Hay algo irresistible en el cemento fresco de una losa. A la gente le encanta dejar su marca: un nombre, una fecha, o una mano de impresión, cualquier cosa que pueda crear un testamento perdurable. La impresión de la huella será vista por multitudes de personas y algunos de ellos se preguntarán, «¿Quién dejó esa marca?» ¡Esa es una pregunta interesante!
Dejamos nuestra marca en los demás. La pregunta más importante es si lo hacemos intencionalmente. Los padres, especialmente, tienen una oportunidad inigualable para dejar huella en su familia. Este no es el papel de un tutor, es una responsabilidad que requiere del padre, quien debe estar continuamente comprometido con la familia.
¿Cómo aprenden nuestros niños el espíritu deportivo? La mejor manera es cuando miran a su padre al ganar o perder un juego. ¿Cómo aprenden los niños a servir? Cuando ayudan a papá mientras sirve a otros (especialmente a su madre). ¿Cómo aprenderán los niños a amar a Dios? Cuando ven a su padre comprometido en la comunidad de la fe, compartiendo el dinero de la familia, la mesa de la cena y el corazón con los necesitados.
No podemos subestimar el potencial de impresión que tienen los padres. Las habilidades de relacionarnos correctamente con otros no se aprenden en un seminario, se aprenden en la familia donde los padres son un ejemplo de honor y respeto. Es importante recordar que vamos a dejar una huella. ¿Qué tipo de huella será?