Lectura: Santiago 3:13-18 «La sabiduría de lo alto»
Santiago en su carta a las iglesias escribe de su experiencia cómo debe ser la vida del creyente. En el tercer capitulo habla sobre cómo es la vida de una persona que refleja sabiduría. Todos quisiéramos ser conocidos por nuestra sabiduría, pero no todos damos evidencia de eso en nuestra vida. A continuación 3 cosas que deben ser parte de tu vida si realmente tienes una vida de sabiduría en Dios.
Mide sus palabras
Al inicio del capitulo 3 Santiago nos habla sobre la lengua y el poder de la lengua. Nos da a entender que con una parte tan pequeña del cuerpo tenemos la capacidad de ayudar o destruir a las personas. Así como una chispa puede producir un terrible incendio, una palabra fuera de lugar puede consumir relaciones enteras y lastimar grandemente a la gente.
Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, !cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
Santiago 3: 5
Seguro conoces a alguien no sabe medir sus palabras y mucho menos cuándo es apropiado callar. Es incomodo estar en la presencia de gente así. Santiago nos anima a medir nuestras palabras cuidadosamente porque tienen gran poder. En proverbios 13:3 dice «El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.» Entendemos que es mejor cuidar las palabras que usamos y de ser posible mejor callar. Santiago termina hablando sobre la lengua haciéndonos reflexionar que muchas veces somos de doble discurso o nuestras acciones no coinciden con lo que sale de nuestra boca.
Por lo cual nos lleva al siguiente punto…
Vive en Integridad
Si medimos nuestras palabras es lógico que midamos nuestras acciones. Sería absurdo ver que nuestra boca diga una cosa mientras hacemos otra. En ocasiones la gente dice «Haz lo que digo, no lo que hago» a manera de excusar que su comportamiento no coincida con su mensaje, pero Santiago nos dice que esto nunca debe pasar con el seguidor de Cristo.
¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
Santiago 3:13
Básicamente dice: ¿Piensas que eres sabio? Demuéstralo con tus acciones. Es triste pero nos confrontamos con esto todos los día en el mundo. Casos de cristianos y lideres de iglesia que en la iglesia dicen una cosa pero a escondidas hacen otra. No solo en los «pecados grandes» sino en lo más simple. Santiago dice que si nos creemos sabios pero tenemos celos, amargura, rencor, orgullo o mentira en nuestra vida, es una sabiduría animal, terrenal y hasta diabólica. Pero la sabiduría de Dios «es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía«. Al final de es pasaje lo resume nuevamente en integridad «sin incertidumbre ni hipocresía».
Una vida así nos va a llevar inevitablemente a tratar bien a los demás y el último punto…
Busca la Paz
Santiago menciona que el fruto o el resultado de una vida que mide sus palabras y vive en integridad es inevitablemente la paz.
Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.
Santiago 3:18
¿Qué significa vivir en paz? No puede significar nunca tener conflicto con la gente, porque vemos que Jesús y sus discípulos tuvieron constantemente conflictos con los lideres religiosos y hasta perdieron su vida a causa de eso. Entonces Santiago debe hablar de algo diferente cuando habla de una vida de paz.
Al inicio del siguiente capitulo habla de los «pleitos entre vosotros». Entonces Santiago está hablando de una vida que no tenga contiendas con los demás miembros del cuerpo de Cristo. Esto tiene sentido a la luz de pasajes como Juan 17 donde Jesús pide a Dios unidad para la iglesia. Entendiendo que la iglesia debe ser ejemplo y luz al mundo, la Paz empieza por la iglesia y por los hermanos pero inevitablemente se extiende en acción de amor hacia el resto del mundo. Y considera que la paz no es simplemente estar sin conflicto, sino activamente buscar sanar las relaciones. Dios no nos llama a ser pacíficos, sino pacificadores (Mt 5:9).
Mide tus palabras hacia los demás miembros de la iglesia. Trata con amor a las demás congregaciones. Y busca no solo evitar conflictos, sino activamente fomentar la paz con tus acciones. Si haces esto hacia tus hermanos y el mundo estarás demostrando que tienes verdadera sabiduría.