Hace poco leí una frase que decía algo así: “Cada persona tiene su tiempo”. Unos se gradúan a los 25 años, otros a los 30, unas personas se casan a los 20, otras a los 35 y algunos empiezan la vida laboral a los 18 mientras que otros cuando cumplen 24 años. Es tan real, cada ser humano construye su vida a su debido tiempo.
No nos desesperemos por que llegue un trabajo, una carrera, un viaje o una pareja. Es mejor vivir el presente. Hoy estás viviendo las alegrías y dificultades que debes vivir. No te preocupes por las del mañana. Mejor disfruta y aprende de las actuales.
Dios ya conoce los deseos de nuestro corazón y nuestra situación (Salmos 40:1). El Señor hace su parte, pero nosotros debemos escuchar qué nos está diciendo ahora, qué busca que veamos en nuestra situación actual y hacia dónde quiere que vayamos (Salmos 25:4-5).
Busquemos agradar a Dios haciendo su voluntad y cumpliendo sus planes en nosotros (en el tiempo del Señor) que son buenos para cada uno. Porque cuando es del Señor las cosas se dan, se hacen realidad.
Mejor pregúntale a tu Padre, ¿por qué este trabajo y no otro? ¿qué quieres que aprenda de mi soltería o a dónde quieres que vaya esta relación? No te afanes por el día de mañana porque cada día tiene su propio afán.
Aunque parezca que se demora en llegar, espera con paciencia, porque sin lugar a dudas sucederá. No se tardará.
(Habacuc 2:3)
ESCRITO POR: Linda Espín