Cuando estamos en medio de una crisis nos amenaza la tentación de actuar en forma impulsiva. Típicamente, cuando nos hallamos en medio situaciones críticas uno no piensa racionalmente. En esas circunstancias es cuando más solemos proceder de manera emocional, nuestras respuestas y decisiones suelen ser más automáticas y poco reflexionadas. Queremos tomar una decisión rápida. Pero es más importante tomar la decisión sabia y correcta que tomar una decisión impulsiva y rápida.

Si tomamos una decisión equivocada está equivocada, no importa que tan rápido la tomes.

Así que, invitar a la prudencia, a la paciencia, a la calma para que podamos dar pasos más precisos buscando el consejo de Dios en su palabra, en oración y buscando también el consejo de personas con experiencia y madurez, es decisivo para nuestra manera de reaccionar en tiempos de crisis.

Daniel, uno de los profetas bíblicos, hizo esto cuando el rey le pidió que interpretara un sueño. Daniel fue a ver al rey inmediatamente y le pidió más tiempo para comunicarle el significado del sueño” Ahora, es importante señalar que Daniel no aplazó indefinidamente su compromiso, pero tampoco tomó una decisión acelerada. De este modo Él nos deja un gran modelo para tratar con una situación de alta presión.