Querido Jesús

Gracias Señor, por ser capaz de amarme, y de entregarte por mí, por no mirar mis defectos, ni imperfecciones, antes bien te mostraste en tu amor y restauraste mi vida.
Cuando estaba alejado de ti y al borde del precipicio, viniste y conquistaste mi corazón con tu gran amor. Me has demostrado durante años tu fidelidad. Has hecho milagros en mi familia, y has suplido tantas veces mis necesidades, pero lo más importante, siempre has estado cerca.

Tu presencia prometida un día, no me ha faltado. Me has permitido conocerte de una manera muy cercana, y me has dado la oportunidad de servirte. Gracias Jesús por cada día que me permites estar en pie, por tus palabras, por tu sabiduría y por tu perdón.

Ayúdame a seguir tu camino, y no desviarme. Te diría muchas cosas, pero hoy, solo quiero decir gracias. Gracias por nacer un día y 33 años después, morir y resucitar por mí.
Anhelo verte cara a cara y lo prometo, mi vida será una ofrenda de amor y gratitud hacia ti.
De todo corazón, muchas gracias.

Tomado y adaptado de: Creciendo en Cristo/Luis Quiroz.