¿Quién no ha escuchado “Alégrense con los que están alegres, lloren con los que lloran”? Pero ¿realmente tenemos con quién compartir la felicidad y la tristeza de la vida? Las amistades con otras mamás pueden enriquecer la vida profundamente. Las mismas amistades pueden parecer un sueño inalcanzable o quizá pueden volverse fuentes de dolor. Aunque no podemos evitar por completo las heridas de la vida, aun de nuestras amigas, podemos tomar decisiones sabias que nos ayudarán a establecer amistades sanas y bendecidas con otras mamás.
¿Sabías que cada amistad en tu vida tiene un propósito? Dios quiere usar tus amistades para ayudarte a ti y a tus amigas a crecer en Él. Por lo tanto, elige tus amigas sabiamente porque influencian quién eres y cómo actúas. Podemos (y debemos) tener a los no cristianos como amigos también, pero nuestras mejores amigas deben estar enamoradas del Señor Jesús. De esta manera nos pueden animar en nuestro camino, mientras seguimos a Cristo.
El tiempo suele ser enemigo de las amistades, pero vale la pena crear un espacio para las amigas. En nuestras vidas tan llenas, esto puede parecer un poco egoísta, pero en realidad pasar tiempo reflexionando acerca de la vida con tus amigas te puede hacer una mamá más contenta, agradable y paciente. ¡Los beneficios son para toda la familia!
¿Qué hacemos cuando aparece el otro enemigo de las amistades: los celos? ¡Qué difícil puede ser alegrarte con una amiga que ha alcanzado un logro en su vida profesional cuando andas sin empleo! ¡O celebrar el éxito escolar del hijo de tu amiga mientras tu hijo está perdiendo el año! Hacer comparaciones con otras mamás es algo muy común, pero sumamente destructivo. Proviene de una mentalidad de escasez, pensando que el logro de tu amiga deja menos oportunidades para ti. ¡Pero en el Reino de Dios hay espacio y recursos para todos!
Dios es fiel y tiene el plan perfecto para cada persona. Pero al ponerme celosa, le estoy diciendo a Dios, “Sé más que Tú lo que necesito, y es justo lo que ella tiene». Podemos vencer los celos al rendirnos a Dios, poniendo nuestras circunstancias y talentos y familias bajo su control. ¡Pídele a Dios la capacidad de confiar en Él para poder gozar realmente con tus amigas! ¡Así descubrirás que tienes más amigas y tu vida se llenará con abundante gozo!
Beth Saavedra
Iglesia la Viña Quito
vinaquito.com
MDC/ag