¡Qué gracioso es insultar a otros y justificarlo con la libertad de expresión!
Sí, es tragicómico, porque ahora con las redes todos tenemos voz para decir lo que nos venga en gana, y cuando alguien te pida respeto u explicaciones te niegues porque están violentando tu derecho a la libertad de expresión. Pero, ¿es la libertad de expresión un comodín para insultar, agredir, ofender, burlarte sin represalias?
Empecemos recordando que la libertad de expresión es un derecho de todos, sin duda alguna. ¡Eso es algo muy bueno! Si tienes una idea, una ideita, o una ideota, merece ser divulgada para que otros la conozcan. ¿Así no más? No, hay algo más a tomar en cuenta.
Veamos qué dice la Convención Americana sobre los Derechos Humanos. Mis comentarios están en color:
- Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideraciones de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección y gusto. Esto nos gusta a todos, claro, es mi derecho a expresar mis ideas, así como quiero hacerlo. Pero leamos un poco más…
-
El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede estar sujeto a previa censura, sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar:
a) El respeto a los derechos o la reputación de los demás. Oh! ¿No puedo «expresarme libremente» de la reputación de los demás? No, no podemos. Toda búsqueda, recepción o difusión de ideas o información está sujeta a este punto, que se respete la reputación y derechos de los demás.
Para muchos es triste saber que su «libertad de expresión» realmente es una libertad de ofensa disfrazada, para insultar, ofender, atacar, y quedar libres de sus palabras. Si te vas a expresar, hazlo, recordando que del otro lado hay una persona que también tiene derechos.