Una de las grandes composiciones para piano de Chopin, fue inspirada en medio de una furiosa tormenta. Rugía el viento, y el agua caía a torrentes formando profundos y agitados cauces. Anochecía, y su esposa e hijos no regresaban a casa. Una gota de agua caía sobre él con insistencia. Y bajo ese estado de profunda angustia, compuso el famoso preludio titulado, precisamente, La gota de agua.
Hemos sido testigos de los últimos desastres naturales: el huracán Irma que dejó más de 80 muertos a su paso por el Caribe y Florida, el huracán Harvey con más de 60 personas fallecidas, y los terremotos de México de las últimas semanas cuyas cifra de muertos aún sigue elevándose.
Las tormentas y fenómenos naturales son muy fuertes, en muchas ocasiones sentimos que no podremos frente a ellos, la impotencia aparece y pareciera que son cada vez más recurrentes, es como si una gota cayera insistentemente sobre nosotros, pero la Biblia dice que Dios guardará en completa paz a aquel cuyo corazón en él persevera, porque en él confía.
Nunca podremos estar lo suficientemente preparados para las tragedias, pero con Dios de nuestra parte sí tendremos la paz perfecta que nos da a través de Jesús. Mientras afuera hay truenos y centellas, huracanes y temblores, Jesús está escribiendo una página eterna para nuestra vida. El desafío es permanecer en Él y él hará brotar nuevas fuerzas en nuestro interior. Pongamos nuestros ojos, nuestra mente y nuestra confianza en Cristo y él nos sumergirá en el refrescante río de su paz.