Puede ser difícil salir de la tristeza cuando caemos en sus garras. Nuestras emociones afectan nuestras relaciones, lo cual nos afecta emocionalmente y nos hunde más profundamente en el espiral de la depresión.
En los momentos que me he sentido triste, deprimido, angustiado, desesperado y más, me ha ayudado recordar algunas verdades que enseña la Biblia sobre nuestros momentos más bajos.
1- Es normal no estar bien
Una de las cosas más importantes que debes entender es que es normal lo que sientes.
Como cristianos hemos causado mucho daño a las personas luchando con sus emociones al decir cosas como «Pero hermano, si estamos en Cristo debemos estar gozosos» (estoy torciendo los ojos sólo al escribir esas palabras). Podría decir mucho sobre esto, pero quiero que entiendas una cosa sobre le gozo: Tener gozo en Dios no significa nunca sentirnos mal.
En cambio vemos ejemplos en la Biblia de gente en angustia. David escribió gran cantidad de Salmos donde dice «no tengo refugio, no hay quién cuide de mi vida» «mis huesos están abatidos» «¿de dónde vendrá mi socorro?» y demostraba su angustia clamando a Dios. De igual manera Jesús cuando murió su amigo Lazaro lloró (Jn 11.35) y cuando estaba enfrentándose a la muerte lloró amargamente y sudó de tal manera que parecía sangre (Lc 22.44).
En ningún momento nos dice la Biblia «nunca debes sentirte triste» «siempre debes estar alegre». Es normal sentirnos mal de vez en cuando (y es anormal nunca sentirnos mal). Pero lo que no es correcto, es quedarnos en esos puntos bajos de la vida.
2- No necesito estar bien para ser amado
Más allá de ver que es normal no estar bien, la Biblia nos dice que NADIE está bien espiritualmente. Desde Genesis donde vemos el problema del pecado(Gen 3), a Salmos donde nos dice que todos nos hemos corrompido y no hay quién haga el bien (Sal 14), hasta Romanos donde nos dice que nadie merece estar con Dios a causa de nuestro pecado (Rom 3). Lo que queda muy claro es que:
«Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios»
Mr 10.18
Si partimos de ese punto vemos que nadie merece el amor de Dios. Por eso Pablo en Efesios nos dice que es un regalo inmerecido (gracia). La implicación de esto es hermoso para los que luchamos con nuestra oscuridad interna. Significa que yo no puedo hacer nada para que Dios me ame.
(Un momento Bryan, eso no suena hermoso, suena deprimente).
Sí, suena deprimente si no entiendes que aún así él te ama.
Jeremías 31:3 «Con amor eterno te he amado»; Oseas 11:4 «Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor»; Efesios 1:4 «nos escogió en él antes de la fundación del mundo» y por supuesto 1 Juan 4:7-9, una de las declaraciones más claras en la Biblia sobre el amor. Quiero que entiendas que no hay nada que puedas hacer para ganar el amor de Dios. No necesitas estar feliz. No necesitas dejar de estar triste. Dios te ama en tu depresión. Dios te ama en tus dificultades. Dios te ama y punto. Dios no es como las personas, que dan un amor condicionado a tus acciones. Dios te ama sin importar quién eres o qué haces, y eso te debe dar esperanzas, aunque pueda ser difícil de aceptar.
3- Aún así, Dios quiere que estés bien
Pero por último quiero que entiendas una parte muy importante. Aunque Dios te ama sin importar tu angustia y depresión, él no quiere que continúes así para siempre. Aunque Cristo nos comprende en todo lo que pasamos (Heb 4) no significa que debemos seguir viviendo de la misma manera. Dios tiene una mejor vida para nosotros.
Es allí donde volvemos a los salmos de David. Él dice «devuélveme el gozo de mi salvación» «mi socorro viene de Dios» «bendice alma mía a Jehová».
David aunque expresa su angustia de manera real y explicita, siempre recuerda que la solución está en confiar en Dios. Juan nos dice que en el amor de Dios no hay lugar para el temor; Dios viene a quitarnos temor y angustia. Pablo dice en Romanos 12 que no debemos conformarnos a lo normal de la vida (angustia, tristeza, estrés, depresión) sino debemos cambiar nuestro entendimiento (mente) porque la voluntad de Dios para nosotros es buena, agradable y perfecta.
Confiar en Dios. Juan nos dice que en el amor de Dios no hay lugar para el temor (1Jn 4:18); Dios viene a quitarnos temor y angustia. Pablo dice en Romanos 12 que no debemos conformarnos a lo normal de la vida (angustia, tristeza, estrés, depresión) sino debemos cambiar nuestro entendimiento (mente) porque la voluntad de Dios para nosotros es buena, agradable y perfecta.
No es fácil vivir en oscuridad; y no es fácil ver la luz cuando estamos rodeados de tinieblas. Pero Dios dice «confía en mi». Es el Dios que creó todo, y que podría destruirlo todo con un chasquido de sus dedos. Pero en vez de eso, decide mostrarnos amor y ofrecernos una transformación en nuestros pensamientos.
Sin importar qué tan difícil u oscura es tu situación, El Padre lo conoce, El hijo lo vivió y el Espíritu está anhelando ayudarte a superarlo.
(Job 42.2; Heb 4:15; Jn 14:26)
Confía en Él.