Hay alimentos que deberíamos incluir en nuestra dieta por sus numerosas propiedades saludables, y uno de ellos es el pescado azul. De hecho, si nos basamos en los resultados de un reciente estudio publicado en la revista The American Journal of Clinical Nutrition y realizado por investigadores del centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), con mayor motivo. Han puesto en marcha uno de los mayores estudios realizados hasta ahora sobre los posibles beneficios de la ingesta de ácidos grasos omega-3 en personas portadoras del genotipo que confiere un mayor riesgo de desarrollar el Alzheimer. Y la investigación concluye que las personas de este colectivo de riesgo que consumen más ácido docosahexaenoico (DHA, por el nombre en inglés), que es un nutriente aportado por el pescado azul, presentan una mayor preservación cortical en zonas del cerebro específicamente afectadas en la enfermedad de Alzheimer y un menor número de microhemorragias.

Y es que el estudio no hace sino confirmar que el consumo de pescado forma parte de una dieta equilibrada y saludable. No son pocos los expertos que destacan las bondades del pescado azul que, junto con la carne, huevos y lácteos, son las proteínas de origen animal que deben formar parte de la dieta por contener, a diferencia de las proteínas vegetales, mayor cantidad y más variedad de aminoácidos esenciales.

Como anticipábamos, el pescado azul es rico en grasas insaturadas como ácidos grasos Omega 3 (DHA y EPA), pero también en ácidos oleico y linoleico, contiene vitaminas A, D, E y B12 y minerales como el yodo, hierro, magnesio, calcio y fósforo, estos dos últimos si se toma la espina como es el caso de los boquerones, y además aminoácidos esenciales como el triptófano, todos los cuales tienen efectos beneficiosos para el organismo, por lo que forman parte de la llamada dieta mediterránea, tal y como nos explica el experto.