1. INFUSIONES DE ORÉGANO

El orégano es uno de los mejores aliados frente a los catarros porque alivia tanto la tos seca (reduce el reflejo de la tos) como la productiva (es expectorante). Es una planta que también tiene virtudes antibacterianas.

Puede prepararse en decocción (una cucharada sopera por vaso de agua) y se toma de una a 3 veces al día.

  1. JARABE CASERO PARA LA TOS

Hierve durante 5 minutos, en 3⁄4 de l de agua, 1 cucharada de flor de malva, otra de drosera, otra de tomillo y otra de semillas de hinojo junto a 1⁄2 cm de jengibre y 2 higos secos. Deja reposar 10 minutos y cuela. Añade el zumo de un limón y un poco de miel.

Toma una cucharada sopera de este jarabe, de 3 a 6 veces al día (en función de la intensidad de la tos).

  1. CALDOS CALIENTES, PERO QUE NO QUEMEN

La Clínica Mayo recomienda tomar caldos desgrasados, agua con limón o solo agua… pero calientes, aunque no en exceso (porque irritaría la garganta y lesionaría la mucosa). La razón es que beber favorece la salivación y lubrica la garganta. Si, además, la bebida está algo caliente estimulas aún más la salivación y el efecto sensorial que provoca el calor hace que liberes endorfinas, con lo que el dolor es menos molesto.