He escuchado más de una vez, en conferencias, en prédicas, en conversaciones e incluso en consejerías que para relacionarte con alguien es necesario anteponer las necesidades de la otra persona sobre las tuyas. Si aterrizamos a la realidad nos daremos cuenta que este concepto es hermoso pero muy difícil de ponerlo en práctica, pues tenemos una naturaleza egoísta, sí tal como lo leíste.
El diccionario de la lengua española regido por la Real Academia Española define al egoísmo como «el inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidar del de los demás».
Utilizar una persona a otra para conseguir sus objetivos personales, menospreciar los esfuerzos que otra persona hace por conseguir sus metas, desestimar los sueños de alguien más, no ver lo esfuerzos que otros hacen por ti o considerarlos insuficientes, evidencian el egoísmo así como la tacañería y con esto no solo me refiero a las cosas materiales o al dinero sino más bien al tiempo.
Muchos dirán yo soy generos@ lo que acabas de mencionar no tiene nada que ver conmigo. He de reconocer algunas personas son más atentas o empáticas que otras. Y cuando ven a alguien en dificultades reaccionan de la manera más coherente posible, haciendo lo que les gustaría que hagan con ellos si estuvieran atravesando la misma situación. Lo notaron ¿cierto?, hicieron lo que a ellos les gustaría que hicieran por ellos, sutil y discimulado en exceso, el egoismo se hizo presente. Una vez más pensaron en sí mismos incluso al hacer algo por otra persona jajaja gracioso verdad, yo me pregunto ¿cómo es que al hacer algo por alguien pensamos inmediatamente en nosotros y no en lo que la otra persona espera o desea? (siempre el punto de referencia somos nosotros).
Yo lo responderé, porque es nuestro impulso natural, con esto no quiero decir que estemos perdidos sin esperanzas, es bueno ser conscientes de nuestros problemas para así poderlos tratar. Escuchemos más, observemos más, apreciemos lo que hacen otros por nosotros, preocupémonos las necesidades de los demás, interesémonos en sus sueños y metas, si no sabemos lo que otros necesitan en determinada situación preguntemos. Cada acción cuentas y los detalles sí son importantes, fechas especiales, abrazos en el momento justo, mensajes de aliento, actos de servicio, acciones desinteresadas, suman.
Recordemos que el ejemplo más grande de despojo total y ausencia de egoismo lo tuvimos en el Maestro de maestros que se entregó por todos nosotros, esa es debe ser nuestra medida y referencia.
quien, siendo por naturaleza Dios,
no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.
Por el contrario, se rebajó voluntariamente,
tomando la naturaleza de siervo
y haciéndose semejante a los seres humanos.
Y, al manifestarse como hombre,
se humilló a sí mismo
y se hizo obediente hasta la muerte,
¡y muerte de cruz!(Filipenses 2: 6-8) (NVI)