Devocional de 10 días para… un papá que deja huellas
“Así como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de quienes le temen.”
Salmo 103:13
Una niña de 9 años luchaba con matemáticas. Solo pensar que venía esa clase le generaba ansiedad, vergüenza y hasta lágrimas. “¿No soy capaz?”, se repetía una y otra vez, creyendo que su valor dependía de eso. Hasta que un día, todo cambió.
Papá se sentó a su lado y le dijo: “Yo sé que lo vas a lograr. Eres inteligente y capaz. Déjame ayudarte.” Un par de días de clases intensas pero divertidas con papá hicieron la diferencia. La niña que antes lloraba por no entender ahora enseñaba matemáticas a sus amigas.
¿Qué cambió? Papá la hizo sentir capaz. La animó. La miró con admiración y celebró sus pequeños avances.
Un padre que afirma, que grita los goles en el partido o que dice “¡Eres brillante en eso!”, forma seguridad interior. Papá, gracias por exaltarnos cuando el mundo nos quiere aplastar. Gracias por hacer de casa un lugar seguro cuando afuera solo hay rechazo.
Tus hijos vivirán batallas. Pero si en casa encuentran afirmación y paz, tendrán fuerzas para seguir.
Y en ese abrazo que anima… reflejas al Padre celestial, que también nos susurra cada día: “Tú puedes. Yo estoy contigo.”