Magnesio para los huesos. Este nutriente contribuye a su mantenimiento en condiciones normales. De ahí que a menudo se emplee el magnesio para el dolor de huesos o en condiciones de desgaste e inflamación de las estructuras óseas. En ese sentido, algunos estudios apuntan los posibles beneficios del magnesio para la artrosis.
También se ha observado que las personas con una mayor ingesta de este nutriente poseen más densidad ósea, un factor determinante para reducir el riesgo de fracturas de hueso y osteoporosis.
En ese sentido, es probable que una mayor consumo de alimentos ricos en este mineral o los complementos alimenticios con magnesio puedan ayudar a las mujeres a mejorar su densidad ósea.
Tomar magnesio para huesos y articulaciones también es habitual en deportistas, ya que estos suelen sufrir un desgaste prematuro. De hecho, a menudo, se combinan los beneficios del colágeno con el magnesio con este fin mediante el consumo de complementos alimenticios que incluyen estos dos nutrientes.
Magnesio para los dientes
Magnesio y dientes están estrechamente vinculados por el papel que desempeña este mineral, junto al calcio, en su formación. En ese sentido, se sabe que este nutriente contribuye al mantenimiento de la dentadura en condiciones normales.
Magnesio para el cerebro.
Entre los efectos del magnesio en el cerebro destaca el hecho de que se trata de un mineral vital para una función psicológica normal. Es decir, para poder llevar a cabo los procesos cognitivos tales como la atención, la percepción, la memoria, el pensamiento, el lenguaje y el aprendizaje.
Magnesio para dormir.
Diferentes estudios apuntan a que el magnesio ayuda a dormir y a conseguir un descanso profundo y reparador. Esto se debe a que este mineral contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y activa los mecanismos para calmar y relajar cuerpo y mente.
Por el contrario, se ha relacionado la deficiencia de magnesio con los problemas para dormir y el insomnio.