Sueños incumplidos
¿Qué fue lo primero que dijiste que querías ser cuando crecieras?
Doctor. Maestro. Policía. Madre. Presidente de tu país.
Y cuando nos hacemos mayores, nuestros sueños cambian de lo que queremos ser a quienes queremos ser. Soñadores nacidos naturales. Pero algunos de nosotros somos más realistas y enterramos nuestros sueños bajo la realidad de la inseguridad, la duda y el miedo. Sin embargo, en la realidad y en el fondo, todavía tenemos sueños y deseos ocultos en nuestros corazones.
Pero ¿qué hacemos cuando esos sueños no se hacen realidad? Cuando no obtienes el chico/chica que querías? ¿Cuando no consigues el trabajo que deseas? O cuando la vida no es todo lo que has soñado.
Y ¿qué de los sueños que todavía están esperando, pero que está tomando una eternidad? ¿Qué pasa si has estado trabajando en algo durante años, y tus esfuerzos parecen en vano porque no obtienes lo que esperas? Este anhelo es doloroso. La espera es insoportable, pero el deseo no va a desaparecer.
Primero, todos podemos relacionarnos aquí. Todos tenemos dudas, inseguridades, y preocupaciones. Nuestros sueños son un riesgo. Y estamos arriesgando nuestro tiempo, energía, la reputación, etc. Segundo, todos hemos tenido una temporada de espera. Sabemos que el dolor insoportable. Y sabemos lo que se siente al ser defraudado. Pero no te compares con los demás. Todo el mundo está en una temporada diferente de la vida.
Tómate tiempo para trabajar en ti mismo. Sigue soñando. Depon tus inseguridades y alcanzat esos sueños. Hay una razón por la cual tienes esos sueños. Hay una razón por la que has estado defraudado. Reevalúa tu temporada de espera. ¿Aun vale la pena la espera? ¿Podría enseñarte algo a la larga? Los sueños incumplidos son una realidad, pero mantienen la esperanza. Nada viene fácil. Tal vez hay algo más por ahí, pero no se puede aún.
Por tanto, digo:
«El Señor es todo lo que tengo.
¡En él esperaré!»
25 Bueno es el Señor con quienes en él confían,
con todos los que lo buscan.
(Lamentaciones 3: 24-25)(NVI)