MUJER, ¿A QUIÉN IMITAS?

MUJER, ¿A QUIÉN IMITAS?

 “Día Internacional de la mujer: Un día para celebrar reivindicar la lucha por equidad y derechos.”

Éste fue el titular de un infograma de uno de nuestros periódicos nacionales, la persona que realizo la publicación, intencionalmente tachó la palabra celebrar para darle fuerza a su interpretación de lo que significa recordar el día de la mujer. Reivindicar se define como ´Reclamar algo a lo que se cree tener derecho´. ¿Necesito ser reivindicada? ¿Puedo abrazar esta lucha por equidad y derechos? Leer este titular me confrontó con mi propio corazón, decidí preguntar entre mis hermanas en la fe y encontré que no soy la única, esta pregunta sobre lo que significa ser mujer, ha sido una constante lucha dentro de muchas de nosotras.

Curiosamente, el mes anterior había terminado un precioso estudio del libro “El Ministerio de Mujeres en la Iglesia Local” por Susan Hunt y Ligon Duncan. Antes de tocar el tema ministerial, los autores deciden traer fundamentos teológicos básicos en nuestra doctrina cristiana. De manera personal, había escuchado de libros como Rut, Ester o Proverbios para hablar de las mujeres en nuestro circulo cristiano; sin embargo, no había prestado mucha atención a las amorosas palabras que las cartas pastorales plasman en cuanto a la mujer. Susan y Ligon se basan en las cartas de Pablo (1 de Timoteo, 2 Timoteo y Tito), para enseñar por lo menos 5 principios fundamentales: El evangelio, La verdad, La sana Doctrina, El discipulado y El Pacto, en este articulo por cuestiones de espacio, solo tocaremos 2, que son útiles para iluminar este deseo de ser reivindicada. ¿Podemos como iglesia abrazar este ideal?

El evangelio:

Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Tito 3:4-7

El evangelio tiene inicio y fin en Dios mismo, por gracia el único Dios Todopoderoso, Santo, Misericordioso, Justo, Creador, y Señor sobre todo, se encarna y viviendo como 100 % hombre y 100 % Dios, vive en medio de su creación una vida en perfecta obediencia al Padre; sin pecado se hace pecado por nosotros y nos hace justicia en Él y se entrega como sacrificio para satisfacer su propia ira santa, vence la muerte y su resurrección proclama con poder el juicio sobre la muerte, el pecado y Satanás. Al volver al Padre, nos entrega su Espíritu Santo como un precioso anticipo de su propia gloria, que un día la compartirá con nosotros.

Ninguna mujer puede atribuirse a sí misma la salvación de sus pecados, ni la convicción de ser enemiga de Dios, es a Él a quien atacamos cuando levantamos el puño en ira y rebelión contra su diseño y función para nosotras. Es Él quien, a pesar de nuestra infidelidad, es Fidelidad, es su amor en Cristo, el verdadero amor que nos libera del deseo de vivir para nosotras, con ideales pasajeros, centrados en la belleza física, la independencia financiera, y la necesidad de usurpar la función de otro ser creado, Solo Cristo toma la iniciativa de acercarse a pecadoras inmundas, enemigas de Dios, mira directo a nuestro pecado, y se entrega como paga, liberándonos de la muerte, dándonos vida, resucitando a muertas vivientes para un propósito eterno, en Cristo mismo, nuestro Salvador infinito, glorioso, Rey que nos adopta en su familia, y nos quiere para ser unas con Él.

Verdad:

“la sociedad contemporánea está siendo sobrepasada y sumergida por el espíritu del postmodernismo…la sociedad apunta en contra la confianza desenfrenada en la razón, la ciencia y el progreso. La mente postmoderna rechaza con razón este optimismo ingenuo, pero después va más allá y afirma que la verdad objetiva o universal no existe, ya que es condicionada culturalmente de manera subjetiva, …por lo tanto, cada uno de nosotros tiene su propia verdad, que tiene derecho a ser respetada como la de cualquier persona.” Este argumento alimenta las mentes mas brillantes que defienden causas centradas en el hombre, y las mujeres no nos hemos quedado atrás.

Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. Tito 2: 1-5

Cristo es la verdad, y Solo la verdad nos ha hecho libres, y para nosotras la instrucción es un modelo de aprendizaje de mujeres mayores sabias que derraman la sana doctrina recibida y puesta en práctica, sobre mujeres jóvenes que buscan a su vez lo mismo que sus hermanas, la gloria de Cristo mientras practican la piedad. No hay lugar para nuevas teorías, ni nuevas enseñanzas, ni nuevos descubrimientos o nuevas formas de ejercer nuestro deber para con Dios, no buscamos definir nuestra propia verdad, a expensas de pisotear a la única verdad Eterna. Con gozo abrazamos su palabra, morimos a nuestros deseos y vivimos para EL, porque ahora vivir es Cristo.

Estos son solo dos principios de 5 que los autores comparten, y los he mencionado esperando traer luz sobre la manera en que buscamos glorificar a Dios como mujeres en Cristo. Si aun consideras que tu vida es tuya, y que puedes alcanzar identidad, nombre y voz por medio de buscar redefinir lo que Dios nos ha dejado, es tiempo de escudriñar tu corazón a la luz de la palabra, con humildad y espíritu enseñable, en medio de un mundo que busca traer a la iglesia enseñanzas que van en contra del evangelio que te salvo.

Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora. 1Timoteo 1:3-4

Veo a muchas hermanas dispuestas a levantar su voz en contra de varones mal llamados pastores, que enseñan doctrinas no bíblicas, pero ¿que estamos haciendo nosotras para guardar esa sana doctrina? ¿Conoces tu identidad en Cristo? ¿Cómo se ve la feminidad bíblica? Si has nacido de nuevo, tu corazón desea glorificarle en todo momento, y he visto en mi propio corazón esta tendencia de adoptar ideas no bíblicas sobre quien soy en Cristo, y en especial en cuanto a ser mujer; te dejo las voces de hermanas en la fe:

“Mi mayor reto a sido aceptar mis limitaciones, ya sea en mi cuerpo físico o en mis relaciones; pues siempre fui una super woman, en Cristo he tenido que humillarme ante Él, y ver como ha ido moldeando mi ser acorde a Su Perfecto Plan, y en ese proceso he visto lo bello que es ser mujer para su Gloria”

“Antes buscaba el amor como una limosna en cualquier persona, cuando el Señor me salvó, entendí que soy amada por un Dios perfecto, fui creada para El, ahora me siento segura, se acabo mi búsqueda.”

“Pensaba que los hombres eran malos, y como Dios es hombre no me acercaba mucho, la biblia me parecía un libro machista, y solo actuaba a la defensiva. ”

Espero que el Señor nos conceda la humildad para observar en su espejo perfecto, su palabra, la biblia, para responder la pregunta que probablemente está en tu corazón…¿Qué significa ser mujer y estar en Cristo? ¿Somos una iglesia conformada por mujeres que aún viven su vida en constante lucha y con guantes de box en mano? ¿Llevas aun una pancarta en tu corazón que protesta ante tu Creador?

¿Qué derecho puede un muerto reclamar ante aquel que lo levantó a la vida? ¿Qué respuesta tiene un condenado a muerte, culpable, consiente de merecer la máxima pena por su rebelión, luego de que un inocente decide tomar su lugar? todo ha sido cubierto por un inocente, un Santo, Amoroso, perfecto Rey, que se despoja de si mismo para salvarme. El corazón redimido no busca reivindicación, renuncia a su lucha terrenal, y diligentemente derrama su vida para agradar a aquel que nos dio Vida. Ya sea como soltera o como casada. Tú ya no te perteneces. Todas tenemos un Esposo al cual nos esforzamos por amar y honrar. Tu vida como madre y esposa puede marcar la vida de la iglesia, en tu hogar puede estar el siguiente pastor, y desde ese pulpito, el Señor inicia el discipulado que El diseño para expandir su plan de redención en este mundo. Nosotras tenemos el privilegio de ser parte de este plan. Amemos al Señor y honremos su llamado con humildad y fervor, quiero terminar con la voz de un siervo, hermano en la fe:

 

“Sobre el rol de una mujer piadosa en el hogar: Una mujer cayó en tentación en el Edén (Génesis 3:6), pero una mujer también dio a luz al Redentor del mundo (Lucas 2:7). Desde principio a fin, la trascendencia de ustedes las mujeres en la Biblia es innegable. Sea Ruth o Débora en el Antiguo Testamento, Priscila o Loida en el Nuevo, la evidencia testamentaria de la intención de Dios en usarlas es clara y hermosa. La Biblia ampliamente describe los diferentes ministerios que se les ha sido asignados, pero hay uno, en mi opinión, con más relevancia. Y es que sin necesidad de un nombramiento, posición, o asignación ministerial, una mujer puede servir a Dios mientras ministra su hogar bíblicamente. He sido testigo de aquello, de una mujer sometida y amorosa, mi madre. Ella se propuso predicar el evangelio a sus hijos y esposo por medio de obra y palabra. Dios usó su vida para llevar a su hogar a los pies de Cristo con el ministerio de ser mamá y esposa. Terminó edificando su casa, como aquella mujer sabía de Proverbios 14:1a. Cuando el deseo de servir al Reino es honesto, una mujer dentro de su hogar puede ser ese instrumento de edificación y evangelización que el Señor use poderosamente”.

 

Escrito por: Daniela Erazo

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11 marzo, 2021

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