En días pasados mi país votó por un nuevo presidente, ecuarorianos de todas partes acudimos a las urnas a ejercer nuestro derecho del voto y como en todo proceso de elección esperábamos los resultados para saber quién gobernaría el país por los siguientes 4 años.
Los encargados de contar los votos se demoraron en dar resultados y la gente mostró inconformidad, posterior a las votaciones miles de personas se aglomeraron fuera de las instalaciones del CNE (consejo nacional electoral), para protestar con los resultados, esto provocó caos vehicular y un montón de molestias más. A la final se confirmó que habría una segunda vuelta electoral entre los dos candidatos con mayor cantidad de votos. Esto conmocionó un poco el país, muchos tienen ansiedad y preocupación por el futuro que nos espera con el siguiente gobernante. Pero la verdad cualquiera de los dos puede ganar y el futuro de nuestro país no está definido.
Es un ambiente tenso, el que estamos experimentando hasta las siguiente elecciones, y es fácil olvidarnos que nuestra confianza debe estar puesta en Cristo. Porque todo pasará menos Él y su palabra. Es fácil en momentos de estrés y angustia olvidarnos que Dios está presente y en control de todo. No importa los tiempos que vengan ni los cambios que con ellos lleguen. Dios es el mismo. Lo seguro es que Él permanece.