Abandonamos a nuestros pequeños y a nuestras pequeñas…

  • Cuando luchan con su autoestima y las comparamos con otras personas.
  • Cuando repetimos diariamente sus errores y no hacemos lo mismo con sus virtudes.
  • Cuando les decimos que sus problemas no son tan graves, olvidando que un día estuvimos en sus zapatos.
  • Cuando los exponemos frente a otros dejando que los demás los critiquen.
  • Cuando esperan que seas su defensor y te conviertes en su acusador.
  • Cuando piensas que disciplinar es golpear, sin darte cuenta que realmente es ayudar a generar hábitos.
  • Cuando el celular tiene más prioridad.
  • Cuando estás para todo el mundo pero no para ellos.
  • Cuando piensas que guiarlos en la fe es memorizar versos y normas, en lugar de mostrar a Cristo en tu vida.