Emociones Piadosas
¿Pero qué sientes amiga? “No sé, solo quiero llorar”… “no quiero ver a nadie” … “no me entiendo ni yo misma, estoy harta “ … “quisiera gritarle sus cuatro verdades”. Estas frases debes haberlas escuchado o tal vez tú mismo las dijiste, o las pensaste. ¿Qué dicen nuestras emociones? ¿Debemos confiar en ellas ciegamente? ¿Hay alguna manera de ponerle nombre a esos sentimientos que son indescriptibles?
Todas estas respuestas y mucho más, podrás encontrar en la palabra de Dios y la comunión en el Espíritu con los santos, la iglesia de Cristo.
Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Santiago 1:5
En el libro de salmos encontrarás reflejado el corazón del afligido.
¿Hasta cuándo, oh Señor? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro? ¿Hasta cuándo he de tomar consejo en mi alma, teniendo pesar en mi corazón todo el día?… Salmo 13:1-2a
Es muy común que sientas “que ya no eres el mismo” o que tus deseos y emociones cambian, es algo común desde el inicio de la salvación de Cristo y continúa con el camino de la santificación progresiva del creyente y nuestro fin no es alcanzar mejores versiones de nosotros mismos (no fuimos salvos para buscar nuestra propia gloria), sino someternos en sumisión para que Él nos conforme a la imagen del Señor Jesucristo. Al igual que las palabras de Pablo en Efesios… todo sea para la gloria de Dios… y esta debe ser la razón por la que buscas entender tus emociones, y darles un sentido a la luz de la palabra.
Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros, a Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20-21
Estos son los comentarios de dos de mis queridos hermanos en Cristo sobre la ira:
- Todos luchamos contra esta emoción, que en realidad es un pecado que muchas veces nace del temor y de la falta de fe.
- Unos explotan, otros lo cubren pero tienen estrategias de venganza, con pensamientos, palabras o acciones sutiles, otros finalmente se resienten y sufren en silencio y esta es su manera de expresar la ira.
- Básicamente la ira aparece cuando queremos centrarnos en nuestro reino. Es decir hacer nuestra voluntad. Queremos las cosas en nuestro tiempo, a las personas a nuestra manera, las circunstancias bajo nuestras condiciones. Y no queremos perder el control, nuestro corazón quiere ser soberano y de esta manera anhela el lugar del único Dios soberano. Pero Él es nuestra paz y consuelo.
Y que nuestro Señor Jesucristo mismo, y Dios nuestro Padre, que nos amó y nos dio consuelo eterno y buena esperanza por gracia, consuele vuestros corazones y os afirme en toda obra y palabra buena. 2 Tesalonicenses 2:16-17
Detrás de la frase “que frustración” está un corazón anhelando algo distinto y muchas veces levantando un puño al cielo en reclamo a su propia soberanía sobre la de Dios. ¡Gloria a Dios por Cristo! Es en esos momentos en que tu pecado es expuesto y Él te guía al arrepentimiento y a la fe en Cristo para salvación.
Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte. Romanos 8: 1-2
¿Qué hay con el dolor? Bueno de este podría escribir todo un devocional a parte. He sufrido una enfermedad los últimos 12 años y la lucha espiritual es diaria. El sufrimiento en cualquier aspecto es una batalla espiritual en contra del desánimo, la ira, la envidia, el miedo, la duda y la negación. Todas estas son emociones comunes pero para el que está en Cristo existen herramientas de gracia y principalmente su propio Espíritu que nos sostiene a diario. Pero el sufrimiento siempre será una batalla espiritual del que sufre y su comunidad.
Para terminar, no olvides que todo debe ser sometido a Cristo, incluso tus emociones, no deben gobernarte, y las emociones piadosas solo son un reflejo de Su bondad, nadie es perfecto, pero buscamos la santificación para Su gloria.
Mas ahora, así dice el Señor tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú. Isaías 43:1