Nuestra fe es el legado más importante que podemos dar a nuestros hijos. Cuando estamos viviendo una vida llena de fe y confianza en Dios, nuestros hijos van a inclinarse hacia esos hábitos también.

¿Cómo podemos compartir nuestra fe con nuestros hijos?

  1. Ser un ejemplo.

Los niños son imitadores y esponjas, y puede ser para su bien o su mal. ¡Esforcémonos para ser un buen ejemplo en nuestro caminar con Dios! Cuando estamos con nuestros hijos, podemos hacer pequeñas oraciones en voz alta, como: “Gracias, Dios, por el sol tan rico que por fin salió”, o “Papito Dios, ves que mi hijo tiene que dar un examen difícil. Ayúdale a recordar bien todo lo que ha estudiado.”  Así ellos van a aprender que la oración es una actividad continua.

  1. Compartir tiempos devocionales en familia.

No necesitamos tener un título de teología para compartir nuestra fe. Podemos tomar pasos sencillos como leer un Salmo juntos en el tiempo de desayuno o conseguir una Biblia para niños para leer juntos antes de acostar a los niños cada noche. Tampoco tenemos que predicarles, más bien, podemos compartir con palabras simples cómo Dios nos está hablando hoy. Luego, ¡escúchales a ellos y quizás quedarás sorprendida de cómo Dios ya les está hablando a ellos también!

  1. Asistir a la iglesia y servir juntos.

Nuestros hijos tienen mucho interés en las actividades de los adultos. Involucremos a nuestros hijos en los eventos de la iglesia, asistiendo a los cultos juntos o sirviendo en la sala cuna con ellos. Busca oportunidades para demostrar juntos el amor de Dios a otros.

  1. Hablar de Dios con tus hijos.

Podemos siempre buscar maneras de relacionar nuestras vidas cotidianas con la obra de Dios en el mundo. Cuando hablamos de Dios fuera de la iglesia, demostramos que Dios es parte de toda nuestra vida, no solo los domingos. Por ejemplo, mientras un niño pequeño mira a una flor, podemos preguntarle: «¿Sabías que es Dios que manda la lluvia que la hace crecer a esta flor?» O cuando hablamos con nuestros adolescentes acerca de las decisiones que estamos tomando, podemos explicarles cómo los valores de Dios están guiando nuestras elecciones. Deuteronomio 11:19 nos recuerda que tomemos cada oportunidad para hablar de Dios con nuestros hijos.

 “Por lo tanto, comprométete de todo corazón a cumplir estas palabras que te doy. Átalas a tus manos y llévalas sobre la frente para recordarlas. Enséñalas a tus hijos. Habla de ellas en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Escríbelas en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad”. Deuteronomio 11:18-20

 Nombre: Beth Saavedra
Empresa: Iglesia La Viña Quito
Sitio Web: vinaquito.com

 

 

MDC/ag