Me gustaría hacerte unas preguntas que te llevarán a viajar por el tiempo: ¿Quién fue el primer hombre que te abrazó y te dio un beso cuando eras una niñita? ¿Quién fue el primer hombre que te consideró una pequeñita muy especial entre todas las demás niñas?
Me imagino que la respuesta fue: “mi papá”. Tal como lo dice el escritor Norman Wright: Todas las experiencias con su hija fueron vitales para el desarrollo de su femineidad. La atención amorosa del padre a su hija, la prepara para su papel singular de novia, prometida y esposa.
Los padres son la primera influencia masculina íntima en la vida de las niñas. Esto significa que este rol probablemente marcará la futura relación de las hijas con los hombres en su edad adulta. ¿Cómo? Por medio de la demostración de amor del padre hacia su esposa. Ella será consciente de que puede ser amada de la misma manera. Además el padre ayuda a la hija a desarrollar la femineidad y la personalidad. Como papá hazle saber que es preciosa, inteligente, que se sienta valorada siempre.
Dale toda tu atención y comparte todas aquellas cosas que son más importantes para ella y que le hacen feliz.
Los expertos señalan que en medio del campo de batalla en el cual vivimos, donde los tiranos destruyen, mal tratan, y pisotean, nuestras hijas pueden acudir a ese lugar seguro llamado hogar. El papá que brinda un hogar seguro –no perfecto- pero donde el amor de Dios es real permitirá que sus hijas acudan a él en momentos difíciles. Ella se refugiará en el amor que un padre puede ofrecer. Es por eso papá, cuando tu hija llore, ofrécele la seguridad de tu abrazo, porque no hay lugar más seguro que los brazos de un padre. Aquel que ha sido incondicional y su fuente de inspiración.
Papá, si has estado ausente en la vida de tus hijos, es hora de que te involucres, sobre todo con tus hijas. Tu hogar es la escuela de la vida para ellas y lo que les enseñes ahí les quedará impreso para el resto de sus días. Si tu vida está desordenada, arrepiéntete hoy, ponte a cuentas con Dios y empieza a prestarle atención a lo que importa de verdad.