Abraham y Lot tenían el mismo Dios, las mismas creencias e incluso compartieron muchas bendiciones. Ambos fueron líderes de hogar. Ambos tenían esposas, hijos y siervos. Pero eligieron caminos distintos.
Abraham guió su casa con temor de Dios. Lot, en cambio, lo hizo según sus deseos, conveniencias y lo que le parecía más cómodo. En Génesis 19 vemos cómo termina: Dios le da una última oportunidad para huir y reconstruir su hogar… y él apenas lo aprovecha. Toma la oportunidad, sí, pero su corazón se queda anhelando lo que tenía. Termina solo, sin esposa, sin familia, viviendo en una cueva.
Abraham, en cambio, fue llamado amigo de Dios, padre de millares y líder espiritual hasta hoy. ¿Cuál fue la diferencia? Las decisiones.
Si eliges ir a la iglesia en familia, aunque todos digan que es pérdida de tiempo. Si decides enseñarle a tus hijos a dar cuando otros enseñan a acumular. Si decides cuidar a tu pareja cuando otros proponen la infidelidad. Entonces, esas pequeñas decisiones marcarán el rumbo de tu familia.
Hoy es un buen día para preguntarte: ¿qué dirección están tomando mis decisiones? Recuerda, quien guía un hogar, guía generaciones.