ESCUCHAR CON EL CORAZÓN

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Tamara Torres

ESCUCHAR CON EL CORAZÓN

Todos pensamos que escuchar es cosa sencilla pero realmente requiere de nuestra concentración intencional para escuchar de verdad.

Una ocasión una maestra de escolar estaba explicando a uno de los niños lo que era es pecado.  Otro de ellos levantó su mano y dijo: -Yo he comido de eso, yo he comido pescado. Fue muy gracioso el momento, todos los niños rieron y la maestra explicó a toda la clase la diferencia entre el pescado y el pecado.

Cuando hablamos menos y escuchamos más:

  • Valoramos a las personas y sus opiniones
  • Valoramos el tiempo del otro
  • Empezamos a amar

Claro que esto no se construye de la noche a la mañana.  Darse cuenta de la necesidad de escuchar puede tomar tiempo, puede surgir luego de experimentar situaciones complicadas o vergonzosas como la de aquel niño de primaria confundiendo las palabras.

Si queremos ser efectivos, entonces escuchemos con el corazón, para lograrlo necesitamos escuchar a Dios cada día. Su Palabra es la voz que nos afirma, instruye y exhorta. Escuchar a Dios es establecer una relación de amor vertical que nos llevará a construir relaciones de amor horizontales y podremos escuchar a nuestro hijo adolescente que volvió a llegar tarde a la casa; al cónyuge cansado, a papá y a mamá que tienen la preocupación por los pagos pendientes, y a muchas otras personas que tal vez ignoramos.

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