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18 06, 2018

Vivir en comunidad

2019-07-07T04:53:25-05:0018 junio, 18|

¿Qué entendemos por comunidad?

Según la RAE tenemos algunas definiciones

1. f. Cualidad de común (que pertenece o se extiende a varios).
2. f. Conjunto de las personas de un pueblo, región o nación.
3. f. Conjunto de naciones unidas por acuerdos políticos y económicos.
4. f. Conjunto de personas vinculadas por características o intereses comunes.
5. f. Junta o congregación de personas que viven unidas bajo ciertas constituciones y reglas, como los conventos, colegios, etc.

Estas definiciones se aproximan a lo que quiero tratar.

Tengamos en cuenta que no es fácil vivir en comunidad. En una comunidad encontraremos límites, tradiciones, costumbres, cultura. Hay gente diferente (no todos somos iguales). Pero si decidimos vivir en comunidad debemos tener disposición de adaptarnos, de aprender y de relacionarnos. A continuación unos puntos útiles.

1. Decidir hacerlo. Los primeros cristianos decidieron vivir en comunidad,  como una gran familia. Eso lo podemos enontrar en Hechos 2: 43-47. Donde nos dice que permanecían unidos, compartieron lo que tenían, comida y/o ropa. Es decir ellos no se quedaron ahí por obligación, sino por amor.
No se puede obligar a las personas a quedarse en un lugar en el cual no quieren estar o donde no se sientan tan comodas.

2. Buscar acuerdos. Una familia, un grupo, una ciudad o un país tienen reglas de convivencia, buscan acuerdos para una mejor convivencia. La gente que no se adapta a estas reglas muchas veces termina en la cárcel. Las reglas nos permiten hacer bien las cosas. Vivir en paz con otros. Los primeros cristianos buscaban acuerdos para convivir y para compartir.

3. Relacionarnos. Dios nos hizo seres relacionales. Las relaciones son buenas. Debemos aprender a relacionarnos y aorender a elegir las amistades (mira con quien andas y te diré quien eres). Los primeros cristiananos al vivir en comunidad tenían que aprender a relacionarse, es decir a tratarse con amor y brindar un trato diferenciado pues cada ser humano es diferente. Dios nos creó diferentes.

Para concluir, es difícil vivir en comunidad, sea en la iglesia, en el trabajo o en la escuela, pero depende de nosotros la actitud que tomamos para relacionarnos con otras personas y para aceptar las reglas o no.

13 06, 2018

Papá

2019-07-07T23:47:36-05:0013 junio, 18|

Me es extraño llamarte así. No sabes lo mucho he preguntado por ti, sobre todo ahora que estoy en pleno desarrollo y que veo que mis compañeros tienen mamá y papá, mientras que yo solo tengo a mamá. Me pregunto noche a noche la razón de tu abandono, de tu falta de coraje y de valentía al no  hacerte responsable de mí… ¿Por qué huíste y me dejaste cargando con aquella frase que debo repetir a cada rato: “no tengo papá”?

Ni te imaginas cómo se siente, o cuántas veces te he necesitado y al mismo tiempo he sentido rencor, pero he aprendido que con eso no gano nada, por eso te escribo esta carta.

Papá, realmente sé muy poco de ti. No he querido preguntarle mucho a mamá, esa mujer que ha sido increíble. Te sorprendería lo grandiosa que es, aunque quizá lo sabes muy bien.

Quizá pienses que quiero hacerte algún reclamo, o decirte que te odio y que eres el peor padre, pero no es así. Por el contrario. Quiero hacerte saber que te perdono, de corazón.

Perdono tu ausencia que me hizo una persona más fuerte, independiente, perseverante y por supuesto, valiente. Te perdono porque, honestamente aquí estoy, viva.

Además de mamá, alguien supo llenar tu lugar: el abuelo. Él estuvo presente en cada celebración y siempre con orgullo dije que él era mi segunda mejor opción, la mejor que Dios me dio. Y como él ya era padre, no le fue difícil educarme, y lo ha hecho bien.

¡Sabes! Es un gran hombre, de gran corazón, y tan grande así que jamás me habló mal de ti.

Él me enseñó a ser agradecida, noble, a compartir lo que tengo con los demás. Me enseñó a luchar por mis ideales, a no rendirme, a levantarme después de cada caída y a sonreír siempre. Me enseñó a ser fuerte, a no sufrir por insignificancias y a valorarme, a no sentirme ni menos ni más. Me enseñó simplemente a ser yo.

Te perdono por todo, porque gracias a ello yo soy quien soy: una persona grandiosa que se esfuerza por ser mejor. Gracias a ti, de cualquier manera, comprendo cuál es el tipo de hombre que quiero, no solamente para mí sino como padre de mis hijos. Te perdono papá, porque aquel dolor en algún momento terminó haciendo de mí alguien invencible, porque gracias a ti es que he aprendido a perdonar, ¡he aprendido a perdonarte!

No arruinaste mi vida con tu partida. Mi vida continuó, aparecieron personas maravillosas que me enseñaron lo hermoso de vivir. No puedo decir que mi vida haya sido mala solo por no estar tú en ella. Por el contrario, he sido feliz. Puedes estar tranquilo. Continúa con tu vida en paz y no te atormentes por mí, porque yo te he perdonado. Dios me enseñó que Él es el mejor padre y me ha extendido su amor sanador.

Realmente espero que tu vida haya dado un vuelco y que seas tan feliz, pleno y dichoso como lo soy yo. Te perdono por ser el hombre que me engendró, te perdono porque quiero ser libre, y por si algún día nos vemos, pueda saludarte con el alma limpia.

Hasta siempre. Tu Hija.

Tomado y adaptado de: Econsejos/ Gabriela Ribeiro.

21 12, 2017

Prepárate para la celebración de Navidad

2019-09-09T00:13:00-05:0021 diciembre, 17|

Navidad es una temporada de espera expectante. Conecta el anhelo de Israel por la llegada del Mesías con nuestra anticipación del regreso de Cristo. Durante toda esta temporada, tenemos la
oportunidad de detenernos, prepararnos y reflexionar.

Nuestra historia de fe ha recorrido un largo camino desde el primer anuncio del nacimiento de Jesús, ¡pero todavía no ha terminado!

El equipo de las Sociedades Bíblicas Unidas en Ecuador ha preparado un viaje compuesto por Devocionales Semanales de preparación para Navidad.

Esperamos que decidas unirte en este maravilloso viaje de esperanza, paz, alegría y amor. Haz de esta temporada un tiempo de enriquecimiento espiritual que siempre recordarás.

27 09, 2017

Un sueño reparador

2019-09-09T00:15:46-05:0027 septiembre, 17|

Quienes hemos experimentado largas noches de insomnio, sabemos de sus devastadores efectos en nuestra salud. Pero hay una buena noticia, investigadores de la Universidad de Hertfordshire de Inglaterra están probando, en un experimento masivo, una nueva aplicación para iPhone, para ver si es posible crear el sueño perfecto, ya sea un paseo por la playa, un jardín tranquilo donde sentarse o dar un viaje en transbordador espacial.

Se trata de la aplicación Dream:ON que, desarrollada por el psicólogo británico Richard Wiseman, reproduce sonidos para evocar la sensación de estar en un entorno concreto durante la fase del descanso en la que se producen los sueños.

«Si son pájaros cantando, entonces la idea es que oirás pájaros cantando en tu sueño», dijo Wiseman. Hay 20 sonidos distintos, con temas como Salvaje Oeste, Transbordador Espacial o Un viaje a Tokio. Tras elegir una hora de despertarse y un sonido, el usuario pone el iPhone boca abajo en el colchón y la aplicación registra los movimientos del cuerpo en la noche.

Durante los últimos 20 minutos de sueño, la aplicación reproduce el sonido elegido si el durmiente está en el sueño profundo, un estado en el que se suprimen los movimientos corporales y es más probable que se produzcan los sueños.

Hace muchos años el rey de Israel, David, expresó: “En paz me acostaré y así mismo dormiré, porque sólo tú Señor me haces vivir confiado”, ¿qué lo llevó a hacer esta declaración de suprema confianza en Dios?

Clama estando en su cama, pero lo hace teniendo en su mente dos situaciones concretas que ha vivido de manera emotiva, mental y religiosa. Así ora a Dios, en medio de la angustia que esto le trae a su vida.

Así David resuelve la tensión en la que se encuentra, poniendo su confianza en Señor por medio de la oración, en voz alta, al parecer para invitar tanto a los unos como a los otros a confiarle su vida a Dios y a tener un sueño reparador.

20 09, 2017

Confianza en medio de la tormenta

2019-09-09T00:13:17-05:0020 septiembre, 17|

Una de las grandes composiciones para piano de Chopin, fue inspirada en medio de una furiosa tormenta. Rugía el viento, y el agua caía a torrentes formando profundos y agitados cauces. Anochecía, y su esposa e hijos no regresaban a casa. Una gota de agua caía sobre él con insistencia. Y bajo ese estado de profunda angustia, compuso el famoso preludio titulado, precisamente, La gota de agua.

Hemos sido testigos de los últimos desastres naturales: el huracán Irma que dejó más de 80 muertos a su paso por el Caribe y Florida, el huracán Harvey con más de 60 personas fallecidas, y los terremotos de México de las últimas semanas cuyas cifra de muertos aún sigue elevándose.

Las tormentas y fenómenos naturales son muy fuertes, en muchas ocasiones sentimos que no podremos frente a ellos, la impotencia aparece y pareciera que son cada vez más recurrentes, es como si una gota cayera insistentemente sobre nosotros, pero la Biblia dice que Dios guardará en completa paz a aquel cuyo corazón en él persevera, porque en él confía.

Nunca podremos estar lo suficientemente preparados para las tragedias, pero con Dios de nuestra parte sí tendremos la paz perfecta que nos da a través de Jesús. Mientras afuera hay truenos y centellas, huracanes y temblores, Jesús está escribiendo una página eterna para nuestra vida. El desafío es permanecer en Él y él hará brotar nuevas fuerzas en nuestro interior. Pongamos nuestros ojos, nuestra mente y nuestra confianza en Cristo y él nos sumergirá en el refrescante río de su paz.

1 09, 2017

Bienaventurados los Pacificadores

2019-09-09T00:13:21-05:001 septiembre, 17|

La semana pasada fui a ver la película “Dunquerque”, dirigida por Christopher Nolan.  El director relata con excepcional maestría los eventos acontecidos durante el rescate de las tropas inglesas arrinconadas por el ejército alemán en este puerto de Francia.  Pasé sentada en el filo del asiento durante todo el filme.  La música era un personaje más, que delataba la tensión y el corazón acelerado de los protagonistas.  Observé con espanto cómo caían bombas sobre soldados que esperaban en la playa, sin protección alguna.  Se me escapó un grito cuando, en plena celebración por un avión enemigo derrotado, explotó un misil junto a la cabina.  Lloré de principio a fin, pensando en el dolor que trae una guerra, meditando en cómo es el corazón humano, examinándome a mí misma para darme cuenta de que no soy diferente.

La Biblia dice en Santiago 4: “¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No vienen de las pasiones que combaten en sus miembros? Ustedes codician y no tienen, por eso cometen homicidio. Son envidiosos y no pueden obtener, por eso combaten y hacen guerra”.  Si bien es cierto que no tengo la autoridad para declararle la guerra a Gran Bretaña, sin lugar a duda, he declarado la guerra a muchas personas en mis 38 años de vida.  Mi camino está marcado de contiendas con personas, amistades quebrantadas, guerras y conflictos.  Entonces elevé una oración desesperada: “Señor, ya no quiero ser así.  ¿Cómo puedo glorificarte en mi vida cuando soy una peleona?”  La respuesta llegó a través del libro “Pacificadores” de Ken Sande.

[1]

Jesús comienza el Sermón del Monte con lo que conocemos como “Las Bienaventuranzas”.  Una de ellas expresa: “Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios”.  Los que procuran la paz, los pacificadores, serán llamados hijos de Dios.  No sé si te pasa lo mismo que a mí, pero yo miro a mi alrededor y veo la necesidad crucial de tener pacificadores en nuestras familias, en nuestras iglesias, en nuestra sociedad.  ¿Cómo puedo llegar a ser un pacificador?  Ken Sande propone los siguientes principios, tomados de la Biblia, para responder al conflicto:

  1. Glorificar a Dios. En lugar de enfocarnos en nosotros mismos, nuestra ofensa, nuestra indignación, pensemos en qué es lo que más glorifica a Dios.  ¿Se complace Dios de amistades, familias, iglesias divididas?  ¿Eso le hace bien a Su nombre?
  2. Sacar la viga de nuestro propio ojo. Mi mamá siempre nos castigaba a mi hermano y a mí cuando peleábamos y nos decía: “Para pelear, se necesitan dos”.  Lamentablemente, en el 99.99% de los casos, no somos inocentes palomitas en el conflicto.  También hemos tenido nuestra parte.  Debemos asumir nuestra responsabilidad y pedir perdón, antes de confrontar al otro con su ofensa.
  3. Restaurar humildemente. Si la falta no se puede pasar por alto, seguimos el proceso delineado por Jesús en Mateo 18:15-18.  Primero conversamos en privado.  Si no hay resultados, involucramos a otras personas en el proceso.  Es importante no llamar a otras personas sin conocimiento de la otra parte del conflicto y no buscar que los otros estén de nuestro lado.  Recuerda que la meta es buscar una reconciliación, no tener la razón.
  4. Ir y reconciliarnos. Debemos buscar un acercamiento genuino, así como Dios lo hace con nosotros después de que pecamos.  ¿Te has dado cuenta de que, cuando caes y Dios te perdona, tu relación con Él es más cercana?  Lo mismo debería suceder en nuestras relaciones con otros.  Jesús nos manda a perdonar setenta veces siete y la indicación en Efesios 4:32 y Colosenses 3:13 es perdonarnos unos a otros como Dios nos ha perdonado en Cristo.  Toma muy en serio las palabras de Jesús en Mateo 18:23-35.  Se me eriza la piel lo que dice el Señor en el último versículo: “Así también Mi Padre celestial hará con ustedes, si no perdonan de corazón cada uno a su hermano”.  ¡De corazón!  ¡De corazón!  ¡DE CORAZÓN!

Quisiera poder decirte que domino el tema y que soy una experta en reconciliación, pero recién estoy aprendiendo y clamando al Señor que me permita ser una pacificadora bienaventurada.  Me encanta cómo Sande recalca que la resolución de conflictos es un proceso sobrenatural, que no podemos hacerlo sin la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas.  Oro para que el Señor nos convierta en pacificadores y que Su nombre sea glorificado en el cielo y en la tierra, cuando el mundo que nos observa pueda ver que en verdad nos amamos unos a otros como Él nos ama (Juan 13:34-35).

Si deseas más información sobre cómo ser un pacificador, te recomiendo visitar el sitio web de Peacemaker Ministries: http://peacemaker.net/espanol/

Maria del Carmen Atiaga

[email protected]

[1] Ken Sande, Pacificadores.  Ediciones Las Américas, 2008.

2 04, 2017

Dios nos cuida y nos da su paz

2019-09-09T00:13:53-05:002 abril, 17|

En las últimas semanas, he escuchado con frecuencia la frase: “Y ahora, ¿qué va a pasar?”  La incertidumbre que se siente sobre el futuro lleva a las personas a sentir ansiedad, angustia y temor.

Sabemos que la preocupación no nos conduce a ningún lado, es como si alguien estuviera sentado en una mecedora: nos da algo que hacer, pero no nos lleva a ninguna parte.

No obstante, insistimos en preocuparnos por algo que sucedió y que ya no podemos rectificar; nos preocupamos por el presente, sobre el que no tenemos control y nos preocupamos por un millón de cosas que nos imaginamos pueden suceder en el futuro.

En Mateo 6:26, Jesús utiliza el ejemplo de los pajaritos que no siembran ni cosechan, ni almacenan en graneros, pero son alimentados por el Padre Celestial. Este sencillo ejemplo comunica un mensaje poderoso que debemos recordar y vivir cuando la angustia del futuro desconocido nos asedie:  Nosotros valemos más que estas avecitas, por tanto, Dios tiene un cuidado infinitamente mayor por ti y por mí.

El esperar en paz y creer que Dios nos cuidará significa aceptar que nuestras vidas están en Sus manos, que Él tiene un plan para nuestro futuro y ese plan es bueno.

En Efesios 3:20, el Apóstol Pablo dice: “Que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros”.

Aunque no conozcamos lo detalles de lo que vendrá, Dios sí sabe todo y nuestro futuro está en sus manos.

Que Dios nos ayude a enfrentar la vida con un corazón sereno y tranquilo, experimentando la paz maravillosa que nos ofrece y que está fundamentada en la relación que tenemos con Cristo y en la certidumbre que Él cumple cada una de sus promesas.

Sin importar cuán adverso pueda parecer el futuro, podemos tener serenidad y calma porque Dios tiene cuidado de nosotros y porque Él es nuestra paz.

Que Dios, que da esperanza, los llene de alegría y paz a ustedes que tienen fe en él, y les dé abundante esperanza por el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13.

MDC/ag

27 01, 2017

Soltar las amarras

2019-11-11T09:33:26-05:0027 enero, 17|

Has escuchado la expresión «soltar las amarras», amarras son las sogas amarradas (valga la redundancia) que sostienen embarcaciones pequeñas a los buques, también son las que sujetan los barcos (sin importar el tamaño) al puerto. Por lo tanto se sueltan las amarras cuando el barco va a empezar a navegar.

Me es necesario aclarar además que éste término podemos escucharlo muchas veces en conversaciones en una especie de analogía con liberarse, atreverse, volar, amar sin reservas, etc.

En mi diario vivir he notado que todos tenemos cosas que debemos soltar en nuestra vida que nos han frenado y en muchos casos truncado nuestros planes y sueños. Amores no correspondidos, rompimientos, divorcios, muertes, abusos, falta de perdón, frustraciones, etc. Estamos tan acostumbrados a autocompadecernos o estamos tan cómodos con el peso que cargamos que ya no recordamos cómo se sentía andar liviano.

Debemos voltear la página, continuar, soñar, hacer planes a futuro, disfrutar te las pequeñas y grandes alegrías. Disfrutemos todo lo que de gracia se nos ha concedido. Soltemos las amarras que nos detienen, perdonemos a los demás, perdonémonos nosotros mismo y avancemos.

De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. (Colosenses 3:13)

4 09, 2015

Paciencia

2019-07-07T04:53:56-05:004 septiembre, 15|

Ha sido tu paciencia cuestionada tanto que tomar el asunto en tus propias manos?
Por ejemplo, a la espera de un autobús que debe venir, cuando es tarde. Así que toma el asunto en tus propias manos y consigues un taxi para ir al lugar que necesitas. Mientras entras al taxi, el autobús llega finalmente. Así que, lamentablemente, tiene que pagar mucho más por el taxi porque tu impaciencia no te dejó esperar.


Esto es sólo un pequeño ejemplo, pero muchas veces, nuestra impaciencia saca lo mejor de nosotros. Entonces, ¿dónde está Dios cuando sucede eso? O en otras palabras, es Dios todavía todopoderoso incluso cuando tomamos el asunto en nuestras propias manos?
En primer lugar, Dios está siempre con nosotros y en nosotros, incluso cuando desobedecemos o nos impacentamos. Y, sí, Dios es soberano incluso en nuestra desobediencia. ¿Significa eso que yo estaba «desobedeciendo» a Dios cuando tomé el taxi en lugar del autobús? No, pero hay momentos en que Dios insistentemente quiere que esperemos en él. Estamos en una sociedad en la que podemos obtener respuestas con sólo pulsar un botón. Y en el momento de nuestra conexión Wi-Fi falla, no encontramos otra manera de obtener la respuesta. Pero Dios no es tu Wi-Fi, que siempre está ahí, y a veces insiste en nosotros para que seamos pacientes y experimentar la plenitud de Su voluntad.


El libro del Génesis está lleno de historias de gente que toma el asunto en sus propias manos debido a su impaciencia con Dios. El pináculo de la vida de Abraham Dios le prometió descendencia y su bendición, pero él no podía tener esas cosas porque su esposa era estéril. Así que decidió tomar la situación en sus propias manos, su esposa le ofreció su sierva para que pudiera tener un hijo y cumplir las promesas de Dios. Dios bendijo al hijo que nació de la sierva, pero que no era el hijo que le pormetió Dios a Abraham. Años más tarde, finalmente su esposa Sara le dio un hijo a Abraham y así se cumplió la promesa de la tierra, los descendientes, y la bendición.


Incluso en nuestra impaciencia, Dios sigue siendo todopoderoso y trabaja en nuestras vidas. Dios extendió la paciencia de Abraham lejos de lo que podía soportar, pero al final, él aprendió a confiar en Dios en cada etapa de su vida. Dios no es nuestra conexión Wi-Fi gratuita, que nos hace esperar a veces para enseñarnos algo que no vamos a entender hasta que hayamos sido pacientes. Sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero sé paciente; ¡Valdrá la pena la espera!
«La paciencia es lo que necesita ahora, para que va a seguir haciendo la voluntad de Dios. Entonces usted recibirá todo lo que él ha prometido «(Hebreos 10:36).

ESCRITO POR: Ashley Arneson

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