Hoy recordé cuánto me amas, volví a comprobar que tu amor por mí es más grande que tu orgullo.
Que sigues siendo el príncipe de mi corazón, imperfecto pero correcto para mí.
Sé cuánto te esfuerzas por darnos lo mejor, y sé también que el día a día puede tensionarte y ponerte ansioso, es una gran responsabilidad sacar adelante nuestro hogar, pero quiero que sepas que lo estás haciendo bien, que me siento orgullosa de ti.
Cuando viniste a mí, algo avergonzado para pedirme disculpas, pude percibir tu sincero corazón. Sé que tuviste un día gris y no quisiste desquitarte conmigo con una respuesta dura, entiendo que a veces solo tenemos malos momentos.
Lo grandioso de ti, es que en todo tiempo llenas mi tanque de amor, te conozco bien, y es por eso que no dudo ni un solo segundo en disculparte desde el fondo de mi corazón, porque aprendí de ti el brindar perdón y refugio cuando yo también me equivoco.
Gracias por tu sensible corazón, gracias por amarme así, nuestro amor se ha fundamentado en respeto y misericordia el uno por el otro, has sido mi gran maestro.
Has sido mi gran amor, a tu lado conozco que un verdadero príncipe es aquel que tiene presente su compromiso y decisión de amar una y otra vez sin descanso. Gracias por jugártela conmigo cada día, yo lo haré cada día por ti.
Atte. Tu princesa.