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20 08, 2020

NUESTRO PADRE EL TERRENAL Y EL DIVINO

2022-09-21T14:38:57-05:0020 agosto, 20|

El Día del Padre es un día especial, y muchos lo festejan con alegría y gozo. Pero como todo día especial, otras personas lo perciben como un evento difícil y en ocasiones bastante triste y hasta sentirlo como “una molestia.”

Las experiencias de cada persona con relación a su padre pueden ser muy variables. Si la vivencia en la niñez y adolescencia ha sido al lado de un padre cariñoso, atento, y amoroso; la figura del padre de sangre y hueso (terrenal) produce sentimientos agradables. En cambio muchos han sido afectados por las falencias de un padre que tomo decisiones erróneas, se comportó bruscamente, o aún se ausento o estuvo distante toda la vida.

La figura del padre y las experiencias se graban en la mente y el alma de la persona. En ocasiones esto está grabado en la inconciencia, y no se ha podido contactar o analizar los efectos que estos han producido en el hijo/a. Luego cuando considera la vida espiritual y le hablan sobre Dios como PADRE, suben unas emociones mixtas. A veces se siente una resistencia para relacionarse con Dios que no parece tener explicación.

Puede ser que esté sucediendo LA TRANSFERENCIA. Esto es una situación mental y del alma y en muchas ocasiones es automática e imperceptible. Al escuchar la palabra “Padre,” automáticamente la mente recuerda y muestra imágenes del padre terrenal. Las características de ese padre suben y uno coloca esas características SOBRE el Padre Dios, o Padre Divino. Un ejemplo es lo siguiente: Si el padre terrenal es cariñoso, amoroso, y ha mimado al hijo/a, entonces esa persona encuentra fácil sentir y responder en la relación con Dios Padre con facilidad, porque cree que Dios será como el padre terrenal. En cambio si la experiencia con el padre terrenal ha sido difícil con características negativas, la persona resiste relacionarse con Dios Padre porque su mente le hace pensar que ese Padre Divino se comportara igual o peor que su padre terrenal y brota la desconfianza y distanciamiento.

Que podemos hacer con esta situación de LA TRANSFERENCIA? Esto requiere de un proceso y labor con los pensamientos y conocimientos, además del ejercicio de la voluntad y la fe. Primero tenemos que hacer un análisis de la relación con nuestro padre terrenal e identificar las características que están o estuvieron presentes. Luego es bueno tomar un poco de tiempo y estudiar la Palabra de Dios (La Biblia) para conocer el carácter de nuestro Padre DIVINO. Es importante distinguir lo terrenal de lo divino. No son lo mismo. Y nosotros como seres humanos tenemos que aprender a relacionarnos con el Padre DIVINO como EL ES, no como pensamos o sentimos que él es. Abrir nuestros oídos y ojos espirituales con la ayuda del Espíritu Santo es necesario. Podemos ejercer la mente y decir, “No voy a seguir con el hábito

de LA TRANSFERENCIA. Voy a tener más cuidado y mirar al verdadero carácter de mi Padre Celestial Divino.” Día por día puedo aprender a aceptarle y relacionarme con EL cómo mi Padre Divino que El ES. Poco a poco al darnos cuenta, cancelamos la transferencia y nos podemos gozar en el verdadero amor incondicional y perfecto de nuestro PADRE DIVINO.

Jesucristo dijo que si queremos conocer al Padre Divino lo podemos hacer a través de Jesús, quien es el vivo imagen del Dios Padre Divino. ( San Juan 10:30; Hebreos 1:3; Colosenses 1:15 al 17; y Salmo 145)

 

ESCRITO POR: Betty Van Engen

20 08, 2020

MI LUCHA CON LA DEPRESIÓN

2022-09-21T14:38:58-05:0020 agosto, 20|

“No puede estar triste el corazón que ama a Cristo…” Las palabras de la canción que aprendí en la infancia hacían eco entre mis lágrimas y sentimientos de miseria. “Creo que no eres salva”, me dijo alguien por ahí, “porque si fueras cristiana no tuvieras depresión”. Alguien más sugirió una sesión de liberación porque esa melancolía no podía ser otra cosa que un demonio. Ahí, en el piso, rodeada de pañuelitos empapados, mi corazón se ahogaba entre sentimientos encontrados, sin ninguna esperanza.

Sí, es verdad, yo lucho con la depresión y soy cristiana. Bien cristiana. A veces mi depresión se siente como una pesada cobija que no me deja moverme, peor levantarme. Es mi aguijón en la carne, algo que le he pedido a Dios en incontables ocasiones que me quite de encima, pero Su respuesta ha sido siempre: “Bástate mi gracia” (2 Corintios 12:9). De hecho, la depresión forma parte de la historia de amor entre el Señor y yo, pero de eso hablaré en otra ocasión.

Como iglesia podemos hacernos de la vista gorda y responder “¡bendecidos y en victoria!” cada vez que alguien nos pregunta cómo estamos, pero la realidad es que la OMS estima que aproximadamente 300 millones de personas en el mundo sufren de depresión. Una encuesta realizada por HCJB en Instagram indica que el 93 % de los encuestados la ha vivido. ¿Queremos seguir mirando para el otro lado? Obviamente los cristianos tenemos la Palabra de Dios, la cual es nuestra autoridad y nos provee todo lo que necesitamos para la vida y piedad (2 Pedro 1:3-4). ¿Qué dice la Biblia sobre la depresión?

1. El que hablaba cara a cara con Dios sufrió depresión (Números 11:15)

El gran Moisés que vio una zarza ardiente, que vio el despliegue del poder de Dios en Egipto, que vio abrirse el mar, que vio la gloria de Dios, que su rostro brillaba, llegó al punto de desesperación en el que clamó a Dios, pidiéndole que le quitara la vida. No parecerían ser las palabras de un valiente hombre del Señor que conocía de primera mano Sus milagros.

2. El hombre conforme al corazón de Dios sufrió depresión (Salmos varios)

David lo tenía todo: era guapo, un músico talentoso, un poderoso guerrero que llevó a su ejército a múltiples victorias, un buen rey al que no le faltaban riquezas y, lo más importante, una vibrante relación con Dios. Sin embargo, en los Salmos vemos cómo lloraba día y noche (Salmos 6:6-7; 42:3). Incluso llega a decirle al Señor que quisiera ser una paloma para volar lejos y morir en el desierto (Salmo 55:6-7).

3. El gran profeta que vio caer fuego del cielo sufrió depresión (1 Reyes 18:20-19:18)

Elías oró a Dios y dejó de llover por tres años. Después vio cómo el aceite y la harina de una viuda no se acabaron durante todo el tiempo de la sequía. Para rematar, fue el instrumento del Dios Todopoderoso para humillar a los profetas del falso dios Baal. Fue testigo de cómo cayó fuego del cielo que consumió un altar empapado. Luego oró y volvió a llover. Con semejante victoria, cualquiera estaría en el éxtasis de la felicidad, pero Elías pidió morirse y se escondió en una cueva.

4. El profeta elegido desde antes de nacer sufrió depresión (Jeremías 20:14-18)

Ya quisiera yo oír a Dios decir de mí algo como lo que Él le dijo a Jeremías. El Señor lo llama, lo afirma, le promete que siempre estará con él y le anima para que no tuviera miedo (Jeremías 1:5-10). Sin embargo, el profeta que oía la voz de Dios llega al punto de maldecir el día que nació y declara su deseo por haber muerto en el vientre de su madre (Jeremías 20:14-18).

5. El gran apóstol a los gentiles sufrió depresión (2 Corintios 1:8)

Pablo, perseguidor de la iglesia, tuvo un encuentro increíble con Jesús que cambió su vida. Su labor misionera fue marcada con demostración del Espíritu y de poder (1 Corintios 2:4). Pero en su ministerio, Pablo no solo tuvo que afrontar circunstancias sumamente difíciles, sino que a eso se sumaba su ansiedad por las iglesias que había fundado (2 Corintios 11:23-28). En la “epístola del gozo” incluso confiesa que ha atravesado por tristeza sobre tristeza (Filipenses 2:27).

La pregunta seria es si Dios en algún momento desechó a alguno de estos hombres por padecer de depresión. ¡No! El Señor no se echó para atrás con ninguno de ellos ni los mandó a liberarse del “demonio”. Jamás puso en duda su salvación, servicio o autoridad. Más bien, Él mismo lidió con ellos en cada situación particular. Pero ¿qué estamos haciendo nosotros, como iglesia? En la encuesta mencionada anteriormente, el 88 % de encuestados confesaron haber ocultado su depresión de su comunidad de creyentes y el 61 % ha sentido presión por esconder su estado de ánimo. Algo me dice que necesitamos releer estos pasajes de la Escritura para que estas cifras cambien en nuestras iglesias.

Hay mucho qué decir sobre el tema de la depresión y algunos detalles quedarán para una próxima ocasión, pero, por ahora, solo quisiera decirte que, si tú estás atravesando por un período de depresión o si luchas con esta constantemente (como yo), Dios no te rechaza. Él te recibe a través de Su gracia por la obra de Cristo en la cruz y tiene un propósito para tu aflicción. Estudia las vidas de todos los hombres de Dios que menciono arriba y podrás darte cuenta de eso. Y si no tienes la experiencia de la depresión, seguramente conoces a alguien que sí se encuentra en medio de esa batalla. Busca en la Biblia la manera de animar a quienes sufren y tienen ansiedad, tal como Dios lo hace.

Quisiera contarte en el futuro más de mi testimonio y de cómo Dios me ayuda a navegar en medio de mi depresión día a día. Por lo pronto, sea cual sea tu caso, ¡no pierdas la esperanza! Dios es bueno y no deja de serlo cuando pasamos por el valle de sombra de muerte (¡qué descripción tan precisa de lo que se siente en la depresión!). “Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor” (Salmo 27:14).

 

ESCRITO POR: María del Carmen Atiaga

20 08, 2020

¿CÓMO ES TU FE?

2022-09-21T14:38:58-05:0020 agosto, 20|

El mundo es un lugar difícil para vivir. Mucho más cuando nos enfrentamos a situaciones que nos llenan de miedo o incertidumbre sobre el presente y el futuro. En momentos así nuestra fe puede ser desafiada.

Si el mundo no tiene sentido, ¿por qué debo seguir creyendo en Dios?

Existen muchas maneras de responder a esa pregunta. Voy a ofrecer algunas. Con cada uno de estos puntos responde a esta pregunta:

¿Cómo es tu fe?

 

1 – Efímera o Eterna

El gran artista tropical, Juan Luis Guerra, canta “Todo pasa”. Una canción que parecería tomar su inspiración en el libro de Eclesiastés donde aprendemos que todo tiene su tiempo. Y es la gran realidad de la existencia humana, nada es eterno.

Nuestra vida en la gran línea de tiempo de la historia y la existencia universal, es poco más que un punto insignificante. Lo triste es que muchos ponemos nuestra fe en las cosas que suceden durante ese punto diminuto. Nuestras esperanzas están en el dinero, en la salud, en la buena voluntad de la gente o cualquier otra cosa. El poeta en Eclesiastés diría “todo es vanidad”. Es un soplo en el viento que se evapora al instante.

Pero Juan Luis Guerra termina su canción al son de esta letra: “Lo único que nunca pasa es el amor”. 1 Juan nos dice que “Dios es amor” y Pablo nos dice en 1 Corintios que “el amor nunca deja de ser”. Dios es eterno, es infinito. No se limita a una porción del tiempo. No esta limitado, su amor es eterno.

Si tu esperanza y tu fe dependen de las cosas del mundo, es efímera, es limitada, es pasajera; es como un susurro en el viento que se pierde al instante. Pero si tu fe esta fundamentada en algo eterno, algo que nunca cambia, alguien que te ama ahora y lo te amará para siempre, entonces tu fe permanecerá porque está fundamentada en lo eterno.

¿Quieres tener una fe efímera y limitada; o quieres tener una fe eterna?

2 – Circunstancial o Incondicional

Existen 2 tipos de hinchas de futbol. Puedes ser el hincha verdadero que sigue a su equipo sin importar que gane o pierda. No importa si hay problemas o malas rachas, tu amor y tu fe esta en tu equipo y eso nunca cambiará. Pero hay otro tipo de hincha, el que apoya al equipo de moda. Ese hincha que solo habla bien de su equipo cuando gana y tan pronto baja de categoría lo deja atrás por otro más exitoso.

Así somos con Dios. Podemos ser hinchas fieles o podemos ser los hinchas traicioneros. No es fácil vivir en un mundo donde todos están en contra de nuestro equipo, es difícil ser hincha del equipo de Dios.

Pero nuestra fe no se basa en las circunstancias. No se basa en si mi vida va bien, o si el mundo alrededor parece ser justo. Si verdaderamente creemos en Dios, creemos incondicionalmente en Él.

Creemos en un Dios que era, que es y que siempre será. Es una fe que no depende de circunstancias, sino que confía en un Dios de amor Incondicional.

3 – Interna o Externa

Imagina que vas al mar y en un muelle ves 2 botes diferentes. El primero es un velero. Es un bote hermoso. Tiene una enorme vela que atrapan el viento y lo usa a su favor para navegar. El otro bote es una yate, no necesita de una fuerza exterior para moverlo, sino que tiene un poderoso motor que lo lleva de un lado a otro. ¿En cuál te vas a subir?

Muchos estamos navegando nuestra fe como en un velero. Cuando el viento sopla y va en la dirección que queremos estamos fuertes, nos podemos comer el mundo porque esa fe nos impulsa. Pero eso no durará siempre, porque dependes de lo exterior. Quizás estás viviendo la fe de tus padres o de tu pastor. Puede ser que cuando tu familia y tus amigos se muestran fuertes en Dios tu también. Pero cuando el viento deje de soplar o incluso esté en contra, tu fe va a sufrir.

Dios nos llama a tener una fe personal e independiente de los demás. No por ser parte de una iglesia o una familia cristiana significa que tú automáticamente lo seas. Si crees así, estas dependiendo del viento de otros. Pero cuando Cristo está en el centro de tu vida Él se convierte en el motor que iimpulsa tu vida. Porque muy pronto vas a tener que salir de las aguas calmadas y entrar a vientos estancados o tormentas que amenazan con hundirte. Si no tienes a Cristo como motor de tu vida y tu fe, te vas a estancar o te vas a ir para atrás.

¿En qué bote te vas a subir?

4 – Emocional o Racional

Nuestro mundo ama hablar de lo que sentimos. “Sigue lo que te diga tu corazón” es un frase que escuchamos a menudo. Suena muy linda, es romántica y nos llena de sentimientos de esperanza y triunfo. Pero consideremos lo que la Biblia dice sobre los sentimientos.

Jesús dice en Mateo 15:19 que “del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias” y el profeta Jeremías dice “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso”. Entonces: ¿quieres depender de tu corazón y tus emociones?

Si tu fe depende de sentirte bien, vas a estar en problemas el momento que ya no te sientas bien. Por eso vemos muchas personas que se acercan a Dios o a una iglesia por un tiempo, pero muy pronto los problemas de la vida o una mala actitud los alejan para siempre. Incluso Jesús menciona ese tipo de persona en su parábola del sembrador (Mateo 13).

Mejor olvídate de lo que sientes por Dios y confía en lo que sabes de Dios. Sabes que Dios es bueno, que es Santo, que es Justo, que es Amor, que es Consolador… Dios es todo lo bueno de la existencia humana y cuando nuestras emociones nos dicen lo contrario debemos fortalecer nuestro razonamiento para sobrellevar los momentos de dificultad.

Conclusión:

Una fe fuerte y que permanece a pesar de las dificultades es una fe que depende de Dios. En 1 Corintios 12 Pablo incluye a la fe dentro de la lista de regalos que recibimos de parte de Dios. La fe no es algo que requiere más “esfuerzo” o trabajo de nuestra parte. No podemos fortalecernos en la fe por nuestras

propias fuerzas. La mejor manera de ser fuertes en la fe es reconocer que dependemos completamente de Dios y pedirle cada día que no de una fe Eterna, Incondicional, Interna y Racional.

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

Porque cualquiera que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se abrirá.

Mateo 7:7-8

 

ESCRITO POR: Bryan Rubio

20 08, 2020

LO QUE APRENDÍ EN EL SUFRIMIENTO

2022-09-21T14:38:59-05:0020 agosto, 20|

Hace 10 años empecé a tener problemas de salud, al volver del extranjero luego de un año en una escuela de entrenamiento misionero, cada año presentaba un nuevo síntoma, y por lo tanto un sin número de diagnósticos separados, que terminaron siendo un síndrome de una enfermedad desconocida para mí, y para la mayoría en nuestro país, “enfermedad de Lyme”. Ese es mi diagnóstico desde hace dos años. Recuerdo que cuando le pregunté al doctor si mi visón doble sería reversible, si mi perdida de peso se detendría, si mi fatiga, dolor crónico y  mis alergias alimenticias pararían, él me contestó: No lo sabemos, solo Dios conoce eso.

Tuve que enfrentar un período de duelo no solo sobre mi salud, también sobre mi vida, no volvería a ser la misma, en mis planes estaba ser médico-misionera en algún barco y viajar por el mundo ayudando a las personas, o ser cirujana de campañas evangelísticas, e incluso combinarlos con algo de consejería bíblica para ser un consuelo físico y espiritual, era el plan perfecto… de repente se desvaneció y mi corazón se preguntaba ¿Por qué sucede esto si mis planes no eran malos?, de hecho para mí eran piadosos, ¿por qué Dios estaría dejando claro que sus planes eran otros, no se supone que si busco Su reino, los deseos de mi corazón serán concedidos? ¿Acaso había creído en vano? ¿Será que Él se ríe de mí desde el cielo? ¿Será que me está castigando y me merezco esto?

Si algunas de las preguntas anteriores te suenan familiares, entonces bienvenido al mundo caído, donde el dolor entra sin aviso, donde existe la enfermedad, la muerte, las pandemias, las crisis de fe, las pérdidas financieras, las traiciones, las familias destruídas, las relacionen rotas, los falsos evangelios, etc. Y todo, absolutamente todo, se desvanece en un abrir y cerrar de ojos. (Romanos1:29-31)

Pero hay esperanza, y no es cualquier esperanza, es una esperanza VIVA, Cristo Jesús. Si has leído la Biblia de principio a fin, sabrás que el dolor está presente en cada libro, pero el regalo de una nueva creación en Cristo; y el mismo Espíritu Santo ahora vive en ti y en mí; y día a día nos enseña a ver de manera espiritual, iluminando nuestros ojos, para entender Su Palabra

Después de un año de luchas con mi propio corazón en medio de sufrimiento, puedo decirte que mi perdida fue mi mayor ganancia. Todo lo que yo creía saber de Dios en su gran mayoría estaba establecido por mi propio entendimiento o basado en lo absorbía al escuchar a otros hablar de Dios, me puso en un peligroso lugar de creer todo lo que se enseña en nuestra comunidad cristiana, sin el entendimiento de ser diligente con mi vida espiritual y escudriñar Su Palabra. Mi corazón es engañoso; es una máquina de ídolos. Por ello es indispensable disciplinarnos para la piedad.

Solo en Cristo halle sentido a mi dolor, solo en Cristo encontré vida cuando perdí todo, y solo Él me permitió conocer al Dios verdadero, amar a Su iglesia imperfecta, y ser parte de ella con humildad. Los cristianos no somos perfectos, aun así, Cristo nos entregó las buenas nuevas de su reino. Porque a Él le place que demos fruto para su gloria. Y que andemos en buenas obras. (Efesios 2: 10)

Quiero que experimentes algunos de los beneficios que el dolor trae a nuestras vidas, y no porque el dolor en sí mismo sea un salvador, si no porque puede ser un gran instrumento en manos del único Salvador y Redentor eterno de nuestras almas. El sufrimiento sin Cristo, es solo sufrimiento, sin embargo en Él, es un gran momento para experimentar algunas de las siguientes situaciones:

Exponer nuestra condición espiritual: Estamos vivos para Cristo y muertos para el pecado, o visceversa, ¿has nacido de nuevo o no? Nuestra fe está en Cristo, porque Él es el único medio de salvación para pecadores; no existe nada que pueda reparar nuestra relación con un Dios Santo, no hay acto moral, ni religión suficiente; el único sacrificio acepto es el ungido de Dios, y en Él descansa nuestra esperanza de salvación, nuestra resurrección y nuestra gloria.

Exponer nuestro pecado: Creo que tengo una lista de todas las formas en que mi pecado era más visible en mi sufrimiento; algunas de esas emociones de ira, resentimiento, falta de perdón, orgullo, soberbia, avaricia, y más, que experimentas en el sufrimiento, son una gran misericordia para tu libertad. En Su cruz todo ha sido redimido, mucho de lo que te cuesta perdonar, cobra otro sentido cuando lo ves a la luz de cuanto Él te ha perdonado. Su cruz es suficiente, si Él perdona nuestras ofensas, cuánto más nosotros.

Exponer nuestra verdadera esperanza: Dios o su creación, lo terrenal o lo eterno, tu religión o un Dios vivo. Fue abrumador ver que mi esperanza era mi profesión, mi independencia económica, mi futuro, mi propio nombre. En Él hay salvación, podemos descansar en Su obra completa y ser libres.

Exponer la trampa de nuestro propio corazón: El temor, la envidia, la duda, la negación, el desánimo, están al asecho y no por ser un cristiano nacido de nuevo, estás libre de esta lucha, créeme, solo Cristo y Su evangelio nos ministra una y otra vez, Su iglesia, nuestra comunión con los santos es la mayor bendición para enfrentar el sufrimiento, el dulce bálsamo del amor de Cristo en cada uno de nosotros nos mantendrá fortalecidos hasta el fin.

Exponer el verdadero consuelo: Su gracia, Su presencia, Su soberanía, Sus propósitos, Su iglesia, Su paz. Sus planes son los que mayor libertad nos traen, porque Su yugo es ligero, porque fuimos creados en Él, por Él y para Él. Solo ahí encontraremos descanso real. Dios no se ríe de tu dolor, tampoco del mío. Él es eternamente compasión, Su misericordia es infinita, no hay día en que Él rechace a los quebrantados de corazón. Él nunca se cansa.

Exponer nuestra falsa doctrina: No hay nada más dulce que ver Su rostro en tu sufrimiento, no hay nada más fortalecedor para un cuerpo cansado y un corazón confundido, que descubrir a un Dios vivo: Infinito, Incomprensible, Autoexistente, Autosuficiente, Eterno, Inmutable, Omnipresente, Omnisciente, Omnipotente y Soberano.

Exponer nuestra identidad como criaturas: Al contrario de todo lo que Él es, yo no soy un ser sin límites, a diario necesito descansar, dormir, comer, etc, no soy un ser infinito en conocimiento, no tengo provisiones infinitas, cambio constantemente, no puedo estar en todas partes y no fui creada para gobernar mi propia vida ni el universo (aunque mi carne así lo desea).

Reconocer sus atributos y compararlos con mis debilidades despierta mi asombro y adoración. Si algo puedo dejarte como una sugerencia, es que en tu sufrimiento, busques al Señor, estudia sus atributos, cada vez que leas sobre ellos en La Bliblia, ora y pídele sometimiento a Él, de corazón, de palabra y de obra. Esta lucha contra la carne y el pecado, no es una lucha en la que estás solo, Él ya venció, y luchamos en el poder de Su fuerza, que el Señor nos permita ser una iglesia que brinda Esperanza Viva, que podamos ser una iglesia que sufre con los que sufren, pero que su tesoro es imperecedero, que Dios nos permita ser santificados en el sufrimiento, y que las pérdidas, ya sean materiales, emocionales, relacionales o incluso de nuestras vidas, nos sirvan para testificar de nuestra fe, de nuestro gozo, de nuestro Señor y salvador.

 

ESCRITO POR: Daniela Erazo

20 08, 2020

Recordatorio: Aún no puedes viajar al pasado

2022-09-21T14:39:00-05:0020 agosto, 20|

“Oh, si… el pasado puede doler, pero tal como yo lo veo, puedes huir de él o aprender…”.

Rafiki, 1993, El Rey León, de los estudios Walt Disney.

Para conversar de viajes en el tiempo es imprescindible hablar de La película «Volviendo al Futuro» dirigida por Steven Spielberg y estrenada en el año 1985, ilustra la loca experiencia de un adolescente que logra viajar en una máquina del tiempo la cual le transporta a los años 50’s. Esta historia trae a colación la idea extraordinaria (aún ficticia) de incidir en nuestro pasado de manera directa.

Al puro estilo del Sr. Spielberg me he planteado escenarios en que quisiera regresar a mi adolescencia y evitar una relación que me afectó emocionalmente o a mi niñez y abrazar al niño de 4 años que lloraba por su primer día de escuela, pensándolo bien, en general, intentaría evitar mi sufrimiento y mis malas decisiones, pero no querido lector, eso no es posible.

Es por ello que de inmediato pienso en la sabia frase de Rafiki, personaje del Rey León la cuál cito al principio, el pasado puede doler, incluso nos puede seguir afectando en la actualidad, pero lo que no debería hacer es definir nuestro futuro.

Pablo, escritor de la carta a los filipenses en el capítulo 3, versos 13-14 aclara lo siguiente: «Hermanos, yo mismo no considero haber{lo} ya alcanzado; pero una cosa {hago:} olvidando lo que {queda} atrás y extendiéndome a lo que {está} delante, prosigo hacia la meta para {obtener} el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.»

La clave para vivir una vida saludable emocionalmente es reconocer el pasado como una lección de vida, pero no dejarse agobiar por el peso de las malas decisiones y las heridas que dejó, obvio no será fácil pero qué afortunados somos de tener al Rey del universo a nuestro lado.

El Señor dice: Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti.

Sl 32:8

 

ESCRITO POR: Cristopher Castellanos

20 08, 2020

La razón por la que el aguacate contribuye para bajar de peso

2020-08-17T12:44:10-05:0020 agosto, 20|

La razón por la que el aguacate contribuye para bajar de peso.

El aguacate es uno de los frutos preferidos por las personas para acompañar ensaladas o hasta platos propios de la gastronomía de un país. Sobre su ingesta hay una serie de ideas equívocas como que contribuye a aumentar de peso.

«El aguacate no va a ser el causante ni el culpable de la ganancia de peso corporal de nadie, y, de hecho, es altamente saciante por lo que puede venir bien para controlar el apetito», señaló.

El aporte de grasas cardiosaludables puede ayudar contra uno de los perjuicios del sobrepeso: el llamado ‘colesterol malo’, el LDL (siglas de ‘Lipoproteínas de Baja Densidad’ en inglés) que se deposita en las paredes de las arterias.

El portal GQ explica que el aguacate también posee menos de un gramo de azúcar y hasta 9 gramos de fibra, además de nutrientes antioxidantes y permite eliminar toxinas.

Las bondades del aguacate son varias, sin embargo, eso tampoco significa que pueda exceder su consumo. Lo importante ante todo es mantener una proporción adecuada y equilibrada en la dieta como un medio aguacate o uno entero.

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