Foto: tesis de pregrado de Roque Rivas.
El proyecto, desde sus inicios, estuvo conformado por 4 integrantes (Queenny López, Gabriela Samaniego, Emily Onofre y Roque Rivas). Todos se conocieron en la Maestría en Biociencias Aplicadas con mención en Biodescubrimiento de la Escuela Politécnica Nacional.
El filtro fue fabricado después de hacer “cálculos bioquímicos” para que las algas se mantengan bien, saludables, porque son seres bastante sensibles; “cálculos mecánicos”, relacionados con la resistencia de materiales, la transparencia para recibir la irradiancia; y “cálculos hidrodinámicos”, para que la mezcla dentro del filtro sea también uniforme.
El CO2 continúa su camino y, del filtro, pasa a un aspersor, que lo hace burbujear y permite que sea disuelto en la torre que tiene agua, nutrientes y microalgas.
Según expertos, se ha comprobado que las microalgas tienen el potencial de absorber cien veces más CO2 que los árboles los cuales son las responsables de al menos el 70% del O2 que existe en el planeta.
Próximamente se realizará la primera instalación piloto de un filtro a escala real en un espacio privado en de la capital que ayudará a los expertos a saber de forma exacta cómo funcionarán las algas. Anuka, cuyo nombre significa alga en kichwa, ganó el reconocimiento mundial de Mujeres en el emprendimiento.
En noviembre de 2017, Anuka fue uno de los tres ganadores del concurso Reto de Emprendimiento Urbano, realizado por el coworking ecuatoriano IMPAQTO y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Sin duda, Anuka es un invento científico cien por ciento ecuatoriano que ayuda al desarrollo científico y social. Es una Noticia que trae esperanza.