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¿CÓMO ES TU FE?

¿CÓMO ES TU FE?

El mundo es un lugar difícil para vivir. Mucho más cuando nos enfrentamos a situaciones que nos llenan de miedo o incertidumbre sobre el presente y el futuro. En momentos así nuestra fe puede ser desafiada.

Si el mundo no tiene sentido, ¿por qué debo seguir creyendo en Dios?

Existen muchas maneras de responder a esa pregunta. Voy a ofrecer algunas. Con cada uno de estos puntos responde a esta pregunta:

¿Cómo es tu fe?

 

1 – Efímera o Eterna

El gran artista tropical, Juan Luis Guerra, canta “Todo pasa”. Una canción que parecería tomar su inspiración en el libro de Eclesiastés donde aprendemos que todo tiene su tiempo. Y es la gran realidad de la existencia humana, nada es eterno.

Nuestra vida en la gran línea de tiempo de la historia y la existencia universal, es poco más que un punto insignificante. Lo triste es que muchos ponemos nuestra fe en las cosas que suceden durante ese punto diminuto. Nuestras esperanzas están en el dinero, en la salud, en la buena voluntad de la gente o cualquier otra cosa. El poeta en Eclesiastés diría “todo es vanidad”. Es un soplo en el viento que se evapora al instante.

Pero Juan Luis Guerra termina su canción al son de esta letra: “Lo único que nunca pasa es el amor”. 1 Juan nos dice que “Dios es amor” y Pablo nos dice en 1 Corintios que “el amor nunca deja de ser”. Dios es eterno, es infinito. No se limita a una porción del tiempo. No esta limitado, su amor es eterno.

Si tu esperanza y tu fe dependen de las cosas del mundo, es efímera, es limitada, es pasajera; es como un susurro en el viento que se pierde al instante. Pero si tu fe esta fundamentada en algo eterno, algo que nunca cambia, alguien que te ama ahora y lo te amará para siempre, entonces tu fe permanecerá porque está fundamentada en lo eterno.

¿Quieres tener una fe efímera y limitada; o quieres tener una fe eterna?

2 – Circunstancial o Incondicional

Existen 2 tipos de hinchas de futbol. Puedes ser el hincha verdadero que sigue a su equipo sin importar que gane o pierda. No importa si hay problemas o malas rachas, tu amor y tu fe esta en tu equipo y eso nunca cambiará. Pero hay otro tipo de hincha, el que apoya al equipo de moda. Ese hincha que solo habla bien de su equipo cuando gana y tan pronto baja de categoría lo deja atrás por otro más exitoso.

Así somos con Dios. Podemos ser hinchas fieles o podemos ser los hinchas traicioneros. No es fácil vivir en un mundo donde todos están en contra de nuestro equipo, es difícil ser hincha del equipo de Dios.

Pero nuestra fe no se basa en las circunstancias. No se basa en si mi vida va bien, o si el mundo alrededor parece ser justo. Si verdaderamente creemos en Dios, creemos incondicionalmente en Él.

Creemos en un Dios que era, que es y que siempre será. Es una fe que no depende de circunstancias, sino que confía en un Dios de amor Incondicional.

3 – Interna o Externa

Imagina que vas al mar y en un muelle ves 2 botes diferentes. El primero es un velero. Es un bote hermoso. Tiene una enorme vela que atrapan el viento y lo usa a su favor para navegar. El otro bote es una yate, no necesita de una fuerza exterior para moverlo, sino que tiene un poderoso motor que lo lleva de un lado a otro. ¿En cuál te vas a subir?

Muchos estamos navegando nuestra fe como en un velero. Cuando el viento sopla y va en la dirección que queremos estamos fuertes, nos podemos comer el mundo porque esa fe nos impulsa. Pero eso no durará siempre, porque dependes de lo exterior. Quizás estás viviendo la fe de tus padres o de tu pastor. Puede ser que cuando tu familia y tus amigos se muestran fuertes en Dios tu también. Pero cuando el viento deje de soplar o incluso esté en contra, tu fe va a sufrir.

Dios nos llama a tener una fe personal e independiente de los demás. No por ser parte de una iglesia o una familia cristiana significa que tú automáticamente lo seas. Si crees así, estas dependiendo del viento de otros. Pero cuando Cristo está en el centro de tu vida Él se convierte en el motor que iimpulsa tu vida. Porque muy pronto vas a tener que salir de las aguas calmadas y entrar a vientos estancados o tormentas que amenazan con hundirte. Si no tienes a Cristo como motor de tu vida y tu fe, te vas a estancar o te vas a ir para atrás.

¿En qué bote te vas a subir?

4 – Emocional o Racional

Nuestro mundo ama hablar de lo que sentimos. “Sigue lo que te diga tu corazón” es un frase que escuchamos a menudo. Suena muy linda, es romántica y nos llena de sentimientos de esperanza y triunfo. Pero consideremos lo que la Biblia dice sobre los sentimientos.

Jesús dice en Mateo 15:19 que “del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias” y el profeta Jeremías dice “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso”. Entonces: ¿quieres depender de tu corazón y tus emociones?

Si tu fe depende de sentirte bien, vas a estar en problemas el momento que ya no te sientas bien. Por eso vemos muchas personas que se acercan a Dios o a una iglesia por un tiempo, pero muy pronto los problemas de la vida o una mala actitud los alejan para siempre. Incluso Jesús menciona ese tipo de persona en su parábola del sembrador (Mateo 13).

Mejor olvídate de lo que sientes por Dios y confía en lo que sabes de Dios. Sabes que Dios es bueno, que es Santo, que es Justo, que es Amor, que es Consolador… Dios es todo lo bueno de la existencia humana y cuando nuestras emociones nos dicen lo contrario debemos fortalecer nuestro razonamiento para sobrellevar los momentos de dificultad.

Conclusión:

Una fe fuerte y que permanece a pesar de las dificultades es una fe que depende de Dios. En 1 Corintios 12 Pablo incluye a la fe dentro de la lista de regalos que recibimos de parte de Dios. La fe no es algo que requiere más “esfuerzo” o trabajo de nuestra parte. No podemos fortalecernos en la fe por nuestras

propias fuerzas. La mejor manera de ser fuertes en la fe es reconocer que dependemos completamente de Dios y pedirle cada día que no de una fe Eterna, Incondicional, Interna y Racional.

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

Porque cualquiera que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se abrirá.

Mateo 7:7-8

 

ESCRITO POR: Bryan Rubio

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