A lo largo de mis años estas dos formas de expresión han sido parte de mi vida, no solo porque yo las he utilizado sino porque he estado en círculos y alrededor de personas que me empujan a hacerlo. Es algo no solo cultural sino humano. En nuestra naturaleza el pecado se muestra en tres maneras: en lo que decimos, pensamos y actuamos.
El chisme y la crítica van de la mano como dos mejores amigos que secretamente son asesinos en serie. Sé que la comparación es fuerte, pero necesaria pues muchas veces no nos damos cuenta del daño que puede causar un comentario sobre otra persona que no está presente.
No lo podemos negar, nos gusta hablar de los demás y dar nuestro punto de vista sobre tal o cual persona siempre que siga añadiendo a la conversación. Si pensamos un poco, la crítica siempre va a ser resultado del chisme y el chisme siempre va a ser parte de la comparación. Seamos honestos: frecuentemente nos estamos comparando con los demás y el chisme es una forma de alimentación chatarra que por un instante nos engorda de nosotros mismos, infla nuestro ego y desprecia al resto.
Quizás me dirás que el chisme no es malo, que muchas veces son comentarios sueltos que surgen de una conversación bien intencionada. Bueno, déjame decirte que así es como obra el pecado, cuando menos lo esperamos y en el lugar que no nos imaginamos una pequeña serpiente entra en el escenario.
Lo siguiente que leerás te ayudará a no ser parte la siguiente vez que tengas tentación a chismear y criticar a otras personas
- No decir nada: La mejor forma de no ser parte del chisme es no decir nada y alejarse, pues la simple presencia de uno puede ser un apoyo para que otros busquen su aprobación en la crítica.
- Confirmar: Si comienzas a sentir que la conversación va dirigida a hablar de otra persona que no está presente recuérdate a ti mismo que estas siendo parte de la difamación de alguien con sentimientos y voluntad que no puede defenderse. En tal ocasión menciona que lo que te digan vas a ir a confirmar con la otra persona.
- Confrontar: Usualmente la crítica es muy sigilosa. Cuando sientas que vas a decir algo que no edifica, sino que daña la imagen de otros, recuérdate que en todo tiempo Dios te está mirando e imagínate qué sería si la persona de quien estás hablando escuchara. Una vez me dijeron que no hay que construir murallas para refrenar el pecado, sino hay que confrontarlo cara a cara.
- No olvides la palabra de Dios: Memorizar la Biblia es una de las mejores y más efectivas herramientas para poner a tu corazón y a tu boca en su lugar. Aquí hay algunos versículos que te ayudarán a controlar tus palabras:
- Sólo el de conducta intachable, que practica la justicia y de corazón dice la verdad;
que no calumnia con la lengua, que no le hace mal a su prójimo ni le acarrea desgracias a su vecino. Salmos 15:2-3
- El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los buenos amigos. Proverbios 16:28| NV
- Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan. Efesios 4:29
- El de labios mentirosos disimula su odio, y el que propaga calumnias es un necio. Proverbios 10:18| NV