Aguacate, por su concentración calórica:si analizamos un aguacate, de unos 200gr obtenemos que su aporte calórico es de unas 320 kcal. Mucho, ¿verdad? ¿Qué tal si os decimos que una sola palmera de chocolate nos puede aportar hasta 1000 Kcal? Pero esto no es lo más importante. Las calorías contenidas en un aguacate no son solo calorías, sino que nos aportan muchas sustancias beneficiosas: vitaminas antioxidantes, fibra, minerales y, lo más importante, ácidos grasos saludables. Este conjunto de nutrientes nos ayuda a mejorar el perfil lipídico, regulando los niveles de colesterol LDL y HDL en sangre; reduce el riesgo cardiovascular; tiene efectos cardioprotectores y reduce el perímetro umbilical. Pero además, nos ayudan a controlar el peso. Os preguntaréis cómo es posible teniendo tal carga calórica. Las grasas que encontramos en el aguacate ayudan a que nuestro metabolismo de las grasas funcione correctamente y también el de los hidratos de carbono. Es importante comenzar a cambiar el concepto y entender que las calorías no lo son todo cuando queremos controlar el peso, hay muchos otros compuestos involucrados en este proceso.

Plátano, por su contenido en azúcar/calorías: resulta llamativo que en la mayoría de las dietas de adelgazamiento que circulan por las redes se prescinda del plátano. Si bien es una fruta con alto contenido en azúcares, sus efectos sobre el control del peso son muy beneficiosos. Para empezar, es una fruta con efectos positivos para el tratamiento de la retención de líquidos, gracias a su contenido en potasio. Pero además, su contenido en fibra y azúcares lo hacen perfecto para ciertos momentos del día, como la media mañana, el desayuno o los momentos pre y post entrenamiento. Los azúcares presentes en el plátano son de fácil asimilación, así que no debería abusar, pero consumir un plátano diario se consideraría una ración saludable. Eliminar un plátano de mi dieta porque tiene mucho azúcar para terminar comiéndome un donut dos horas después, no tiene mucha lógica, ¿no crees? La preocupación por los azúcares simples de la fruta, quizás esté más asociada a que nuestro estilo de vida sedentario no permita que sean consumidos. Pero la solución para esto no es dejar de comer fruta, sino comenzar a mantener un estilo de vida más activo.