El baúl de los recuerdos
Ciertos recuerdos son como amigos comunes, saben hacer reconciliaciones. (Marcel Proust)
“Mijito, dame pasando ese cuaderno que está en el velador por favor…” fue la frase que replicó mi abuelo. “Ahí está la historia de mi vida…” confirmó.
¿Por qué siempre un anciano conserva sus recuerdos como los más grandes tesoros? Bien dijo alguien: “Recordar es volver a vivir”. Mi abuelo me entregó las páginas en las que resumía su vida: los momentos más duros de su juventud. La manera en que enamoró a mi abuela. Los trabajos donde estuvo, etc. Mientras le echaba un vistazo en mi cabeza retumbaba la frase del poeta británico Aldous Huxley: “El recuerdo de todo hombre es su literatura privada”.
Y es que ciertos recuerdos son inolvidables, a pesar de que intentemos convencernos de haberlos borrado del disco duro. Al puro estilo de la cantante mexicana Thalía: intentamos insistir en que eso no pasó.
Los psicólogos aseguran que hay recuerdos dolorosos que deben ser rememorados para poder encontrar una vía de sanación en el presente. “Hay recuerdos que el tiempo no borra. El tiempo no hace la pérdida olvidable, solo superable.” (Casandra Clare).
Pero así como existen recuerdos que son necesarios traerlos al presente, hay otros que por el contrario deberían ser menos recurrentes en nuestros pensamientos. Me refiero a aquellos recuerdos tóxicos que no nos permiten vivir el presente, están en nuestro corazón y cada día hacen más grandes las heridas. Son estas memorias del corazón las que deberíamos sobrellevarlas con un profesional de la salud.
Recordar es una capacidad que se nos ha otorgado, pero si no lo usamos sabiamente podemos sumergirnos en la nostalgia o el pasado y es ahí donde nos podríamos ver envueltos en un pozo sin salida llamado depresión. Mientras más viejo te vuelves valoras los momentos vividos es por eso que: los niños viven al máximo el presente, los jóvenes sueñan con el futuro, pero los ancianos se embriagan de los recuerdos. Por esto la novelista Angela Carter dijo: “la nostalgia es el vicio de las personas mayores”.
No te ates al pasado y tampoco te preocupes por el futuro, el inspirador de naciones dijo una vez: cada día trae su propio afán. El Creador del universo te ha dado la capacidad de recordar, ¡hazlo! Recuerda el nacimiento de tus hijos, la primera mascota que tuviste, la vez que lograste manejar la bicicleta sin las rueditas de apoyo. Pero por amor a Dios no te quedes ahí, recuerda que lo que estás viviendo hoy mañana serán tus mejores recuerdos, tú decides.