Escuchando la prédica un domingo en la iglesia me resultó impactante una frase que se dijo en medio de la reflexión. «Todo lo que es saludable crece», sea animal, planta o persona.
Esto quedó rondando en mi cabeza, empecé a reflexionar, a caso había crecido, creo que en algunas áreas sí, otra en proceso. La impactante es que oí una vez una amiga decir que ella estaba rodeada de niñ@s de más de 30 años, pensando un poco en eso, es cierto, muchos deciden no crecer, no adquirir más responsabilidades, no salir de su zona de confort, no enfrentarse a nuevos retos.
Te ha pasado que temes al cambio y por eso te esfuerzas por mantener todo igual siempre, es desgastante, lo mejor es dejar que las cosas tomen su curso, si tienen que cambiar pues que lo hagan, tomar nuevos desafíos, enfrentarse a nuevos retos es parte de crecer, cada peldaño te lleva a un nuevo nivel.
Si te preguntas, ¿He crecido espiritualmente? ¿Estoy reflejando a Cristo? ¿la imagen de él está creciendo en mi? ¿cuál sería la respuesta? Si es no, empieza a preocuparte y dile a Dios que te ayude a crecer, porque si creces a la imagen de él es obvio que crecerás en todas las áreas, porque este crecimiento se refleja en todo. es necesaria una autoevaluación constante, porque crecer es una responsabilidad, no solo contigo sino con las personas que te rodean, convertirte siemore en una versión mejorada de ti mismo es lo que debemos hacer, para la gloria de Dios.