB2, un pastor que hace un programa los domingos nos recordó que hagamos lo que hagamos, hay que hacerlo para honrar a Dios. Si es lavar los platos después del almuerzo, sacar la basura antes de irnos, preparar el programa radial, o trabajar en el área administrativa… siempre hay que honrar a Dios.

Espero que puedas evaluar lo que estás haciendo. ¿Estás honrando a Dios? Al responder el llamado de Él en tu vida, ¿estás honrando a Dios? Si la respuesta es “sí”, ¡a Él sea la gloria!

ESCRITO POR: Allen Graham

7 06, 2016

EN EL LUGAR DONDE ESTAMOS

2019-09-02T12:37:31-05:007 junio, 16|

“Por eso, hermanos míos, ya que Dios es tan bueno con ustedes, les ruego que dediquen toda su vida a servirle y a hacer todo lo que a él le agrada. Así es como se le debe adorar” (Romanos 12:1)(NTV)

En el lugar donde estamos debemos servir a Dios. Todos somos misioneros. ¿Qué quiere decir esto? Que en nuestro trabajo o en el lugar donde Dios nos ha puesto, somos misionero y por eso debemos cumplir la comitiva de Jesús que nos dijo “ID”, Jesús no nos dijo “esperemos a que vengan”.

No siempre el pastor o el evangelista o el misionero entra a los lugares donde cada uno de nosotros puede entrar, ellos no pueden entrar a nuestros trabajos pero nosotros sí podemos llegar a la gente a la que estamos sirviendo.

Pablo, cuando dice que “dediquemos toda nuestra vida para servir a Dios”, no nos dice que renunciemos a nuestro trabajo, él, nos está animando a que en ese sitio le sirvamos como Dios quisiera que sirvamos, como a Dios le agrada.

¿En qué lugar trabajas? Hay muchos trabajos.

Hay dos cosas que debemos ver,

a) tienes que hacer lo que amas y si no haces lo que amas

b) tienes que empezar amar lo que haces.

Muchas personas no están en el trabajo que quisieran sino en el trabajo que les toca, hay personas que si están con el trabajo que anhelaron. No sé cuál es tú caso pero, sea el caso en el que estés o el trabajo que tengas sírvele a Dios ahí. En otras palabras, en el lugar donde estemos debemos tener la mejor actitud de servicio, pues debemos entender que no estamos sirviendo a un ser humano común y corriente, le estamos sirviendo a Dios.

¿Por qué dije que, todos somos misioneros? Porque Dios nos dejó una misión, un algo que hacer para acrecentar su reino, ese algo que hacer es “ID” o “SALIR”, no nos dijo que nos encerremos o que nos quedemos. Todos somos misioneros en el lugar donde estamos.

11 04, 2016

Dios nos llamó

2019-07-07T04:56:34-05:0011 abril, 16|

El ser humano tiene dos necesidades sociales en su corazón y estas parecen opuestas entre sí, pero en Dios ambas necesidades quedan satisfechas, la primera es la necesidad de ser especial y la segunda es la necesidad de identificarse.

Así que Dios nos llamó, a unos de entre los judíos y a otros de entre los no judíos. (Rom 9:24)

  1. Dios me llamó individualmente.

Muchas veces hay en el corazón de los hombres la necesidad de sentirse especiales, únicos, es una necesidad real y genuina, lo malo es cuando tratamos de llenarla buscando sobresalir entre los demás, comparándonos, tratando de minimizar a los demás, aplastándolos, etc.

“Dios nos llamó”, que maravilloso saber y tener la certeza que Dios nos llamó, Dios nos nombró, específicamente, a ti, a mí, no fue por grupos, no fue por nacionalidades, no fue por estratos sociales, cuando este versículo dice “nos llamó”, habla de individualidad, habla de ”ti y de mi” y es maravilloso saber que nos miraste, nos llamaste por el nombre, nos conociste, nos atrajiste, nos diste vida.

Gracias por llamarnos por mi nombre, recordé la historia de uno que fue llamado por su nombre.

Después de decir esto, gritó: –¡Lázaro, sal de ahí! (Juan 11:43 )

Y el que había estado muerto salió, con las manos y los pies atados con vendas y la cara envuelta en un lienzo. Jesús les dijo: –Desátenlo y déjenlo ir. (Juan 11:44)

  1. Dios nos llamó uniformemente

Necesitamos sentirnos identificados, sentirnos parte de algo, sentirnos simplemente humanos, necesitamos no estar solos. Dios dijo “no es bueno que el hombre este solo” y al decir esto Dios identificó la necesidad del ser humano de ser igual a los demás, alguien con quien identificarse, una necesidad que Dios por si mismo y en el huerto Él no podía satisfacer.

Cuando dice “Dios nos llamó” también se refiere a que somos muchos, de diferentes clases sociales, de diferente nacionalidad, de diferentes culturas, color de piel, somos diferentes, pero tenemos algo en común, nos llamaste.

Pablo también pudiera ser especifico sin embargo dice “nos llamó” como diciendo: Todos somos iguales y no llamaste a ninguno más que a otro, aunque tal vez Pablo pudiera sentirse diferente a los demás, un escogido especial, un enviado especial, alguien con “más llamado”, “más unción”..

Pablo lo dice claramente: mi llamado y el tuyo son por el mismo Señor y tú y yo no somos diferentes y  puedes hacer y ser útil de la misma manera que yo, porque “Dios nos llamó”.

Gracias a Dios: porque no hay diferencias, porque todos somos hermanos por medio de la sangre, porque nuestros problemas y dolores no son exclusivos, ni especiales sino que en todos lados y en todas las épocas vivimos el mismo llamamiento santo, porque hay quien nos puede ayudar, aconsejar y comprender en nuestras luchas.

Pero el Dios de toda gracia,  que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo,  después que hayáis padecido un poco de tiempo,  él mismo os perfeccione, afirme,  fortalezca y establezca. (1Pe 5:10)

 

12 02, 2016

¿QUÉ TIPO DE PESCADO TRAEMOS A LA BRASA?

2019-09-02T12:46:31-05:0012 febrero, 16|

Ayer compartí en mi congregación una meditación. Jesús había resucitado, se aparece en la casa de sus discípulos dos veces y una en la playa. Ahí, tenía preparado una brasa y sobre ella un pescado para él, luego les ve a sus discípulos pescando, se entera de que no han pescado nada en toda la noche, les ordena que lancen la red a su lado derecho, los discípulos lo obedecen sin saber que era su maestro y logran pescar 150 peces, su red no se rompió, llegaron a la playa y Jesús les dice que traigan cada uno un pescado para ponerlo en la brasa.

¿Qué tipos de pescados traemos la brasa? Lo que pescamos lo hacemos en abundancia. Por eso debo tener cuidado con lo que pesco (es la misma ley de la siembra y la cosecha).

Al pescado veámoslo como una actitud que nace de un pensamiento (algo que metemos en nuestra mente).

Pescados (actitudes) malos que traemos a la brasa pueden ser: chismes, murmuración, quejas, ira, contiendas, criticas, egoísmo, sed de venganza, rencor, amargura, pensamientos negativos, falta de perdón a uno y hacia otro, impuntualidad, deshonestidad, orgullo, irresponsabilidad, impaciencia, tristeza, etc

Pescados (actitudes) buen@s que traemos a la brasa pueden ser: sinceridad, humildad, amar al prójimo como a uno mismo, perdonar, servir, puntualidad, responsabilidad, pensamientos agradables y positivos, verdad, solidaridad, amabilidad, cordialidad, gozo, paz, contentamiento, paciencia, etc

Sabías que ¿Lo que pescamos compartimos? La gente que está a nuestro alrededor se alimenta de las cosas que hay en nuestro interior (ser) y, esas cosas siempre traemos a la brasa mediante lo que decimos, lo que hacemos y dejamos de hacer, la gente que está a nuestro alrededor lo percibe, lo siente, lo nota.

¿Por qué les comparto esto? Porque sé que esto nos puede servir a todos para tener cuidado con nuestras actitudes diarias. Actitudes tenemos dentro de nuestro trabajo, con nuestras familias, con nuestros amigos.

 

12 01, 2016

Samuel servía a pesar de…

2019-09-02T12:49:19-05:0012 enero, 16|

Hay muchas historias en la Biblia que me impactan mucho entre ellas la del sacerdote Samuel, que desde muy pequeño fue entregado al servicio del Señor.

En esa época la imagen de los sacerdotes que ministraban la presencia de Dios era decadente, por la reputación que los hijos del sacerdote Elí se habían ganado. Samuel estaba siendo instruído en el mismo lugar donde se estaban cometiendo tantas faltas.

A veces las personas se preguntan cómo es posible servirle a Dios en medio de corrupción, pues la verdad es que sí, como lo hacía Samuel. Hace miles de años ocurrió eso y hoy la maldad ha aumentado en los hombres también, por lo tanto no deberíamos asombrarnos y mucho menos escandalizarnos cuando sucede algo con algún líder o pastor y menos poner como excusa ese incidente para alejarte de la iglesia.

Creo que es normal encontrar actidudes malas, desaprobadas en otras personas porque también las hay en nosotros, pero eso no debe desencadenar en murmuración o rebeldía con la autoridad de la iglesia y menos con Dios. Si vas a la iglesia y encotraste algo malo en alguien y eso te impide seguir, dejame decirte que no estas yendo a la iglesia en busca de Dios sino tras el hombre.

En el caso de Daniel él se desenvolvía en un ambiente donde la corrupción era evidente y grave pero él servía Dios y a los sacerdotes aunque no tuvieran un buen testimonio. Porque lo que él buscaba realmente era agradar a Dios. Cada que leo su historia siento que falta mucho en el pueblo de Dios pero primero que todo en mí.

En este nuevo año propongámonos hacer las cosas bien a pesar de que muchas personas no lo hagan, recordemos siempre que lo más importante es agradar a Dios, poner la mirada en él y no en el hombre que es imperfecto.

 

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