Queridos mamá y papá:
Sé que estamos pasando por un momento muy difícil, y aunque mi mente todavía es muy pequeña para saber los detalles, mis sentimientos me dicen que algo está muy mal. Los veo discutiendo todo el tiempo y eso me causa un profundo miedo. Quisiera poder tapar mis oídos para no escuchar más los gritos y el llanto.
Aún los recuerdo cuando eran cariñosos y se amaban, ¿por qué ahora son tan diferentes? No entiendo por qué ya no son amables el uno con el otro, pero ustedes son adultos y yo apenas soy un niño. Quizás cuando creces te vuelves grosero y se esfuma la alegría de tu corazón. Me parece que ya estoy creciendo, porque me siento triste, confundido y a veces de mal humor.
Me dicen que lo mejor será que se alejen. Aun si me duele, entiendo si ya no quieren estar juntos, pero por favor, intenten todo lo que sea posible antes de decidir separarse. Sé que piensan que hacen las cosas por mi bien, pero piensen también que, al separarse, el que recibe el sacrificio más grande soy yo.
Sé que muchos papás se separan y ustedes creen que estaré bien, pero porque sea normal que otros papás lo hagan, no significa que será más fácil para mí.
Piénsenlo bien por favor, no descarguen su frustración ni su enojo en mí. No me incluyan como juez en sus peleas con el otro. No me traten como una posesión más que necesitan dividir.
Por favor ténganme paciencia y no me regañen si intento expresar mis sentimientos de una manera nueva. Este cambio me asusta mucho y me pregunto muchas veces porque está pasando.
No se enojen ni ignoren mi confusión y explíquenme lo que pasa con palabras que yo pueda entender. Si tuviera poderes mágicos, lo único que pediría sería que pudiéramos ser felices juntos de nuevo.
Pero sé que yo sólo soy un niño, aun así, creo que Dios, aquel que me enseñaron a amar, es capaz de sanar y restaurar todo, quizá todo sea mejor, si juntos buscamos en su corazón, las respuestas a tantas preguntas.
Los amo…a pesar de todo,
Su hij@.
Tomado y adaptado de : El Salvador/web