Una noticia que no es del todo nueva, sobre los últimos hallazgos de la agencia espacial estadounidense, NASA, de corrientes de agua en Marte.
Decimos que no es nueva esta información, porque desde hace años se ha sabido que en el pasado hubo grandes cantidades de agua corriente en Marte y también se conocía de la existencia de agua congelada bajo su superficie.
A decir de Mary Beth Wilhelm, investigadora de la NASA en Moffett Field, California, «es la primera vez que hay evidencia directa de la existencia de agua líquida en la superficie de Marte», se presume que el preciado líquido proviene de la atmósfera del planeta.
Ahora bien, ¿qué importancia tiene el hecho de saber que hay agua en Marte? Bueno, que hay muchos quienes hacen la asociación de la presencia de agua, con la posibilidad de que exista vida en el planeta rojo.
«El agua corriente es un ingrediente esencial para la vida, es un requisito para la vida. Determinar la presencia de agua líquida es un paso para establecer que la superficie de Marte es un lugar que puede ser habitado», precisa la experta de la NASA.
No cabe duda que la comunidad científica de todo el mundo está “sedienta” de conocer y certificar que hubo, o hay agua en Marte y sin embargo hay mucha aridez espiritual en esta y en otras esferas de nuestro propio planeta. No es preciso ir hasta Marte para sentir los golpes de la sed.
Ya lo dijo Jesús hace muchos años: “Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para la vida eterna”.
El agua que pudo haber brotado en Marte o que brota aquí en nuestro planeta Tierra es para la vida natural, mientras que el agua viva, de la que habla Jesús de Nazaret, es para la vida eterna.
Mauricio Patiño Bustos
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