Nehemías 12: 1-47
Una de las virtudes de algunas personas, es el hecho de ser buenos administradores de su vida, sus bienes, su familia, su casa. Este tipo de personas se caracterizan por ser prolijos en procurar el orden minucioso teniendo especial cuidado y atención, con los detalles. Los resultados serán que todo el entorno que les suele rodear se verá matizado por un equilibrio que denota seguridad.
Por el contrario, aquellas personas que no poseen orden en su vida, los resultados de su falta de orden, serán visibles (de manera progresiva) en su familia, trabajo, bienes y relaciones interpersonales. Finalmente proyectarán una imagen de falta de rumbo en todo aquello que emprendan.
La lectura bíblica de este día nos muestra la bendición de tener las cosas en orden. Los primeros 26 versículos nos proveen un listado de los sacerdotes y levitas que subieron con Zorobabel a Jerusalén (Vs 1). Empezaba de esta manera, con el liderazgo, a establecerse el orden en cuanto al servicio en la casa de Dios. Lugo, los versículos 27 al 43 nos describirán el gozo y alegría que causó al pueblo el ver que se había dedicado el muro reconstruido. Finalmente, los versículos 44 al 47 nos evidencian que existía gozo en el pueblo al ver que los sacerdotes y levitas habían sido instaurados, nuevamente, en el servicio lo cual les llevó a comprometerse con sus ofrendas, primicias y diezmos para el sustento de los sacerdotes y levitas.
Este texto bíblico nos evidencia el gozo que existe en un pueblo cuando las cosas empiezan a estar en orden: Hay alegría, se renuevan los compromisos adquiridos, cada cual (tal como era el caso de los cantores y porteros) cumple con su asignación, y los resultados de bienestar son visibles para todos.
Como nación, vivimos tiempos tumultuosos de conflicto carcelario, de incertidumbre política y de inestabilidad económica. Necesitamos con urgencia que las cosas sean puestas en orden. Y eso no resultará únicamente por un gobernante que nos presida. Al igual que en los tiempos de Nehemías, TODOS tendremos que disponernos a hacer nuestra parte en restaurar el orden, en preservar la paz, en mantener la calma. Sólo así se podrá disfrutar de los beneficios que el orden nos provee.
¿Y tú? ¿Qué debes poner en orden en tu vida y hogar? Piénsalo. Un abrazo fraterno. Bendiciones.