Estamos en una sociedad que mira a los solteros como si estuvieran incompletos, como si no vivieran una vida plena, como si la soltería fuera una etapa que hay que superar rápidamente.
La verdad es que el propósito de la vida no es encontrar pareja, si así fuera, Jesús tuvo una vida incompleta porque sirvió en el ministerio y anduvo por la vida soltero.
El propósito de la vida es cumplir el propósito de acuerdo a cada etapa. Si estás en el colegio, ser luz y dar lo mejor es el objetivo. Si estás en la universidad, de igual manera. Si estás trabajando o si das trabajo a otros, el propósito es hacer lo que debes en el momento adecuado.
En alguna ocasión dije que toda la vida se trata de encontrar al amor de tu vida. Creo en ello desde una perspectiva romántica. Si tu sueño es tener pareja y vivir junto a esa persona, todo lo que has vivido influirá en tu relación, pero estar en un compromiso no es el fin del camino, es apenas el comienzo.
La persona que te acompaña es una ayuda, un complemento, un apoyo, no un objetivo. Nos han enseñado a ver a los chicos y chicas como personas que hay que conquistar y mantener a nuestro lado, pero el amor es una elección libre que cada persona hace.
Hay personas que están solteras y tienen la madurez para disfrutar de esa etapa. Otros, son solteros porque no les queda de otra, porque su mal genio o inmadurez se convirtió en una cárcel. En esta ocasión, hablo a aquellos que tienen la madurez de identificarse con una soltería saludable.
La presión puede ser alta, pero tranquilo, no tienes que casarte o involucrarte con la primera persona que aparezca porque sino se te irá el tren. No hagas caso a eso. Jesús llegó a sus 33 años rodeado de amigos, cumpliendo su propósito en distintos lugares, en los años anteriores.
Disfruta tu vida, y si alguien decide caminar contigo, disfruta también.
Escrito por Jimmy Sarango | Lee sus reflexiones haciendo clic aquí