El método médico y, por ende, confiable indicaba que congelar la verruga la hacía desaparecer. La criogenización, sin embargo, tan solo logra un 60% de efectividad. En 2002, se realizó un estudio que determinó que el 85% de los tratados con cinta adhesiva -preferentemente la que se usa con fines sanitarios- se libró de las molestas formaciones en la piel.
Uno de los remedios caseros más conocidos para tratar las verrugas es la cinta americana. En una práctica llamada terapia de oclusión con cinta americana (DTOT por sus siglas en inglés), se cubre la verruga con esta cinta durante un periodo prolongado y luego se usa un objeto áspero para retirar la piel muerta. Después se deja la verruga expuesta por algunas horas y se coloca una cinta nueva. Tendrás que repetir el proceso hasta que la verruga desaparezca, lo que puede tomar hasta 2 meses. Es probable que no funcione con todas las verrugas, pero es una opción segura y barata que puedes probar.
Cubre la verruga con un pequeño cuadro de cina americana plateada. Corta un pequeño cuadro de cinta americana plateada. Solo necesitarás un trozo lo suficientemente grande para cubrir la verruga y adherirlo a la piel que está alrededor. Coloca este trozo de cinta sobre la verruga y luego presiónalo firmemente contra la piel para asegurarte de que se adhiera bien.
No uses cinta americana transparente, ya que no es tan efectiva como la plateada.
Repite el proceso hasta que la verruga desaparezca. Continúa poniéndote la cinta durante 6 días y retirándola la sexta noche. Después de hacerlo, sumerge la verruga, desbrídala y deja la piel expuesta durante la noche. Luego vuelve a aplicar la cinta en la verruga y comienza el proceso otra vez. Con el tiempo, el tamaño de la verruga disminuirá hasta que desaparezca.
Si la verruga no mejora después de 2 meses o parece empeorar, acude al médico. Es posible que tengas una verruga especialmente resistente. Afortunadamente, hay otras opciones para eliminar las verrugas, incluyendo ácido salicílico, crioterapia, medicamentos y cirugía.