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LO QUE APRENDÍ EN EL SUFRIMIENTO

LO QUE APRENDÍ EN EL SUFRIMIENTO

Hace 10 años empecé a tener problemas de salud, al volver del extranjero luego de un año en una escuela de entrenamiento misionero, cada año presentaba un nuevo síntoma, y por lo tanto un sin número de diagnósticos separados, que terminaron siendo un síndrome de una enfermedad desconocida para mí, y para la mayoría en nuestro país, “enfermedad de Lyme”. Ese es mi diagnóstico desde hace dos años. Recuerdo que cuando le pregunté al doctor si mi visón doble sería reversible, si mi perdida de peso se detendría, si mi fatiga, dolor crónico y  mis alergias alimenticias pararían, él me contestó: No lo sabemos, solo Dios conoce eso.

Tuve que enfrentar un período de duelo no solo sobre mi salud, también sobre mi vida, no volvería a ser la misma, en mis planes estaba ser médico-misionera en algún barco y viajar por el mundo ayudando a las personas, o ser cirujana de campañas evangelísticas, e incluso combinarlos con algo de consejería bíblica para ser un consuelo físico y espiritual, era el plan perfecto… de repente se desvaneció y mi corazón se preguntaba ¿Por qué sucede esto si mis planes no eran malos?, de hecho para mí eran piadosos, ¿por qué Dios estaría dejando claro que sus planes eran otros, no se supone que si busco Su reino, los deseos de mi corazón serán concedidos? ¿Acaso había creído en vano? ¿Será que Él se ríe de mí desde el cielo? ¿Será que me está castigando y me merezco esto?

Si algunas de las preguntas anteriores te suenan familiares, entonces bienvenido al mundo caído, donde el dolor entra sin aviso, donde existe la enfermedad, la muerte, las pandemias, las crisis de fe, las pérdidas financieras, las traiciones, las familias destruídas, las relacionen rotas, los falsos evangelios, etc. Y todo, absolutamente todo, se desvanece en un abrir y cerrar de ojos. (Romanos1:29-31)

Pero hay esperanza, y no es cualquier esperanza, es una esperanza VIVA, Cristo Jesús. Si has leído la Biblia de principio a fin, sabrás que el dolor está presente en cada libro, pero el regalo de una nueva creación en Cristo; y el mismo Espíritu Santo ahora vive en ti y en mí; y día a día nos enseña a ver de manera espiritual, iluminando nuestros ojos, para entender Su Palabra

Después de un año de luchas con mi propio corazón en medio de sufrimiento, puedo decirte que mi perdida fue mi mayor ganancia. Todo lo que yo creía saber de Dios en su gran mayoría estaba establecido por mi propio entendimiento o basado en lo absorbía al escuchar a otros hablar de Dios, me puso en un peligroso lugar de creer todo lo que se enseña en nuestra comunidad cristiana, sin el entendimiento de ser diligente con mi vida espiritual y escudriñar Su Palabra. Mi corazón es engañoso; es una máquina de ídolos. Por ello es indispensable disciplinarnos para la piedad.

Solo en Cristo halle sentido a mi dolor, solo en Cristo encontré vida cuando perdí todo, y solo Él me permitió conocer al Dios verdadero, amar a Su iglesia imperfecta, y ser parte de ella con humildad. Los cristianos no somos perfectos, aun así, Cristo nos entregó las buenas nuevas de su reino. Porque a Él le place que demos fruto para su gloria. Y que andemos en buenas obras. (Efesios 2: 10)

Quiero que experimentes algunos de los beneficios que el dolor trae a nuestras vidas, y no porque el dolor en sí mismo sea un salvador, si no porque puede ser un gran instrumento en manos del único Salvador y Redentor eterno de nuestras almas. El sufrimiento sin Cristo, es solo sufrimiento, sin embargo en Él, es un gran momento para experimentar algunas de las siguientes situaciones:

Exponer nuestra condición espiritual: Estamos vivos para Cristo y muertos para el pecado, o visceversa, ¿has nacido de nuevo o no? Nuestra fe está en Cristo, porque Él es el único medio de salvación para pecadores; no existe nada que pueda reparar nuestra relación con un Dios Santo, no hay acto moral, ni religión suficiente; el único sacrificio acepto es el ungido de Dios, y en Él descansa nuestra esperanza de salvación, nuestra resurrección y nuestra gloria.

Exponer nuestro pecado: Creo que tengo una lista de todas las formas en que mi pecado era más visible en mi sufrimiento; algunas de esas emociones de ira, resentimiento, falta de perdón, orgullo, soberbia, avaricia, y más, que experimentas en el sufrimiento, son una gran misericordia para tu libertad. En Su cruz todo ha sido redimido, mucho de lo que te cuesta perdonar, cobra otro sentido cuando lo ves a la luz de cuanto Él te ha perdonado. Su cruz es suficiente, si Él perdona nuestras ofensas, cuánto más nosotros.

Exponer nuestra verdadera esperanza: Dios o su creación, lo terrenal o lo eterno, tu religión o un Dios vivo. Fue abrumador ver que mi esperanza era mi profesión, mi independencia económica, mi futuro, mi propio nombre. En Él hay salvación, podemos descansar en Su obra completa y ser libres.

Exponer la trampa de nuestro propio corazón: El temor, la envidia, la duda, la negación, el desánimo, están al asecho y no por ser un cristiano nacido de nuevo, estás libre de esta lucha, créeme, solo Cristo y Su evangelio nos ministra una y otra vez, Su iglesia, nuestra comunión con los santos es la mayor bendición para enfrentar el sufrimiento, el dulce bálsamo del amor de Cristo en cada uno de nosotros nos mantendrá fortalecidos hasta el fin.

Exponer el verdadero consuelo: Su gracia, Su presencia, Su soberanía, Sus propósitos, Su iglesia, Su paz. Sus planes son los que mayor libertad nos traen, porque Su yugo es ligero, porque fuimos creados en Él, por Él y para Él. Solo ahí encontraremos descanso real. Dios no se ríe de tu dolor, tampoco del mío. Él es eternamente compasión, Su misericordia es infinita, no hay día en que Él rechace a los quebrantados de corazón. Él nunca se cansa.

Exponer nuestra falsa doctrina: No hay nada más dulce que ver Su rostro en tu sufrimiento, no hay nada más fortalecedor para un cuerpo cansado y un corazón confundido, que descubrir a un Dios vivo: Infinito, Incomprensible, Autoexistente, Autosuficiente, Eterno, Inmutable, Omnipresente, Omnisciente, Omnipotente y Soberano.

Exponer nuestra identidad como criaturas: Al contrario de todo lo que Él es, yo no soy un ser sin límites, a diario necesito descansar, dormir, comer, etc, no soy un ser infinito en conocimiento, no tengo provisiones infinitas, cambio constantemente, no puedo estar en todas partes y no fui creada para gobernar mi propia vida ni el universo (aunque mi carne así lo desea).

Reconocer sus atributos y compararlos con mis debilidades despierta mi asombro y adoración. Si algo puedo dejarte como una sugerencia, es que en tu sufrimiento, busques al Señor, estudia sus atributos, cada vez que leas sobre ellos en La Bliblia, ora y pídele sometimiento a Él, de corazón, de palabra y de obra. Esta lucha contra la carne y el pecado, no es una lucha en la que estás solo, Él ya venció, y luchamos en el poder de Su fuerza, que el Señor nos permita ser una iglesia que brinda Esperanza Viva, que podamos ser una iglesia que sufre con los que sufren, pero que su tesoro es imperecedero, que Dios nos permita ser santificados en el sufrimiento, y que las pérdidas, ya sean materiales, emocionales, relacionales o incluso de nuestras vidas, nos sirvan para testificar de nuestra fe, de nuestro gozo, de nuestro Señor y salvador.

 

ESCRITO POR: Daniela Erazo

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