Mi hijo.
Puede que tú no me conozcas pero yo conozco todo sobre ti, yo sé cuándo te sientas y cuando te levantas, todos tus caminos me son conocidos, aún todos los cabellos de tu cabeza están contados. Tú has sido hecho a mi imagen y semejanza, y por ello vives, te mueves y eres en mí.
Tú eres mi creación, te conocí aún antes de que fueras concebido, te escogí cuando planeé la creación, tú no fuiste un error, porque todos tus días están escritos en mi libro. Yo determiné el tiempo exacto de tu nacimiento y dónde vivirías. Tú has sido creado de forma maravillosa, yo te formé en el vientre de tu madre, te saqué de ese vientre el día en que naciste.
Yo he sido mal presentado por aquellos que no me conocen, yo no estoy enojado y distante, soy la manifestación perfecta del amor, y deseo que me conozcas. Yo soy tu ayudador, tu guía, quien te cuida y te provee. Te ofrezco mucho más de lo que tu padre terrenal pudiera darte porque yo soy el padre perfecto. Cada dádiva que recibes viene de mis manos porque yo soy quien suple tus necesidades.
El plan que tengo para tu futuro está siempre lleno de esperanza, porque te amo con amor eterno, mis pensamientos sobre ti son incontables como la arena en la orilla del mar; yo nunca pararé de hacerte bien porque tú eres mi tesoro más precioso, deseo darte todo mi amor y quiero mostrarte cosas grandes y maravillosas.
Sólo te pido que me busques de todo corazón, si lo haces me encontrarás, deléitate en mí y te concederé las peticiones de tu corazón, porque yo soy el que produce tus deseos, yo puedo hacer por ti mucho más de lo que te podrías imaginar porque yo soy tu mayor alentador y también soy el padre que te consuela durante todos tus problemas, cuando tu corazón está quebrantado yo estoy cerca de ti. Así como el pastor carga un cordero yo te cargo a ti entre mis brazos.
Yo soy tu padre y te he amado como a mi hijo Jesús, porque en Jesús mi amor hacia ti ha sido revelado, él es la representación exacta de lo que yo soy, ha venido a demostrar que yo estoy contigo y no contra ti, y también a decirte que yo no estaré contando tus pecados porque Jesús murió para que tú y yo pudiéramos ser reconciliados, su muerte ha sido la máxima expresión de mi amor hacia ti, si recibes el regalo de mi hijo Jesús tú me recibes a mí y ninguna cosa te podrá separar otra vez de mi amor.
Vuelve a casa, y participa de la mayor fiesta celestial que nunca has visto. Yo siempre he sido padre, y por siempre lo seré, la pregunta es ¿quieres tú ser mi hijo?, yo estoy esperando por ti.
Con amor, tu padre omnipotente;
Dios